RINCÓN BELLO
Al salir de SanVicente directo al pueblo alfarero. Y sobre el puente de la Vía Verde me cruzo al gran Marcos que seca a pasear su flamante Orbea. La solitaria travesía a los páramos albaceteños en busca de lo desconocido. Al rato entre montañas subiendo sin descanso, y luego por el descarnado asfalto de Rincón Bello a Petrer, ´atento atento que te vas al suelo´...y al levantarme ya en lo alto del retorcido collado y la bajada rápida al excelso castillo de Petrer. Rampazo al canto al girar y ya embocando los ondulados valles de Xorret de Catí. Y venga a subir hasta el mítico alto de El Portell. El sudor pegado, el frío pegado, los kms pegados, la satisfacción pegada.
Al salir de SanVicente directo al pueblo alfarero. Y sobre el puente de la Vía Verde me cruzo al gran Marcos que seca a pasear su flamante Orbea. La solitaria travesía a los páramos albaceteños en busca de lo desconocido. Al rato entre montañas subiendo sin descanso, y luego por el descarnado asfalto de Rincón Bello a Petrer, ´atento atento que te vas al suelo´...y al levantarme ya en lo alto del retorcido collado y la bajada rápida al excelso castillo de Petrer. Rampazo al canto al girar y ya embocando los ondulados valles de Xorret de Catí. Y venga a subir hasta el mítico alto de El Portell. El sudor pegado, el frío pegado, los kms pegados, la satisfacción pegada.
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