dDONOSTIA aALICANTE/
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parte dos DAROCA.ALICANTE
A veces los sueños se apoderan de todo. Y cuando esto sucede no miran distancias ni desniveles, ni días de curro ni días de vacas, ni días de guardar ni días para olvidar. No miran nada. Es así como me desapego de la realidad, confundida con los sueños más bonitos. Y como quiera que lo soñado tiendo a confundirlo en el mundo real, ya estoy manos a la obra acomodando los sueños extraordinarios con el sino de los tiempos. Unos tiempos que marcan el devenir de mis días a lomos de la bici, ¡cómo no! El devenir de las cosas que no tienen un orden racional.
Y es en tales circunstancias como consigo poner en marcha el sueño de viajar en la bici de carreras de Donostia a Alicante. Un track cicloturista que levanto y relevanto sobre mapa con todo esmero. De últimas, problemas de agenda me llevan a partir la aventura en dos. Y es la segunda parte, de Daroca a Alicante, la que toma forma en estos días primaverales. Tres días para hacer realidad el sueño, o para ser mas correctos, la mitad del sueño.
P A R T E D O S
DIA UNO
DE DAROCA A TERUEL/
verTRACK/ DAROCA- TERUEL
Cayendo la tarde pongo asfalto de por medio en la monumental Daroca en busca de las Lagunas de Gallocanta. Me sorprende el puerto de Val de San Martín, que gano con muchos problemas, y ya entro en Gallocanta, donde ceno y pernocto. El cielo estrellado y las grullas que no están y las avutardas escondidas, o así las imagino. Las gentes del lugar me confirman que marcharon la semana anterior...., problemas de agenda, seguro:(
A la mañana salgo sin prisas, incrédulo, desubicado, mareado de tanto amor, la mirada perdida en la nada que me rodea. Atrás quedaron los bosques euskaldunos. Ésta es otra batalla.
En Berrueco como algo e intento poner orden en mis doloridas piernas. Paso Tornos, y Bella, y otros pueblos que ya no recuerdo su nombre. Y bien alzado el sol, se alza con él también el viento, que de cara me ha de acompañar por el resto de la jornada. Así, de pueblo en pueblo, recorro las comarcas turolenses. La altiplanicie sin más, abandonado al rodar, solo la entrada en los pueblos reanima el ánimo de mi tránsito por la desolación. En Caminreal pregunto por mi buen amigo Nacho, por ver si me aprovisiona de sombra y alimento y de paso echamos unas risas, pero parece estar de fiesta en fiesta por otros pueblos más bien lejanos. Compro un plátano en el mercado y sigo camino. El viento me golpea aún más fuerte a la tarde, ahí voy, sobre aviso. Afino el rodar. Ya no hay otra. He de llegar a Teruel si o si. En la Nacional aprieto los dientes y ya bien cerca de la capital echo el resto rodeado de coches que me vuelan con su absurda velocidad. ¡Asco de coches!!! Cuando por fin entro en la ciudad vieja respiro profundo. En la plaza del Torico el vaso de leche y el dulce en la boca. Encuentro fácil aposento en la fabulosa Pensión Aragón y paseo ya a la tarde el pueblo viejo de torre mudejar en torre mudejar. Ceno a lo campeón y caigo rendido en un profundo sueño.
DIA UNO
DE DAROCA A TERUEL/
verTRACK/ DAROCA- TERUEL
Cayendo la tarde pongo asfalto de por medio en la monumental Daroca en busca de las Lagunas de Gallocanta. Me sorprende el puerto de Val de San Martín, que gano con muchos problemas, y ya entro en Gallocanta, donde ceno y pernocto. El cielo estrellado y las grullas que no están y las avutardas escondidas, o así las imagino. Las gentes del lugar me confirman que marcharon la semana anterior...., problemas de agenda, seguro:(
A la mañana salgo sin prisas, incrédulo, desubicado, mareado de tanto amor, la mirada perdida en la nada que me rodea. Atrás quedaron los bosques euskaldunos. Ésta es otra batalla.
En Berrueco como algo e intento poner orden en mis doloridas piernas. Paso Tornos, y Bella, y otros pueblos que ya no recuerdo su nombre. Y bien alzado el sol, se alza con él también el viento, que de cara me ha de acompañar por el resto de la jornada. Así, de pueblo en pueblo, recorro las comarcas turolenses. La altiplanicie sin más, abandonado al rodar, solo la entrada en los pueblos reanima el ánimo de mi tránsito por la desolación. En Caminreal pregunto por mi buen amigo Nacho, por ver si me aprovisiona de sombra y alimento y de paso echamos unas risas, pero parece estar de fiesta en fiesta por otros pueblos más bien lejanos. Compro un plátano en el mercado y sigo camino. El viento me golpea aún más fuerte a la tarde, ahí voy, sobre aviso. Afino el rodar. Ya no hay otra. He de llegar a Teruel si o si. En la Nacional aprieto los dientes y ya bien cerca de la capital echo el resto rodeado de coches que me vuelan con su absurda velocidad. ¡Asco de coches!!! Cuando por fin entro en la ciudad vieja respiro profundo. En la plaza del Torico el vaso de leche y el dulce en la boca. Encuentro fácil aposento en la fabulosa Pensión Aragón y paseo ya a la tarde el pueblo viejo de torre mudejar en torre mudejar. Ceno a lo campeón y caigo rendido en un profundo sueño.
DIA DOS
DE TERUEL A COFRENTES
verTRACK/ TERUEL- COFRENTES
DE TERUEL A COFRENTES
verTRACK/ TERUEL- COFRENTES
La plaza del Torico, anoche un hervidero, amanece desierta. Desayuno al canto y ya dando pedales para salir de la ciudad. El frío intenso me hace parar y abrir el petate en busca de todo lo poco que tengo de ropa.
Siempre en caída, por la N330 pegadito al Turia. Pueblos y más pueblos, campos y más campos hasta entrar en el Rincón de Ademuz, un auténtico tesoro. Lo recorro en bajada, y cuando toca salir de él he de apretar los dientes en dos puertos de aupa. Del otro lado, en Manzaneruela, paro en la casa del pueblo donde me preparan un majestuoso bocadillo de pechuga y tortilla. Inauguro así el periodo de la tarde. Es lo que tiene las maratones. Todo el día dando pedales me hace buscar extrañas motivaciones, alicientes para distinguir el blanco del blanco, el negro del negro, para hacer más llevadero el castigo...
Como un tiro entro en Utiel, y al salir gano pequeñas aldeas vinícolas por los aledaños de Requena hasta El Pontón, todo un descubrimiento. Los últimos 40 kms por la sierra en continuos toboganes. En uno de estos me alcanzan un grupo de tres ciclistas, a los que me acoplo. La vidilla que me dan no tiene precio. Entramos juntos Cofrentes, donde charlamos un rato asomados a un mirador. Uno de ellos tiene un negocio de bicis en Utiel, ULTRA SPORT, organizando carreras de montaña. Siguen su camino y yo hospedado en el pueblo de Cofrentes. El ritual: deshago el petate, estiro, me ducho, descanso, cena en el bar, paseo. Ya en la cama cierro los ojos y el mundo se ilumina.
Siempre en caída, por la N330 pegadito al Turia. Pueblos y más pueblos, campos y más campos hasta entrar en el Rincón de Ademuz, un auténtico tesoro. Lo recorro en bajada, y cuando toca salir de él he de apretar los dientes en dos puertos de aupa. Del otro lado, en Manzaneruela, paro en la casa del pueblo donde me preparan un majestuoso bocadillo de pechuga y tortilla. Inauguro así el periodo de la tarde. Es lo que tiene las maratones. Todo el día dando pedales me hace buscar extrañas motivaciones, alicientes para distinguir el blanco del blanco, el negro del negro, para hacer más llevadero el castigo...
Como un tiro entro en Utiel, y al salir gano pequeñas aldeas vinícolas por los aledaños de Requena hasta El Pontón, todo un descubrimiento. Los últimos 40 kms por la sierra en continuos toboganes. En uno de estos me alcanzan un grupo de tres ciclistas, a los que me acoplo. La vidilla que me dan no tiene precio. Entramos juntos Cofrentes, donde charlamos un rato asomados a un mirador. Uno de ellos tiene un negocio de bicis en Utiel, ULTRA SPORT, organizando carreras de montaña. Siguen su camino y yo hospedado en el pueblo de Cofrentes. El ritual: deshago el petate, estiro, me ducho, descanso, cena en el bar, paseo. Ya en la cama cierro los ojos y el mundo se ilumina.
DÍA TRES
DE COFRENTES A ALICANTE
DE COFRENTES A ALICANTE
verTRACK/ COFRENTES- ALICANTE
Como un tiro levanto el campamento en el apartado hostal y ruedo raudo al bar del pueblo, lleno a rebosar de guardias civiles, bomberos, vigilantes de todo tipo, protectores civiles, cazadores de vete tu a saber.... Son las 7 y todos desayunamos poco más o menos lo mismo. Es el rancho del bar del pueblo, tan español.
Cuando monto por fin en la bici caigo directo a la Central Nuclear, con el sol alzando su vuelo justo detrás de las gigantescas chimeneas. Alguna foto y comienza la larga subida para ganar Ayora. Un buen puñado de kms venga a subir con las impresionantes vistas de la muela de Cortes. Entro finalmente en Ayora. Un café y sigo camino a Almansa. Una recta perfecta en ligero descenso a toda mecha voy sin parar ni para respirar. En Almansa ni entro y ya encaro otra larga subida dirección Yecla. Ni el tedio ni el cansancio hacen mella. Intacto brego sin descanso y ya en lo alto giro a la izquierda por una carreterilla que se mete en el monte camino de Caudete. El pésimo estado del firme me hace tomar muchas precauciones. En bajada entro en el pueblo y ya encaro Villena. Por fin en la provincia alicantina paseo Villena y siento mis posaderas en un bar de carretera donde me plimplo un bocata de chorizo que me da una fuerza inusitada. Salgo lanzado cuesta arriba con un calor desconocido en todo el viaje y pasado Biar encaro el puerto embalado. Y al caer a toda velocidad equivoco en una rotonda el trazo y entro en la autovía. Asustado vuelo 3kms azotado por la tralla de los coches, ¡asco de coches!!! Cuando entro en Castalla las campanas de las iglesias marcan las 3. Ya solo queda buscar el camino viejo al Alacantí, por el que me dejo caer envuelto en el frío. Cruzo fugaz la festera San Vicente y entro por fin victorioso en Alicante. Directo al Postiguet, a reventar de turistas, hago la foto soñada y en el Peret tomo la primera horchata de la temporada.
Como un tiro levanto el campamento en el apartado hostal y ruedo raudo al bar del pueblo, lleno a rebosar de guardias civiles, bomberos, vigilantes de todo tipo, protectores civiles, cazadores de vete tu a saber.... Son las 7 y todos desayunamos poco más o menos lo mismo. Es el rancho del bar del pueblo, tan español.
Cuando monto por fin en la bici caigo directo a la Central Nuclear, con el sol alzando su vuelo justo detrás de las gigantescas chimeneas. Alguna foto y comienza la larga subida para ganar Ayora. Un buen puñado de kms venga a subir con las impresionantes vistas de la muela de Cortes. Entro finalmente en Ayora. Un café y sigo camino a Almansa. Una recta perfecta en ligero descenso a toda mecha voy sin parar ni para respirar. En Almansa ni entro y ya encaro otra larga subida dirección Yecla. Ni el tedio ni el cansancio hacen mella. Intacto brego sin descanso y ya en lo alto giro a la izquierda por una carreterilla que se mete en el monte camino de Caudete. El pésimo estado del firme me hace tomar muchas precauciones. En bajada entro en el pueblo y ya encaro Villena. Por fin en la provincia alicantina paseo Villena y siento mis posaderas en un bar de carretera donde me plimplo un bocata de chorizo que me da una fuerza inusitada. Salgo lanzado cuesta arriba con un calor desconocido en todo el viaje y pasado Biar encaro el puerto embalado. Y al caer a toda velocidad equivoco en una rotonda el trazo y entro en la autovía. Asustado vuelo 3kms azotado por la tralla de los coches, ¡asco de coches!!! Cuando entro en Castalla las campanas de las iglesias marcan las 3. Ya solo queda buscar el camino viejo al Alacantí, por el que me dejo caer envuelto en el frío. Cruzo fugaz la festera San Vicente y entro por fin victorioso en Alicante. Directo al Postiguet, a reventar de turistas, hago la foto soñada y en el Peret tomo la primera horchata de la temporada.
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