Decir Palomaret es echarse a temblar. Puerta de entrada a La Rabosa, Xorret de Catí y demás delicatesen del Maigmó, la encaro a medio día desde Sanvi.
Siempre a Poniente con el ventorrazo en la cara que parece no tener fin. Avanzó zarandeado hasta Agost, donde visitó el pueblo y subo a la Ermita. Luego en campo abierto el viento lo engulle todo. Tan violento que sopesó darme la vuelta. Aún así sigo camino y entro él la Vía Verde. Rápido cruzó el enorme puente y ya subiendo las rampas de El Palomaret. Lo tomo con calma, tipo cicloturista atascao jeje, y casi sin darme cuenta ya estoy en el Alto de la Rabosa. Engullido el bocata regreso sobre mi huella y en la pista de despegue de parapente el viento casi me eleva por encima de El Alacantí, que luce limpio a mis pies.
Ya solo me queda el rápido regreso a casa.
Siempre a Poniente con el ventorrazo en la cara que parece no tener fin. Avanzó zarandeado hasta Agost, donde visitó el pueblo y subo a la Ermita. Luego en campo abierto el viento lo engulle todo. Tan violento que sopesó darme la vuelta. Aún así sigo camino y entro él la Vía Verde. Rápido cruzó el enorme puente y ya subiendo las rampas de El Palomaret. Lo tomo con calma, tipo cicloturista atascao jeje, y casi sin darme cuenta ya estoy en el Alto de la Rabosa. Engullido el bocata regreso sobre mi huella y en la pista de despegue de parapente el viento casi me eleva por encima de El Alacantí, que luce limpio a mis pies.
Ya solo me queda el rápido regreso a casa.
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