martes, 16 de julio de 2024

GVL/ MONNEGRE. La Culata, Xapitell, La Pólvora, Monnegre de Baix

LA CULATA, XAPITELL, LA PÓLVORA, MONNEGRE DE BAIX

Una visita para la Historia por el curso medio del río MONNEGRE, por las pedanías de La Culata, Xapitell, La Pólvora y Monnegre de Baix, en día nublado y lluvioso y charretas con personajes de la zona, que es a lo que iba... Ahí voy!! 
Con tanto episodio de calor un día nuboso invita a salir. Así, me dispongo a rodar los senderos y caminos que unen las pedanías del curso medio del río Monnegre en busca de poner nombre a Dios sabe qué, que he leído en un estupendo libro científico editado por la UA y que ha caído en mis manos regalo de mi querido amigo Moisés. A él va dedicado, 
Rápido en La Culata y tomo la pista que va en busca de la junta con el Rio de La Torre. La encuentro y sigo arriba por una pista anegada de agua. Chispea. Un zorro se cruza en mi camino. Guapísimo. Conozco todos los pasos. Muchos difíciles en general y muy difíciles con la bici. Algunos cerrados al público por cadenas. En una de ellas decido no continuar, y me voy en busca de la pista 'buena' tras cruzar el río por un endeble puente levantado por los montenegrinos... 
Acabo subiendo a la carretera y hasta la antigua y desaparecida Ermita de Xapitell, donde vuelvo a bajar a Río. Le tiro hasta cruzarlo y de bruces con una casa y su valla que hace unos años no estaban. En la puerta me entretengo con el dueño. Platicamos un buen rato de los avatares del lugar y me informa del penoso estado de la senda que continúa pegada al río y los cañaverales que han crecido hasta apoderarse de todo. Tras despedirnos continúo mi periplo.

Andando, pues es imposible montar por lo angosto de la senda, asfixiado por las cañas. A mi lado el continuo rumor de las aguas corriendo. Paso un túnel de cañas característico y del otro lado salgo a un no menos característico meandro. Una estupenda casa preside el lugar. Hoy 
totalmente caída. Abandonada hace ya muchos años. La balsa vacía, el pozo caído. Peligro!! Los campos antaño un vergel, aparecen ante mis ojos totalmente abandonados. A lo lejos en lo alto otra antigua vivienda: la casa.del Capellà con su ermita de arcos ojivales. Todo derruido, para no desentonar... Y también los muy fotogénicos barrancos donde aparecen margas blancas y rojas, antiquísimas, un milagro geológico. Fundo el mvl a fotos. Cago. Y al seguir mi camino toca cruzar el río. Lo hago a malas penas sobre unos bloques en zona algo abierta entre las cañas y los pinchos. Del otro lado el camino se empina totalmente roto. El pateo de libro hasta llegar a otra casa. Roja. Abandonada también. Y el mirador que atesora, espléndido. Muchas más fotos, claro. Una buena parada para investigar en busca de antiguos molinos y las muy antiquísimas presas que siempre hubieron en el curso del río y hasta las gravísimas inundaciones de 1982, cuando las que quedaban en pie desaparecieron, y con ellas una forma de vida. 
La Culata

De nuevo en marcha monto por fin en la bici. Voy por la parte alta del barranco rojo. Y ya arriba, tras cruzar una cadena, giro brusco a derechas para volver a buscar el río. Al poco un todoterreno también antiquísimo me pasa. Lo conduce una chica rubia que semeja muy guapa. Acabo de bajar al río. Algunas acequias, todas fotografiadas. Y sigo hasta llegar a una enorme puerta y si valla que está abierta. Al poco llego a una vuelta del camino y a mi derecha aparece una casa en franca reconstrucción y la rubia con sus perros. La saludo y se acerca. Hablamos. Un buen rato. No es montenegrina. Compró la casa antigua y el terreno con su chico y ahí viven. Me habla y habla. Yo la miro con descaro, tan guapa. Espléndida. La hablo rellenando el tiempo que estamos enfrentados, a dos o tres metros, los perros alrededor, unos minutos, una vida. La juventud, qué tesoro!! Al tiempo, ya insostenible, como no me ofrece una Cocacola ni los jugos de su cuerpo, nos despedimos. 

Xapitell

Sigo arriba a la antigua escuela totalmente derruida claro, y ahora a otra casa habitada, sus vecinos, qué suerte!!, y un desvío a izquierdas y de bruces con el río, que cruzo por unas tablas. Los paisajes de ensueño. Llego a la Ermita de La Pólvora. Hay gente. Riegan campos y adecentan casas. Me siento a hablar con un abuelo, el Ciprià. Me cuenta historias, unas cuantas, a eso he venido, a escuchar historias de la vida en La Pólvora cuando era joven. Sus idas y venidas en las bestias y en bici, las chicas, las partidas a Pilota, la vida en el campo, los mercados, ... A eso comienza a llover. Poco, pero lo suficiente para que el Ciprià levante el culo y, gallato en mano y perros a su alrededor, tome el camino a su casa. Yo a lo mío y,  tras las fotos de la ermita y demás, sigo también el mío. 
Llegado a Monnegre de Baix decido poner fin a mi periplo en busca de los paisajes del libro. Así subo a la carretera y me voy en busca de la casa de ICONA, cómo no, en ruinas. Por detrás nace un divertido sendero que tomo. Aprovecho un pinar para comer lo que llevo y continúo por detrás del Valle del Sol en busca de las sendas divertidas que me devuelven al Aeroclub, donde cierro el muy histórico track.
Antigua escuela en La Pólvora 


No hay comentarios: