El frío, el silencio y la soledad son estados que en el futuro serán más preciados que el oro.
TESOROS SORIANOS
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Nacedero del Talegones cerca de Lumías |
EL FRÍO
Camino bajo la fina lluvia casi nieve cobijado bajo un paraguas de juguete que lo vuela el viento. Se diría que hace frío pero no lo bastante. Avanzo monte arriba pegado al arroyo mientras puedo, y luego por los ribazos embarrados hasta llegar a los molinos. En lo alto de Sierra Pela el viento pone a prueba las aspas de los molinos, y el frío se instala por fin bien adentro. Una familia de corzos nos sale al encuentro con su prodigiosa zancada. En su territorio están, un día cualquiera de viento y de lluvia, y también de frío, un frío que sin duda no atenaza a todos por igual.
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Flor del ciruelo |
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Molinos de Retor |
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Prados de Carramonte |
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Camino a la Fuente El Cardo |
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Ermita de la Virgen del Prado |
EL SILENCIO
Montado en la bici de carreras pongo todo mi empeño en no caer. Gano distancias inverosímiles en cuestión de microdécimas de segundo. Llevo los cascos puestos, ¡dios qué placer!, escuchando a los grandes del Delta y otros de Texas, y también a Jack Johnson, Bon Iver y otros que no recuerdo sus nombres, mientras me juego el tipo por esas carreterillas de dioss
Ahí voy golpeado por un viento inmisericorde que no sé cómo no caigo mil veces. Hace tiempo que ya no sé el tiempo que hace que avanzo sin saber porqué ni adónde, ni otras preguntas que hace tiempo que ya no sé el tiempo que hace que dejé de preguntarme.
En Almazán rolo el rumbo y con el viento a la espalda creo volar. A mi alrededor cantan ahora pájaros de todos los tamaños y colores: unos grandes, majestuosos, otros en bandadas, otros solitarios, como yo. Todos libres en los cielos abiertos, sin mácula.
Sin saber cómo aterrizo en la iglesia románica de Andaluz, con sus tallas y grandeza de otro tiempo. Busco algo que echarme a la boca en los bolsillos del maillot, y cobijado en el bello pórtico al cerrar los ojos me sorprende el silencio.
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El rollo de Rello |
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Puerta musulmana de Almazán |
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Detalle pórtico de la iglesia románica de Andaluz |
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Río Izana |
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Iglesia románica de Paones. Rehabilitada. |
LA SOLEDAD
Llevo un rato corriendo sin volver la vista atrás. Sé que estoy sólo y aún así siento la necesidad de volver la vista atrás. Cuando paro la carrera y miro, nada. ¿Nadie? Es esto la soledad.
Un enorme brazo de agua me impide avanzar. Como animal herido, atrapado, siento la ineludible necesidad de ganar el otro lado. Y cuando lo consigo corro más veloz, como si quisiera recuperar el tiempo perdido. O eso parece por un instante. Luego la calma, sólo rota por el incansable trasiego de las aguas al pasar. El Cañón del Talegones rezuma magia en cada recodo, la belleza instalada a cada zancada, a cada mirada.
Pasado Torrevicente me cruzo con un hombre, tan sorprendido de verme como yo de verlo a él. Creíamos estar solos, y efectivamente lo estamos. Charlamos a la manera humana y luego nos despedimos de igual manera. La soledad era esto también.
Avanzo ensimismado a la caza de la belleza, en busca de la felicidad. En el bello Lumías salgo del Cañón y pongo rumbo de vuelta a casa por lo más alto del monte, tan cerca del cielo, donde ya nada impide reencontrarme, inmáculo, con la soledad.
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Puerta norte de Retortillo de Soria |
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Cañón del Talegones |
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Puente sobre el Talegones del año 33 cerca de Torrevicente |
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Torrevicente |
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Cueva del Tío Raimundo |
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Fuente Nueva |
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Lumías |
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Balsas de las Lagunas |
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Molinos de Sierra Pela |
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Casillos de Retortillo de Soria |
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