martes, 23 de mayo de 2017

CRT/ Vuelta a las Sierras de Benicadell, Ador y La Safor

...* v u e la o r c a     ....
Las carreteras del norte me reciben con los brazos abiertos, y ahí voy, a toda mecha. Salgo de Muro como una exhalación y trepo la cerrada garganta que separa las sierras de Mariola y Agullent. Y antes de llegar a Agres pincho. Rápido el coche de asistencia me da una nueva montura y gano el Alto y ya vuelo pasada Alfafara el barranco de Ontinyent. Luego por el Camí Vell d'Agullent, y ganado este pueblo enseguida Benissoda y Albaida. Algo de tráfico en esta zona para luego rodar prácticamente solo por la carreterilla de montaña que pasa por todos los bellos pueblos de la Vall d´Albaida, el Paraíso. Pasado Llocnou de Sant Jeroni me dirijo a Castellonet de la Conquesta pensando que hay un paso carretero para llegar al pueblo de Ador. ERROR! Me toca volver. -"Bien bien, un poquito de investigación", pienso. Caigo al pintoresco Alfauir y por la vía de servicio pegada a la autopista gano Palma de Gandía, Ador y por fin la deseada Vilallonga. Con 80 kms en las piernas y un acumulado que ronda los 1000 metros afronto el gran reto de la ruta: el Puerto de La Llacuna, que me ha de devolver a tierras alacantonas. Cinco primeros kms bien duros, con pendientes mantenidas por encima del 12-14%. Luego, en la Urbanización La Llacuna, respiro al 5-7%, para tener un arreón final por encima del 16%. Los cerca de 10 kms de puerto se hacen sin tráfico y con unas vistas excepcionales. Luego arriba los paisajes de montaña: La Safor, Vall de Gallinera, el Benicadell... IMPRESIONANTE! -"También la bici de carreras me mete en los grandes espacios olvidados".... Un cruce a derechas para bajar a L´Orxa con un tramo muy roto, pero mucho. AL LORO!! Ya en L´Orxa la última volada para entrar en Muro junto al rio Sérpis.

domingo, 21 de mayo de 2017

CRT/ COMTAT i MARINA ALTA

B a c a n a l  de  c e r e z a s
Cualquier excusa es buena para visitar la Marina Alta, pero si encima es época de cerezas, la escapada parece obligada. Así, me planto bien temprano junto a Braceli en Benimarfull dispuestos a recorrer los bellos valles del norte alacantón.
En subida desde Planes para entrar en la Vall de Gallinera. Y en lo más alto los primeros campos de cerezos. Bajo la copa se cuelan los rayos del sol en la primera mañana. A lo lejos las risas de los hombres y las mujeres que recogen cerezas en los campos. Y nosotros bajo nuestro árbol embriagados con el delicioso manjar. Recorremos todo el valle en bajada, con sus pueblos sin despertar y las altas montañas que nos dan cobijo. Y mas allá se abre el valle al mar y los cerezos se convierten en naranjos que rodean Pego. Tanto tiempo frenando y de repente una tachuela. Toca subir el hermoso puerto para entrar en La Sagra y Orba. Y una nueva tachuela para entrar en Murla y Benichembla, donde comienza una larga y tendida subida por la Vall de Pop que nos ha de llevar a Castell de Castells y el resto de pueblos hasta Gorga. Estamos en la Vall de Seta, donde el paisaje cambia, con sus cortados y la tierra arenosa, y la influencia del mar que ya no es tanta. Al ganar el Desfiladero de Millena solo nos queda la bajada triunfal a la Vall de Planes. Es la hora de la siesta y en Benimarfull no se mueve un alma. Como por la mañana. Quién sabe si todo el día fue así... Este último pensamiento me hace dudar si salimos al ruedo. Le doy al replay y veo fotos que no me suenan de nada..., cierro los ojos y siento el regusto a cereza en mi boca. 

viernes, 19 de mayo de 2017

SEND/ Confrides- Castillo de Alfofra


CONFRIDE N T E S
Pasear con los amigos de siempre es un placer que disfrutamos en pequeñas dosis. Como las mejores esencias en sus diminutos frascos, ya no hace falta nada más. Ahí vamos nuevamente dispuestos a disfrutar de un día especial. 
Llegados al muy pirenaico pueblo de Confrides nos encontramos con una carrera de montaña que tiene el pueblo revolucionado. Tomadas las calles por cientos de coches nos toca aparcar donde Cristo fue a cagar. 
Así es como comenzamos la caminata en el extraradio del pueblo;)) Ya en ruta enseguida ganamos altura y por una senda estupenda entramos en un barranco y venga arriba, por momentos perdidos cruzamos un torrente, donde nos refrescamos. Aquello parece no tener fin, y el Castillo de Alfofra al que vamos en vez de acercarse parece alejarse. Igual seguimos incansables y con la moral intacta. Por fin ganamos un pequeño collado, pasamos un canchal y enfilamos el último arreón. Es así como llegamos los pies del gran farallón en cuyos riscos más altos descansan los restos de la muy antigua y legendaria fortaleza musulmana. Vencidos quedan en el collado Josele y Javi, encaramándonos a lo más alto el resto de la expedición.
 La atalaya realmente es magnífica, una reliquia de la gloriosa época árabe, época que tan buenos músicos y mejores escritores dejó en el ajetreado devenir hispánico. Desde lo más alto oteamos el inmenso valle de Guadalest a nuestros pies, hasta las costas de Altea y Benidorm, y la hermana Argel un poco más allá del trozo de mar... Las montañas de la Aitana, Serrella, Aixortà, Bèrnia..., nada pasa desapercibido desde el privilegiado mirador. 
En la bajada de regreso al pueblo equivocamos un par de veces el trazo, saliendo castigados con la maleza y las zarzas. Es así, medio ensangrentados, como llegamos a El Pirineo dispuestos a comérnoslo todo. Luego paseo y siesta sobre una loma 'almohadillada' con el pueblo y el castillo cerrando el paisaje. 
¡Que no pare la fiesta!!

jueves, 18 de mayo de 2017

CRT/ Mutxamel- TORRE DEL RICO- El Pinós- ...

Fragancias de MA D A R A   
Como en el antiguo Egipto, cruzo el río para descansar en la otra orilla al menos un rato de la otra vida. Los egipcios lo hacían en barca y el Nilo llevaba bastantes cocodrilos, yo lo hago sobre ruedas y el Vinalopó lleva los sapos que le viene en gana. Con el sol en lo alto ya estoy en Poniente. A este lado del río se siente el acento extraño en el hablar de sus gentes, extranjero. Los campos de vides esconden una tierra de un color especial, oro, diría;  y el sol aprieta de justicia, una justicia que semeja divina.
Vuelo sobre mi caballo alado las amplias planicies de Poniente en busca del más allá. Pequeñas aldeas salen a mi encuentro en los recónditos paisajes, las gentes bajo sus sombreros beben extrañas bebidas y juegan a extraños juegos, escrutando mi pasar. Y cuando me siento en su mesa como buen extranjero, apenas entiendo lo que dicen. Yo también bajo mi sombrero bebo sus hiervas y siento bien profundo la maravillosa fragancia de los ungüentos que fabrican en sus ancestrales alambiques. 
Cañada del Trigo
Torre del Rico
Cases del Senyor
Como por azar llego a la casa de mi hermano y al cruzar el zaguán ya me está dando trabajo. -"No he venido a trabajar, hermano". - "Entonces a qué has venido, hermano?  -"He venido a verte y a recoger las fragancias". -"Entonces tendrás lo tuyo cuando me eches una mano. Luego tocaremos juntos alguna vieja canción, si es eso lo que quieres"
Castillo de Aspe
Al volver la vista atrás resuena con fuerza la melodía, que envuelve mi rodar con infinita dulzura. La tarde va cayendo cuando ya de vuelta en Oriente abro el frasco de las fragancias y envuelven cada rincón de la casa. Infinita dulzura, MADARA.