por los filos de las aristas
Mañana bañada por los recuerdos de mi época de caminante con perro. Primeros años 90. Footing desde barrio de Los Ángeles a Playa de San Juan y regreso, acompañado por el gran Wako /nunca volveré a tener un perro como tú//. Con musiquita de la época, que me hace volar sobre las sendas...
Nuevo aterrizaje en el magnífico aeródromo mutxamelero y ya despiertan los sentidos para evitar la caída segura: el desconocido Barranco del Juncaret no defrauda, muy divertido, te endereza las orejas. Después de pasar por Las Paulinas, entro en el Monte Orgegia. La diversión continúa. No hay un metro de descanso. Choca conocer después de tanto este pequeño paraíso betetero enclavado al ladito de la urbe. Nuevo impás por zonas urbanas para atacar el puerto de la jornada: la subida al Monte Benacantil corta pero intensa /en qué esteré pensando mmmmm;)/ Ya arriba, unas fotos y camino de las playas. Aristas y mas aristas hacen no poder distraer la vista en los numerosos cuerpos desnudos que por estas fechas sanjuaneras se dejan acariciar en el mítico Cabo de Huertas por el sol mediterráneo.
Ya en la Playa de San Juan soy recibido por el viento de levante, que impide que me relaje. Me acoplo en mi cabra, aprieto los dientes, y no doy tregua hasta llegar a El Campello. Ya está la vuelta dada. Solo me falta encarar la pista por el Río Seco que me devolverá al aeródromo. Un entreno espectacular trackeando los montes ´invisibles´ alicantinos y sus playas sin igual.
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