Después de algunas dudas sobre la idoneidad de afrontar esta ruta, decidimos liarnos la manta a la cabeza y poner rumbo al Pantano de Guadalest. Sabemos que las dificultades van a ser muchas y dolorosas, vamos, lo de siempre ultimamante je je, pero esta vez con el añadido de que la informacfión que tenemos es una información erronea y sesgada, sobre todo en lo referente a la ciclabilidad de la ruta...
Qué delicia siempre el comenzar a rodar. La mañana fresca. Ganamos el pueblo de El Abdet, y de ahí, entramos en el desconocido, mítico, Barranco del río de Beniardá. Una delicia para los sentidos. También muy duro, siempre hacia arriba, hemos de sortear el río en incontables ocasiones. Ya en la parte alta, ganamos un collado, y aun subiendo, caemos por una trialera de vértigo....a una puerta de hierro!!, donde nos espera el dueño de la finca para echarnos la bronca brrrrr. Todo pinta de pena, pero poco a poco la conversación se va suavizando, y a poco acabamos compartiendo paella y vino je je.
Pequeño tramo de carretera y nuevamente a subir. Ascendemos a un impresionante collado con sus vistas majestuosas de la Aitana y a lo lejos Bernia. Seguimos subiendo, pero hemos cambiado el rumbo. Ahora vamos hacia levante. Siempre subiendo. Nuevo collado, y a la caída, refugiados del lastimoso viento y ante unas vistas sin par, hacemos la que sería única parada para reponer fuerzas. Aún no éramos conscientes de lo que nos depararía el track...
Barranco del Río Beniardá |
De nuevo en marcha, ganamos un collado, un cruce de caminos, y nuestra dirección, luego de una senda estupenda, cada vez mas complicada, hasta el inicio de un runar. Lo cruzamos en ascensión y ganamos un nuevo collado. Muy penoso el recorrido, lo peor estaría por venir. A ese runar le sigue otro, y luego otro, y otro mas. Cada vez mas penosos y empinados. El cansancio de arrastrar la bici, hundidos en el pedregal...la moral tambaleándose. Sopla viento. Las nubes pasan sobre nosotros con total indiferencia. El tiempo se esfuma y nosotros no avanzamos... Nuevo collado. La cámara de fotos echa chispas del espectáculo visual. Sobre nuestras cabezas, la imponente mole del Pla de la Casa. Precipicios por todas partes. La única salida, seguir el track. Caminamos sobre rocas clavadas en punta, con las deportivas con las calas... Otra vez hacia arriba, otra vez otro runar. El paso de ladera de la montaña, sorteando piedras y matas, casi en vertical...trepando, temiendo por las bicis y por nosotros mismos, azotados por el viento. Por fin coronamos.
Encogidos por la majestuosidad de las lunáticas vistas, seguimos la única dirección posible: la cuerda sobre la montaña. Podemos montar las bicis. El subidón es indescriptible. Las dos laderas caen a cuchillo a nuestros costados. Detrás, la mole del Pla de la Casa, enfrente, toda Serrella, el Castellet, Aixortá, Bernia....al fondo las islas Pitiusas.... A tramos caminamos, y por fin damos con el vértice geodésico de Serra Serrella. 1351 metros.
Tras un mínimo descanso, orientamos nuestras bicis en busca del track. Bajamos hasta la cabecera de La Canal. El lugar es sencillamente maravilloso. Cotejamos la posibilidad de abandonar el track e intentar ganar el Castellet entrando por La Canal. Finalmente decidimos seguir el track, en la creencia que el descenso era ciclable... Bajamos al collado de La Canal, donde tomamos dirección oeste, como regresando, en busca de la Mallá del Llop, que nos llevará a Famorca.
En una envalentonada, doy con mis huesos en el suelo, mas allá de una enorme roca donde ha quedado anclada mi bici, sobre unos mulliditos cojines de monja. El susto y algún arañazo. Duelen mas los de la bici que los míos. Todas las precauciones son pocas. Nuevamente toca subir. Y de nuevo para abajo. Por fin entramos en la Mallá del Llop. Barro y mas barro. Mucha agua. Y enseguida, pie a tierra. Ciclable??? MENTIRA. Imposible montar. Un desfiladero en vertical. El pueblo allá abajo, mas allá del infierno. Lo tomamos con muuuuucha filosofía, y poco a poco vamos perdiendo altura.
Llegamos al pueblo mientras repican las campanas de la iglesia. Son las 5 de la tarde!!! Deshidratados y con calambres, y apenas hemos cubierto la mitad de la ruta!!!
Amenaza lluvia. Casi sin quererlo, dejamos el track y caemos a la carretera. Nos miramos y decidimos obviar las sendas, que seguro que están de agua hasta arriba, una nueva ratonera. Así, casi en una volada hacemos por carretera los 7 kms que separan Famorca de Castell de Castells. Ya estamos en la pista que sube al collado del Castellet. Unos 4 durísimos kms en ascensión. Eufóricos por ver que estamos salvando los "muebles". Ya en la cara del valle de Guadalest asistimos a las sobrecogedoras vistas del atardecer entre unos nubarrones que sin duda están descargando en la Aitana. Damos aire a la pinchada rueda de Javi y empiezan a caernos gotarrones como puños. Frenamos el vertiginoso descenso. Está claro que llegaremos calados, pero no podemos caer. Después de 10 horas con la bici a cuestas, yendo a su lado, e incluso alguna vez sobre ella, no podemos caer.
La Canal. Al fondo, el Castellet, Aixortá y Bernia. A la izda., las Pitiusas. |
El Castellet de Castell de Castells |
http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=4095238
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