La luna inmensa, ¡llena!
Aún de noche salto de la cama to lanzao y ya sobre la cabra y de cara la luna inmensa, LLENA!. Frenazo, foto y carrerilla, tan fuerte la tomo que salto enfilado y entro en ella. No es fácil distinguir el sueño de la realidad, y si encima ni lo intentas..., ahí me veo, en un nuevo planeta/asteroide/satélite o lo que sea cabalgando más allá, eso sí. Tuerzo a veces a izquierdas y otras a derechas, las cosas no son muy diferentes. También hay coches con sus calles y también casas, algunas al uso occidental. Y lunáticos con la misma pinta que los terrícolas, y entre ellos me cruzo con alguno tan parecido a mis amigos guaseros que bien podrían ser ellos mismos. Como quiera que me reconocen, comienzo a pensar que me estoy volviendo loko. Para disimular les devuelvo el saludo "Hola Pepe, hola Rafa, hola Moltó, necesitas una colleja??", y ya puestos rodamos juntos por ramblas interminables de aspecto muy terrícola que por sendas infinitas nos separan, nos alejan, nos devuelven más allá de donde nunca estuvimos.
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