V E R G E R E T
Peleando el fantástico Barranco del Vergeret. A mitad de subida salimos a izquierdas para encarar la Serra Sibila. En el Estret volvemos a entrar en el Barranc del Vergeret, esta vez en bajada. Unos primeros momentos de mucha piedra en los que hay que hilar fino fino filipino, y luego mucha diversión. Antes de cruzarnos con e track de subida nos vamos a izquierdas de nuevo, esta vez para encarar Busot, donde nos enchufamos a las sendas y caminos que crestean la Sierra de Bonalba y vuelta al punto de partida.
jueves, 29 de noviembre de 2018
domingo, 25 de noviembre de 2018
BTT/ Pantano de Tibi con Guasa
La luna inmensa, ¡llena!
Aún de noche salto de la cama to lanzao y ya sobre la cabra y de cara la luna inmensa, LLENA!. Frenazo, foto y carrerilla, tan fuerte la tomo que salto enfilado y entro en ella. No es fácil distinguir el sueño de la realidad, y si encima ni lo intentas..., ahí me veo, en un nuevo planeta/asteroide/satélite o lo que sea cabalgando más allá, eso sí. Tuerzo a veces a izquierdas y otras a derechas, las cosas no son muy diferentes. También hay coches con sus calles y también casas, algunas al uso occidental. Y lunáticos con la misma pinta que los terrícolas, y entre ellos me cruzo con alguno tan parecido a mis amigos guaseros que bien podrían ser ellos mismos. Como quiera que me reconocen, comienzo a pensar que me estoy volviendo loko. Para disimular les devuelvo el saludo "Hola Pepe, hola Rafa, hola Moltó, necesitas una colleja??", y ya puestos rodamos juntos por ramblas interminables de aspecto muy terrícola que por sendas infinitas nos separan, nos alejan, nos devuelven más allá de donde nunca estuvimos.
Aún de noche salto de la cama to lanzao y ya sobre la cabra y de cara la luna inmensa, LLENA!. Frenazo, foto y carrerilla, tan fuerte la tomo que salto enfilado y entro en ella. No es fácil distinguir el sueño de la realidad, y si encima ni lo intentas..., ahí me veo, en un nuevo planeta/asteroide/satélite o lo que sea cabalgando más allá, eso sí. Tuerzo a veces a izquierdas y otras a derechas, las cosas no son muy diferentes. También hay coches con sus calles y también casas, algunas al uso occidental. Y lunáticos con la misma pinta que los terrícolas, y entre ellos me cruzo con alguno tan parecido a mis amigos guaseros que bien podrían ser ellos mismos. Como quiera que me reconocen, comienzo a pensar que me estoy volviendo loko. Para disimular les devuelvo el saludo "Hola Pepe, hola Rafa, hola Moltó, necesitas una colleja??", y ya puestos rodamos juntos por ramblas interminables de aspecto muy terrícola que por sendas infinitas nos separan, nos alejan, nos devuelven más allá de donde nunca estuvimos.
jueves, 22 de noviembre de 2018
BTT/ Escobella
E S C O B E L LEANDO
Una mañana muy solidaria poniéndonos al día de tropelías y desmás desmanes con mi bro Javi. Parriba y pabajo a toda mecha por las sendas más divertidas del Sabinar y Monnegre, de últimas nos plantamos a los pies del Pico Escobella, donde escuchamos la impenitente plática de un solitario argentino en su eBike, y ya también nos informa de una senda escondida pegada al Escobella y que va por dentro de una propiedad privada y de todas formas la senda está bien marcada y hace las delicias de nuestra bajada y de tantas que de seguro hacen tantos y tantos bikiers que pasan de la prohibición del dueño y ruedan la vertiginosa senda. Diossss cuánta lokura!!!, y abajo salimos de la propiedad privada y enlazamos con la senda de los belgas y pabajo lanzados también pegados a Penyes Grogues, y aún más abajo circunvalamos el Bec de l´Àguila por lo más profundo del barranco hasta salir al Valle del Sol y por el Portell de la Moleta de vuelta al Aeroclub.
Una mañana muy solidaria poniéndonos al día de tropelías y desmás desmanes con mi bro Javi. Parriba y pabajo a toda mecha por las sendas más divertidas del Sabinar y Monnegre, de últimas nos plantamos a los pies del Pico Escobella, donde escuchamos la impenitente plática de un solitario argentino en su eBike, y ya también nos informa de una senda escondida pegada al Escobella y que va por dentro de una propiedad privada y de todas formas la senda está bien marcada y hace las delicias de nuestra bajada y de tantas que de seguro hacen tantos y tantos bikiers que pasan de la prohibición del dueño y ruedan la vertiginosa senda. Diossss cuánta lokura!!!, y abajo salimos de la propiedad privada y enlazamos con la senda de los belgas y pabajo lanzados también pegados a Penyes Grogues, y aún más abajo circunvalamos el Bec de l´Àguila por lo más profundo del barranco hasta salir al Valle del Sol y por el Portell de la Moleta de vuelta al Aeroclub.
sábado, 17 de noviembre de 2018
BTT/ Sierras de los Tajos, Castellar y Ventós- Barranc de Mecli- Riu Verd- Tibi- Monnegre
PERRO ABANDONADO
Buena vuelta por el Alacantí y sacando media rueda por el Riu Verd más allá de Tibi. En día desapacible quedo con un puñado de ciclistas que no veo. Es lo que tiene cuando el cielo se emploma y caen cuatro gotas: ante tamaña tesitura, un alicantino de pro prefiere ahogarse en el orinal de debajo de su cama antes que jugársela a caer constipado o lo que es peor, que la bici se ensucie... Es así como ataco el track más sólo que la una, perro abandonado.
Después de Bomberos.Sanvi gano bajo la fina llovizna la Ermita del Moralet. Antes ya Rafa, el único guasero que ha salido de la cama, se ha dado media vuelta ante la inminente apocalipsis. Enseguida las pistas y el barro por las cuestas de la Sierra de los Tajos. De golpe se presenta ante mí el arcoíris como diciendo: “¡vamos tonto del culo, sigue!!” Ajeno al infierno que me espera le hago caso, claro, y así despacio avanzo con algún que otro resbalón y el barro aposentado ya en todo alrededor. Aún así la cosa no va a mayores y sorteo el tema con nota. Más allá del Castellet de la Murta una impenitente cuesta me deposita en las faldas de las Sierras de Castellar y Ventós para disfrutar la deslumbrante senda que cobija. Tiro el trecho la mar de entretenido y en la parte alta piso la carretera de servicio que sube a Castalla justo en el momento en que pasan dos Vagamundos. Charlo un rato con ellos y luego siguen su camino, que no es otro que... vagar por el mundo? Yo a lo mío bien de barro al lago del Maigmó, un tramo de Vía Verde y sigo luego por la brea más arriba de Venta Xirau en busca del Barranc de Mecli. Lo encuentro y doy cuenta de él, tan rápido y divertido. En la parte baja, en la abandonada masía de La Magdalena, giro a izquierdas y tiro un buen rato hasta caer al Riu Verd, que baja embravecido. Lo cruzo y subidón hasta dar con asfalto que me mete en Tibi. Ya no dejo el alquitrán, primero para visitar el fenomenal Castillo de Tibi y luego para entrar en el siempre inquietante Monnegre de vuelta al Aeroclub.
Buena vuelta por el Alacantí y sacando media rueda por el Riu Verd más allá de Tibi. En día desapacible quedo con un puñado de ciclistas que no veo. Es lo que tiene cuando el cielo se emploma y caen cuatro gotas: ante tamaña tesitura, un alicantino de pro prefiere ahogarse en el orinal de debajo de su cama antes que jugársela a caer constipado o lo que es peor, que la bici se ensucie... Es así como ataco el track más sólo que la una, perro abandonado.
Después de Bomberos.Sanvi gano bajo la fina llovizna la Ermita del Moralet. Antes ya Rafa, el único guasero que ha salido de la cama, se ha dado media vuelta ante la inminente apocalipsis. Enseguida las pistas y el barro por las cuestas de la Sierra de los Tajos. De golpe se presenta ante mí el arcoíris como diciendo: “¡vamos tonto del culo, sigue!!” Ajeno al infierno que me espera le hago caso, claro, y así despacio avanzo con algún que otro resbalón y el barro aposentado ya en todo alrededor. Aún así la cosa no va a mayores y sorteo el tema con nota. Más allá del Castellet de la Murta una impenitente cuesta me deposita en las faldas de las Sierras de Castellar y Ventós para disfrutar la deslumbrante senda que cobija. Tiro el trecho la mar de entretenido y en la parte alta piso la carretera de servicio que sube a Castalla justo en el momento en que pasan dos Vagamundos. Charlo un rato con ellos y luego siguen su camino, que no es otro que... vagar por el mundo? Yo a lo mío bien de barro al lago del Maigmó, un tramo de Vía Verde y sigo luego por la brea más arriba de Venta Xirau en busca del Barranc de Mecli. Lo encuentro y doy cuenta de él, tan rápido y divertido. En la parte baja, en la abandonada masía de La Magdalena, giro a izquierdas y tiro un buen rato hasta caer al Riu Verd, que baja embravecido. Lo cruzo y subidón hasta dar con asfalto que me mete en Tibi. Ya no dejo el alquitrán, primero para visitar el fenomenal Castillo de Tibi y luego para entrar en el siempre inquietante Monnegre de vuelta al Aeroclub.
domingo, 11 de noviembre de 2018
BTT/ Teruel- Albarracín- Teruel
..DOS CILISTAS ENAMORADOS..
De nuevo las Sierras de Albarracín en época otoñal, un regalo para los cinco sentidos. Seguimos la traza de un viejo conocido, el gran Aníbal, un tipo que todo lo que rueda lo convierte en clásica por hacer. La que le tomamos prestada ahora se hace en una jornada, pero nosotros la partimos en dos, sabedores de que los parajes que visitemos necesitarán tiempo para degustar, para ser respirados con tranquilidad.
DÍA 1Por las viejas callejas de la antigua ciudad dos ciclistas enamorados en busca de la Plaza del Torico. Desayuno entre amantes que pasean su felicidad en la fría mañana otoñal, abandonados en sus menesteres, la deseada soledad compartida.
Salida de la capital turolense para ir a buscar el río Turia, o río Gualadaviar, que ni las gentes del lugar saben hasta dónde se llama de una manera y cuándo comienza a llamarse de la otra... Enseguida dejamos la brea y por pista bien sentada junto al caudaloso río nos plantamos en San Blas. Aquí comienza un fabuloso congost que por unos tres o cuatro kilómetros, hasta el Embalse del Arquillo, nos hace olvidar absolutamente todo, absortos en tanta belleza. Un paseo excepcional y más en estas fechas otoñales. Indispensable. Algunos tramos con escaleras, y sobre todo para salir en el Embalse. Una vez fuera, por el páramo, se ganan kilómetros rápido. Se visita la Ermita de Santa María y algunos otros santos..., y finalmente se baja la Cuesta Teruel para entrar en el bonito pueblo de Gea de Albarracín y su hermosa vega junto al Guadalaviar. Festejamos un rato con las gentes del lugar y salimos por el Barranco del Comedor. Una zona bastante rota, donde hemos de echarnos la bici a cuestas algunos tramos. De últimas ganamos el Alto de las Quebradas, desde donde ya se divisa la formidable Albarracín, Patrimonio de la Humanidad, sin duda el pueblo más bonito del país. Comemos algo y siempre en bajada hasta entrar en la ciudad.
Salimos de la formidable Albarracín por la carreterilla que lleva a Bezas. Algún mirador y enseguida las pinturas rupestres. Estamos en el Parque Natural de los Pinares de Rodeno, un lugar mágico que ya en épocas prehistóricas fue poblado por los mejores artistas del planeta. Aquí se refugiaron grandes pintores y pensadores, dejando una huella indeleble en cuevas y abrigos. Se deja el asfalto y se sigue en subida por un buen rato. Parajes excepcionales. Al tiempo se sale de nuevo a asfalto y se llega al Centro de Interpretacion de Donarque, con su Fuente Buena, que encontramos seca, por lo que no podemos catar sus cualidades. Luego de nuevo por pista ancha en subida, la segunda tachuela del día, hasta un collado donde se puede seguir hasta el Alto de la Cruz. Nosotros seguimos en busca de la Laguna de Bezas. Toca bajar por un buen rato hasta llegar al idílico paraje de la laguna. Dejamos pasar el tiempo tumbados al frío sol y damos cuenta de los bocatas. Luego el camino nos mete en el abandonado pueblo de Las Casillas, un idílico asentamiento que hoy sólo visita el viento, el solitario y frío viento. Las fotos y seguimos camino, que por un trecho debemos hacer por una propiedad privada en la que han puesto unas hermosas cadenas (qué manía tienen algunos...). Las sorteamos para entrar y para salir. Algunos repechos antes de entrar en el pueblo de El Campillo, con su bella y algo vetusta iglesia mudéjar que refleja su figura en el lago lleno de patos, y su pequeño bar tan acogedor. Salimos del pueblo por caminos un buen rato y en un cruce tomamos una divertida senda en bajada que nos hace despertar de golpe y ponernos las pilas. Un barranco que parece no tener fin hasta que de últimas nos escupe a la Vega del Turia, ya muy cerca de Teruel. Los últimos kms bien suaves y rápidos por asfaltos olvidados. La coqueta ciudad duerme la siesta y dos ciclistas enamorados recorren las viejas callejas, tan amadas.
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