domingo, 4 de noviembre de 2018

BTT/ Barranco de MASCUNA

cuidadín cuidadín……MASCUNA……
En compañía de Óscar y Fran nos plantamos en una volada en el Sabinar. Echamos el rato de cháchara con ni se sabe la de bikers que han hecho del Sabinar un enorme parque de atracciones. Luego subimos por la Japuta light en busca del pueblo de Monnegre de Dalt, que ganamos por la senda de la antigua Cañada Real. Pasado el pueblo nos dan alcance los amigos Óscar B. y Gabriel A.D. con los que tiramos un rato. Cuando nos separamos, vamos a buscar la casa del Amerador, en ruinas. Alguna vez oí que los animales van a esa antigua casa a beber. Nosotros no lo hicimos... La senda desaparece y tardamos en encontrar el camino "bueno". Finalmente entramos en un pequeño barranco en el que hay que empujar por un rato la bici. Luego ya montados hasta unos campos abandonados y otros no tanto hasta salir a camino, y siempre en subida para entrar en el ansiado Barranco de la Mascuna. Disfrutamos de las vistas y toca bajar. La pista rota pero igual rápida. En un cruce nos vamos a izquierdas en busca de la Casa de Mascuna. En ella comemos algo y al seguir por senda, ésta enseguida desaparece. Por un buen rato, largo e inquietante rato, navegamos perdidos, acorralados literalmente por cortados que nos impiden el avance. El track levantado a mano no nos aporta gran cosa. Imposible bajar al lecho del barranco, y por arriba todo son palos de ciego. Óscar rompe la suspensión trasera. A malas penas avanzamos con las bicis a cuestas. Nos vemos abocados en un desfiladero a mucha altura por una senda de cabras que casi desaparece. Un punto realmente peligroso, e igual ahí vamos. El cortado tiene más de 30 metros de caída libre... Ya del otro lado, el mismo desolador panorama, y en una de estas, cuando estamos decididos a intentar descolgarnos a malas junto a las bicis o bien volvernos, atisbamos a lo lejos lo que parece ser una senda por lo alto de una cresta que va a parar al lecho del barranco. Allá nos vamos. Con mucha precaución, poco a poco, conseguimos bajar. Por fin respiramos tranquilos. Un buen tramo por el río hasta salir a pista abierta, que en fuerte pendiente nos saca enfilados para acabar entrando en la pedanía de Monnegre de Baix y a asfalto. La montaña es muy bonita hasta que deja de serlo. Atento, que no te engulla.

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