"Los caminos más desconocidos son los que tenemos más cerca del corazón", El Río del Olvido, Julio Llamazares
Vuelta al PANTANO DE TIBI
Del Aeroclub en busca del Portell de la Moleta y más allá Llofriu. En la Hacienda de las Águilas entro en los toboganes que bordean la cara Norte del Bec de l'Àguila, cada vez más descarnados. Entro en la zona del Sabinar- siempre por sendas muy cañeras, y más yendo con Gravel jeje. Subo a la base del Escobella por la HP light y bajo a Monnegre de Dalt por el Barranc de l'Infern.
Sin rumbo fijo, decido tirarle al Pantano. Así, subo por asfalto hasta la Casa del Silim, y por detrás tomo la pista que emboca directa. Algún tramo muy roto con pedrería abundante lo hago a pata para evitar males mayores. En la casa del pantano como la manzana que llevo y remontó luego por asfalto hasta la puerta. Del otro lado tomo la pista que su e en busca de la Senda de los Cazadores. Con mucho sufrimiento me planto arriba y giro a derechas dirección Gasolinera del Maigmó. Casi llegando a la gasolinera algo me llama la atención por la carreterilla que, a derechas, cae hacia Ronesa y el Pantano. Es una casa de nueva planta bien chula que llama la atención. Una vez en ella y tras las fotos de rigor decido seguir adelante, aún a sabiendas de la dureza de lo que me espera y encima me doy cuenta de que no llevo agua. Aún así le tiro.
Un rato sobre asfalto y más abajo sale un sendero a izquierdas que hay que tomar. Una vez en el, al poco, veo una manada de arruis que pastan ajenos a mi presencia apenas a 30 metros. Algunos se quedan mirándome extrañados. Tiro la foto y, cuando reaccionan, algunos emprenden la huida en mi dirección. Son unos breves instantes y pronto la cambian; tiempo suficiente para casi cagarme encima...
Tras el estruendo que han armado los arruis en su carrera se hace de nuevo el silencio. Al poco pie a tierra y la senda se complica por momentos. Cae a tramos muy vertical. En otros el roquedal impide montar, o los precipicios me hacen ser cauto... Con paciencia avanzo siempre abajo. Los paisajes impactan. Así gano el lecho del Río Verde, que apenas lleva un hilo de agua junto a las rocas.
Decido remontar dirección al pueblo de Tibi. Camino sobre el pedregal haciendo fotos y al tiempo un fantástico sendero ciclable que me mete en los impresionantes farallones de Els Mallarets, y frente a ellos, tras cruzar el río, algunas casas y una pista asfaltada que, en franca subida, me pone en la carreterilla de la Alcornia. A derechas y al poco tomo Camí de Cerver que va por la falda del Penyó de la Moleta en su vertiente Norte con fuertes pendientes. Del otro lado acabo saliendo a la carretera del Monnegre a Xixona- y, siempre en bajada, gano fácil el pueblo de Monnegre de Dalt. Ya sólo me queda el dulce regreso al punto de partida.
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