AITANA encadenada X
Con salida y llegada en el pueblo de Sella, ganamos en un recorrido muy exigente la friolera de 5 puertos de montaña, cada uno con su tocado especial.
Iniciamos la pedalada a las 8h y siempre en subida entramos en la Vall de Tagarina para enseguida tomar a izquierdas la pista alquitranada que en fuerte y prolongada subida nos acerca dirección Puerto de Tudons. Conocida como la Pista de las Antenas hincamos el diente y venga arriba hasta las cadenas. Tomamos algo y continuamos sendeando a ratos y con fuertes subidas hasta el Pou de Neu. Luego de llaneo hasta el Port de Tudons.
Las fotos de rigor y toca bajar a Alcoleja. Lo hacemos a la brava por lo más profundo del barranco. Tramos donde hay que echar el pie a tierra. Duro duro. Llegamos a una antigua balsa con una chopera impresionante. Hoy todo el paraje está abandonado, olvidado, la senda casi desaparecida.
Luego caemos a una pista alquitranada que nos baja directos al pueblo. Tomamos un café en el bar de la Torre y seguimos camino. En la parte baja del pueblo cruzamos por un antiguo puente el río y comienza la segund
a subida del día. Por senda alucinante entramos en la pedanía de Beniafe, con su bella ermita.
Luego salimos a asfalto y nos espera un potente subidón por el antiguo Camino Real de Aitana hasta ganar un primer collado. Algo antes de ganarlo nace a derechas una pista que sigue en fuerte pendiente hasta la mayor altura del track, casi 1200mts.
Aparece de golpe ante nosotros toda la cara norte de la Aitana. Impresionante. Toca bajar por un buen rato, y cerca de la pueblo de Confrides tomamos un desvío a derechas para encarar el fabuloso Castell d'Alfofra. Tiramos el rato por sendas. Algún riachuelo. Pateo... Perdidos!! La zona rota, y de golpe caemos en que estamos fuera de track arrastrando las bicis por un pedregal insufrible... Así, decidimos caer en busca de alguna pista por la que podamos avanzar más rápido. Y al tiempo la encontramos! Le tiramos y pasamos una cadena, y al poco sobre pista alquitranada. De nuevo una fortísima pendiente. Estamos en el tercer puerto de la jornada. El Castillo cada vez más cerca, pero sigue pareciendo inalcanzable. En un cruce dejamos la pista ancha y tomamos a derechas. Al rato de nuevo perdidos. Intentamos ganar un collado desde donde se puede acceder al castillo pero quedamos encerrados en la maleza sin poder avanzar.
Así, decidimos regresar sobre nuestras rodadas y salimos de nuevo a la pista ancha. Tiramos ahora en bajada y en un cruce nos vamos a derechas. Al poco vemos el enigmático castillo desde su cara sur. Le hemos dado la vuelta por el "lado amable". En una curva tiramos las bicis y sacamos el almuerzo.
Aún nos queda un largo trecho y apenas le hemos dado una alegría al buche. Luego en otro cruce equivocamos el camino y nos toca retroceder. Ponemos rumbo a la Font de Partagas. Es el cuarto puerto. También muy exigente, y ya con las fuerzas justas. Las últimas rampas de infarto.
Una vez en la fuente tomamos agua, último cuestón por encima de Partagas, y toca una volada en bajada dirección la Font del Molí, en Benimantell. Recuperamos sensaciones. La moral intacta para afrontar el último gran reto de la mañana: el Paso del Contador. La mítica subida que ataca por tercera vez Alberto y que por fin subirá sin descabalgar en su nueva y briosa Orbea Oiz, y donde a Arnau le tocará sí o sí poner pie a tierra al morir la batería de su Mondraker eléctrica. Una ruta muy exigente para eléctricas, sin duda. Así, pie a tierra, le tocará arrastrar los 23kg de bici hasta lo más alto. ¡Eso sí que es de héroes!!! Una vez arriba ya sólo nos queda que dejarnos caer por el espectacular Barranc de l'Arc. Evitamos las sendas que tenía previstas y lo hacemos por la pista clásica. Reseñar que todo el tramo desde Sella a Benimantell lo están asfaltando. El Paso del Contador en breve ya nunca será lo mismo. Una auténtica desgracia para los ciclistas.
Y rematamos la faena yéndonos a comer al Casino. Y cuando llegamos nos encontramos la plaza abarrotada de gente sentada en mesas comiendo. Se celebra la Fiesta del Cerdo y hay un ambiente único. Tremendo. Conseguimos pasar al Casino y degustamos un cocido digno de reyes. Un colofón perfecto para una jornada betetera perfecta.
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