sábado, 8 de mayo de 2021

BTT/ Cabeçò d 'Or. Cara Sur

El asombroso momento

En mi sueño todo ha muerto

Ruedo por un pedregal inmundo 

Abocado a la nada 

Al oír el disparo entiendo que no estoy sólo 

Veo acercarse la bala 

El asombroso momento 

Bajo de la bici y me tumbo antes de que llegue a su destino

Al cerrar los ojos despierto y veo pasar 

Al pájaro que vive por mí en el cielo 

Y me informaba de sus vuelos a diario 

Una mañana muy productiva enlazando zonas de gran belleza por la Cara Sur del Cabeçò.

La aproximación por la Sierra de Bonalba directo a Busot, donde tomo la senda que va por una antigua acequia colmatada de tierra. Por tramos peligrosa, muy aérea, recorro toda la Sierra de Galeres hasta meterme en la Cantera.

Siempre en subida busco el Coll del Cantal y ataco una pista muy vertical que me encumbra a un collado aún más alto, el de Salmitre-, desde donde se ganan unas vistas de lujo de la zona de Benidorm y las montañas de la Marina. La pista continúa en bajada y de últimas desaparece, siendo imposible seguir.

Así, doy media vuelta y pongo rumbo al Coll de la Castellana. Una vez ganado, en la bajada al Pla del Cabeçò decido ir a buscar la senda vertical y muy revirada que sube directa a las Cuevas del Canelobre. Aún a sabiendas de que es una pateada de libro allá que voy. Con mucho esfuerzo gano altura rápidamente y visito una pequeña y muy coqueta cueva ya casi arriba. 

Una vez en Canelobre doy cuenta del bocata y los dátiles entre hordas de turistas coronavíricos. En la bajada busco la estupenda senda de La Gorgonera que me lleva a la Pista de El Espino. Se baja bien rápido a la carretera de Busot a Xixona y le tiro el último tramo de vuelta al punto de partida por el espectacular Barranc del Vergeret. 
El primer tramo hasta arriba de agua, el barro me hace pensar en dar media vuelta. Sin embargo insisto y algo más abajo el agua se filtra a tramos, haciéndose el avance menos farragoso. Ahora sí, no hay otra que seguir. Los paisajes de muerte, las fotos, los recuerdos... Este pequeño inframundo alacantón me atrapa aún cuando soy capaz de cerrar la ruta, duchadito, escribiendo la crónica.


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