EL D E S IERTO DE G O R A F E
Sin duda Heidi y demás fantochadas hicieron mucho daño en toda una generación. Así, nos vendieron a los españoles que la belleza era un prado verde, las montañas nevadas y agua cayendo por todas partes. Era tal el grado de desesperación que llegamos a odiar todo lo relacionado con lo nuestro: seco, árido, pelado, en fin.... Han pasado los años y los que aún vivimos en este mundo de aquella generación engañada asistimos a un cambio de rumbo. Por primera vez en la historia desde tiempos del Hombre de Orce y aún más allá somos capaces de admirar nuestra propia tierra. Y uno de los ejemplos más evidentes es ver cómo una de las regiones más deprimidas del país, las Hoyas de Baza y Guadix, por arte de virlivirloque, se han convertido en el GEOPARQUE DE GRANADA, un inmenso escenario de desiertos y barrancos, de cárcavas y desfiladeros, de asombrosas formaciones y restos arqueológicos antiquísimos de un valor superlativo, convertidos en paisajes, parajes sin igual dignos de las mejores películas, localizaciones del Fin del Mundo, aventuras extremas sin parangón, rutas de senderismo para recordar en mil vidas, un complejo astronómico que quita el hipo, un buen puñado de pueblos de todos los tamaños y un sinfín de pedanías y cortijadas de belleza exquisita, un sendero de Gran Recorrido -GR- en proceso de creación que completará una vuelta de +-350 kms por todo el Geoparque para locos de aventuras extremas en bici, caminando, 4x4... Hay muchas entradas a este fabuloso mundo paralelo, y una de ellas, quizá de las más impactantes, es el Desierto de Gorafe. Hemos visitado las tumbas prehistóricas a la tarde y también el pueblo lleno de cuevas, tan encalado y con su castillo árabe, junto al río Gor en lo más profundo del inmenso barranco. Luego a la noche hemos vivaqueado en el Mirador del Puntal de Don Diego, una noche sin igual bajo la inmensa bóveda celeste (la nula contaminación lumínica hace del sitio un paraíso para los amantes de las estrellas, y los amantes en general...) A la mañana, recogido el campamento y bien desayunados, nos ponemos en marcha para dar cuenta de una ruta sencilla, el Sendero de la Cañada de la Ventanilla, sin duda un acercamiento brutal a la esencia del parque. Caminamos embobados con los locos paisajes venga a echar fotos a diestro y siniestro Siempre por pista en buen estado el avance sencillo hasta un cruce y a derechas seguimos y mas allá algunos campos arados y algunos almendros y otros arboles frutales. Por lo visto, aún hay quien trabaja estas tierras, badlands exprimidas por cientos de generaciones, miles de años. Algún pozo, algún aljibe, vestigios de otras épocas no tan lejanas..., pinos de repoblación y campos de almendros. Luego la bajada a lo más profundo del valle del río Gor, para remontar a izquierdas por la Cañada de la Ventanilla tras visitar un cortijo, su esqueleto. Conocemos al Hombre de la Ventana, ensimismado con su hacha cortando los chupones de algunos olivos que parecen setos, agarrados a la tierra yerma con desesperación. Vemos sistemas de regadío aún en funcionamiento y también arruis de expedición en busca de agua. De últimas completamos el recorrido en forma de lágrima de vuelta al Mirador del Puntal de Don Diego. Una aproximación absolutamente inolvidable.verTRACK/rutas-senderismo/gorafe-canada-de-la-ventanilla-167290604
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