O C E J Ó N , LA MOLE DE GRANITO
Junto a la Jose, la Esther, Alejandro y Chana dispuestos a dar cuenta del pico Ocejón, espectacular mole de granito separada de las sierras del Sistema Central, tan llamativa, techo de la provincia de Guadalajara.
Junto a la Jose, la Esther, Alejandro y Chana dispuestos a dar cuenta del pico Ocejón, espectacular mole de granito separada de las sierras del Sistema Central, tan llamativa, techo de la provincia de Guadalajara.
Bien temprano zumbando con el coche nos plantamos en el muy cuidado Valverde de los Arroyos. Sin pensarlo, ya estamos al tajo. Bajamos por asfalto hasta el área recreativa y tomamos una pista ancha y entre pinos ganando altura encarando la gran mole.
Llegados a un collado tomamos algo de comer y de beber. Alejandro no lo ve claro y prefiere regresar al pueblo, y con él la Esther. Así, seguimos el fervoroso ataque del Ocejón Chana, la Jose y yo. Algunos pasos a cuatro patas, otro collado, y seguimos subiendo. Las vistas, cada vez más aéreas, impresionan. Sin camino marcado ganamos altura hasta una gran roca. La cumbre ya mucho más cerca y el track sin embargo nos marca el camino por detrás de la enorme barriga, cambiando la dirección. Hacia allá vamos. Un paso difícil y entramos en un enorme runar, un caos de roca tan vertical que da miedo. La tremenda cerrada y ahí vamos encarados sin mirar abajo. Subimos y subimos y en lo más alto un orificio en la roca a modo de vivac. Las fotos y por la derecha nos colgamos en la pared para ganar la parte alta. Ya estamos arriba.
Ahora sí la cuerda bien marcada solo seguimos el estrecho margen para ganar primero el Ocejoncillo y poco más allá el Ocejón.
Hemos hecho toda la subida solos, una ruta difícil y muy poco frecuentada. Ahora en cambio, en lo más alto, son muchas las "expediciones" que llegan desde la zona turística, más sencilla. Las fotos, la alegría, la poca agua que nos queda, alguna galleta, y ya bajando hacia el Collado de las Perdices. Bajamos volados, y pronto por los arroyos que más adelante se precipitan en la bella Cascada de Despeñalagua.
Y más abajo seguimos y seguimos y ya cerca de Valverde nos encontramos a Esther y Alejandro, que vienen a nuestro encuentro. Festejamos entrando juntos en el pueblo, donde nos espera un avituallamiento de lujo. Las risas van y vienen y al levantarnos de la mesa cogemos el coche y decidimos ir a echar la siesta al río Pelagallinas. Descansamos la solemne comida y disfrutamos del correr del agua clara. Por un momento transportados de nuevo a alguno de los difíciles pasos que hemos vivido en la subida al Ocejón. Montañeros de pro, ésta ya no nos la cuentan.
SEND/ Pico Ocejón
Al rato en un collado tomamos el camino de la derecha. Por campo abierto el camino se va diluyendo y comprobamos que bajo nuestros pies ya no hay camino ni senda ni nada. Solo la marca del track nos indica en el GPS que un tipo antes que nosotros fue campo a través, sin marcas, sin hitos, solo avanzar por medio de las piedras y las altas matas. Así de penoso avanzamos y ganamos una cuerda de rocas sin saber cómo. Y detrás seguimos sin saber cómo diablos el tipo del track avanzó por medio del monte, cada vez más empinado y farragoso.
Llegados a un collado tomamos algo de comer y de beber. Alejandro no lo ve claro y prefiere regresar al pueblo, y con él la Esther. Así, seguimos el fervoroso ataque del Ocejón Chana, la Jose y yo. Algunos pasos a cuatro patas, otro collado, y seguimos subiendo. Las vistas, cada vez más aéreas, impresionan. Sin camino marcado ganamos altura hasta una gran roca. La cumbre ya mucho más cerca y el track sin embargo nos marca el camino por detrás de la enorme barriga, cambiando la dirección. Hacia allá vamos. Un paso difícil y entramos en un enorme runar, un caos de roca tan vertical que da miedo. La tremenda cerrada y ahí vamos encarados sin mirar abajo. Subimos y subimos y en lo más alto un orificio en la roca a modo de vivac. Las fotos y por la derecha nos colgamos en la pared para ganar la parte alta. Ya estamos arriba.
Ahora sí la cuerda bien marcada solo seguimos el estrecho margen para ganar primero el Ocejoncillo y poco más allá el Ocejón.
Hemos hecho toda la subida solos, una ruta difícil y muy poco frecuentada. Ahora en cambio, en lo más alto, son muchas las "expediciones" que llegan desde la zona turística, más sencilla. Las fotos, la alegría, la poca agua que nos queda, alguna galleta, y ya bajando hacia el Collado de las Perdices. Bajamos volados, y pronto por los arroyos que más adelante se precipitan en la bella Cascada de Despeñalagua.
Y más abajo seguimos y seguimos y ya cerca de Valverde nos encontramos a Esther y Alejandro, que vienen a nuestro encuentro. Festejamos entrando juntos en el pueblo, donde nos espera un avituallamiento de lujo. Las risas van y vienen y al levantarnos de la mesa cogemos el coche y decidimos ir a echar la siesta al río Pelagallinas. Descansamos la solemne comida y disfrutamos del correr del agua clara. Por un momento transportados de nuevo a alguno de los difíciles pasos que hemos vivido en la subida al Ocejón. Montañeros de pro, ésta ya no nos la cuentan.
SEND/ Pico Ocejón
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