Una mañana limpia y clara. El poco viento, de Mistral, el mejor para limpiar el cielo y la tierra y el mar. Y el alma si dejas pasar el viento, cuando sopla lento de Mistral. Por la línea de mar de la playa de los Arenales sin apenas gente a primera hora, el agua limpia transparente por la línea de mar. Avanzo trotando tan despacio, embelesado con la limpieza descomunal del agua que forma una y otra vez la línea de mar.
Y cuando dejo la línea de mar y me adentro por el Clot de Galvany siento que la brisa arrastra tras de mí la línea de agua tan limpia que moja mis pies mientras troto suave la suave colina, bonita atalaya desde donde otear a patos y garzas que, dentro del agua tan limpia y clara en el vibrante Mistral, deslizan su intensa mañana.
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