Todos los viajes son el mismo. Con la VISA echando humo o como un perro indigente, si te desplazas unos metros para comprar el pan o haces el viaje de tu vida. Si montas en aviones supersónicos o caminas descalzo en un mar de piedras.
No esperes que nadie te acompañe en este viaje, pues siempre estarás solo. No busques el aliento de congéneres, no intentes escudarte.
Nadie va a viajar por ti. No quieras viajar por otro. Pon los pies en la tierra. O mejor déjate volar. Piérdete.
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