CON LA BICI DEL RAMALAlicante - Cangas de Onís, casi mil kms cruzando la Península de charreta con el incombustible y siempre dispuesto hermano del pedal fácil Marcos, alias Cancerbero01, y en éstas que cambiamos el plan inicial y nos decidimos por un track del que poco sabemos. Eso sí, salvar +-7000m+ para dar la vuelta a los impresionantes macizos de los Picos de Europa en 4 días, cargados como burros, semeja un reto importante. Un desafío que afila nuestros dientes y distingue nuestra mirada.
Macizo Occidental |
DÍA 1/ Cangas de Onís - Bejes
Salida de Cangas con el calabobos enchufado. No hemos rodado ni 5kms y estamos ya bien calados. Etapa mayormente por asfalto; es muy difícil evitar la carretera en el corredor que lleva a Arenas de Cabrales. Los pocos tramos cercanos a pueblos que podemos salir, lo hacemos, y con gran éxito, ya que los pueblos lucen inmaculados, con áurea turística. La entrada en Arenas por una pista-sendero bien chula y repostamos en bar degustando tortilla, chorizo y el fabuloso cabrales!!
La salida del pueblo siempre en subida hasta Poncebos, famoso por ser lugar de entrada (o de salida) del Cañón del río Cares. Entorno muy machacado por el turismo y, una vez pasado, tenemos 11kms de dura ascensión, siempre sobre brea, para alcanzar Sotres. Un primer tramo, hasta el pueblo de Tielve, de unos 5kms con un sostenido que ronda el 10% que se hace duro. Luego alfo más tendido hasta +-1'5kms para ganar Sotres, donde los cuestiones son de aúpa, rondando siempre el 15%. En Sotres repostamos agua y comemos algo de fruta y seguimos con buenas paredes hasta ganar la cota más alta de la jornada a 1300m de altitud. La lluvia, que no ha desaparecido en ningún momento a lo largo del día, ahora arrecia. El termómetro cae a 15⁰C y toca entrar en un PR en bajada. La niebla no nos deja ver más allá de nuestras narices, la calada es total, y el frío intenso. Un primer tramo de bajada vertical y más adelante llanea, entrando y saliendo de buenas masas de bosques de hayas, territorio de lobos... Impresionante!! Apenas paramos para secarnos los ojos y guardar enseres de la lluvia. Más adelante ganamos una fuente y de nuevo el camino, ahora alquitranado, que se precipita hasta entrar en el bello pueblo de Bejes, donde encontramos techo en el antiguo Juego de Pelota y nos dan cena en el bar El Teju.
DÍA 2/ Bejes - Fuente Dé
Toda la noche lloviendo y a la mañana el calabobos. Desayunados y aleccionados en el Bar El Teju ponemos rumbo al Collado Pelea. Se encara nada más salir del pueblo y en breve estamos caminando. Los cuestiones son inhumanos. Muchos tramos con desniveles por encima del 30%!! Encima todo mojado. Bastante hacemos con no irnos al suelo. Son 3 kms de infarto. Cuando por fin ganamos el alto, del otro lado se baja un primer tramo más suave. La nube que golpea con fuerza en el lado de Bejes, de éste, del lado de Cabañes, la cosa se relaja y vemos el sol. Se agradece... Más abajo la cuesta es muy empinada y hay que afinar para evitar el piñazo. Ganado Cabañes comienza un 'via crucis' la mar de entretenido en el que apenas hay tramos en horizontal, y tanto para subir como para bajar hay que atarse los machos! Paredones de infarto nos obligan a caminar en multitud de tramos, haciendo la travesía muyyy dolorosa. Vamos en todo momento pegados a lo más alto de las montañas y los pueblecitos que visitamos están colgados de lo más alto. Pasan las horas y apenas hemos sumados kms. Desespera jeje, pero es lo que hay. Seguimos a lo nuestro. Hemos comido de lo que llevamos en Colio y más adelante, ya primera hora de la tarde, llegamos a Mogrovejo, un pueblo turístico donde tomamos unas cervezas y unos helados con los bocatas nuestros y, tras el café, afrontamos un paredón de vértigo para ganar los Altos de Áliva. Serán más de dos horas para sumar +-6kms y un desnivel por encima de los 1000m+. El cansancio acumulado no nos amilana, y con tramos de pateo, conseguimos la hazaña. La bajada rápida a Espinama y ahora por asfalto y siempre en subida ganamos el Camping de Fuente Dé, donde montamos tienda y, tras pasar por la ducha, sentamos el culo en el estupendo bar para dar rienda suelta a nuestra imaginación.
Colio |
DÍA 3/ Fuente Dé - Oseja de Sajambre
La noche pasada por agua y a la mañana la niebla. Tras desayunar, recogemos el campamento y, con la barra de pan en el petate, tomamos el PR25 dirección el Collado de Remoña, que con sus 1800m+ largos es el techo de nuestra travesía.
Entre hayedos enormes y buenos cuestones calentamos motores. Más arriba el cielo comienza a despejar y ante nosotros aparecen paredes de caliza impresionantes. Los bosques y los claros se suceden y así hasta una zona más abierta y menos vertical (se agradece jeje), y será como coronemos el Alto. Las fotos y continuamos por una cuerda hasta otro collado, un cruce de senderos. Nosotros decidimos bajar por el que lleva a Santa Marina de Valdeón, que parece más 'amable'. La primera parte bastante ciclable y más abajo atravesamos diferentes bosques, en uno de los cuáles, con mucha humedad, Marcos se va al suelo y golpea de mala manera el desviador trasero. Conseguimos enderezarlo pero vamos con miedo. Así, al llegar a asfalto decidimos seguir por él hasta Posada de Valdeón, por si hubiese alguna tienda de bicis. No hay suerte, pero al menos llegamos a buena hora para comer. En la Posada Begoña la comida casera de 10. Salimos doblados y, tras el café en el bar de enfrente, afrontamos la segunda parte de la ruta.
La bici de Marcos aguanta y, nada más salir del pueblo, un cuestarrón inhumano por el camino viejo de Posada a Oseja. Tramos a patita y más arriba algo más tendido, sorteando muchos arroyos, el avance implacable hasta acabar ganando el Puerto de Panderruedas, con sus casi 1500m+.
El sorpresón del día nos espera en la bajada a Oseja de Sajambre por un sendero maravilloso. Todo ciclable y unos paisajes y unos bosques para enmarcar. Absolutamente recomendable. Vuelan las fotos y ya abajo, en la entrada del pueblo nos espera un Área recreativa medio abandonada donde montamos el campamento para pasar la noche.
DÍA 4/ Oseja de Sajambre - Cangas de Onís
Desayunados en uno de los dos bares de Oseja, ponemos rumbo a Soto de Sajambre por espléndida pista con vistas y buena sombra. Llegados al pueblo nos sorprende la belleza del mismo y la actividad de paisanos y visitantes. El panorama que tenemos delante, salvar la Senda del Arcediano hasta el pueblo asturiano de Amieva, semeja imposible, al menos para los naturales del pueblo. Hay alguna otra opción, pero también temible, y nosotros, cabezotas que somos, ahí que vamos. Los primeros kms en franca subida con tramos de paredones muyyy malos para el corazón. Y en lo alto ganamos el Collado de Beza, con magníficas vistas. Charlamos con un paisano en su todoterreno que nos da ánimo para la locura a la que nos abocamos. Con la ilusión del ignorante seguimos nuestro avance, ahora sin senda bajo los pies y, cuando la hay, mayoritariamente llevando la bici del ramal, como gustan decir los locales. El pateo siempre arriba, pasamos una majada de vacas y una estupenda fuente, y más arriba un buen muro de piedras y una puerta de hierro que marca la divisoria con Asturias. Estamos el el Puerto de la Portillada.
Del otro lado la pradera verde y en fuerte pendiente nos aventuramos a ratos montados, tan alegres. Tiene su peligro y vamos bajando casi sin saberlo, y más abajo alguna fuente y varias majadas de vacas sin vaqueros ni perros. Sólo los buitres arriba y nosotros en nuestro avance. El camino mayoritariamente empedrado. Estamos en la Senda del Arcediano, un camino milenario, de tiempos de los romanos, que ha estado en funcionamiento hasta nuestros días para trasiego de animales, vinos, hierros y demás, del mar Cantábrico a la Meseta castellana. Frente a nosotros aparece espléndida la fachada Occidental del macizo de los Picos de Europa, cortados abajo, muy abajo, por el desfiladero del poderoso río Dobra. Siempre con la bici del ramal y siempre en bajada y siempre más abajo y más abajo, que parece no tener fin. Hemos comido lo poco que nos queda tras 4 días de aventura y los milenarios empedrados que intentan minar nuestras fuerzas.
En una fuente preparamos café. Embobados con las infinitas murallas de caliza del soberbio macizo occidental. Estamos cansados. Mucho. Llevamos más de 6 kms de caminata por un empedrado que nos engulle y aquello no parece tener fin. Ahora por bosques de avellanos, hayedos, robles..., el agua corriendo por todas partes, todo empapado. También nosotros. En sudor y en fango, y en mierda de vacas...
Cuando por fin llegamos al Collado de Angón, con sus carteles del Parque Nacional y su asfalto, no damos crédito a tanda felicidad. Algunas fotos y por pista alquitranada ponemos rumbo al pueblo de Amieva. Antes de entrar en él, un desvío a derechas y para arriba a un collado. En lo más alto hay un curioso mirador, un volado de hormigón armado, a lo bestia, y en él unos guiris, inglés y alemana, residentes en Benitachel!!, bien simpáticos. El inglés es fotógrafo profesional y nos hace un book de ensueño!!
Despedidos de los amiguitos seguimos nuestro camino para entrar en el pueblo de San Román, medio caído y tan bello!!!, Y algo más abajo, en una curva, aparece el Jeep del tipo con el que hablamos en el Collado de Beza. Nueva parada y de charreta oootrooo buen rato, poniéndonos al tanto de las problemáticas ganaderas de la zona y de la aparición del lobo... Nueva despedida y salimos 'despedidos' por pista en subida, un buen tachuelón, ganando altura con vistas impresionantes. Parece que la tarde va cayendo y los kms que se suceden sin fin. Ahora toca bajar y una nueva vaquería, esta vez con perro tipo caballo que nos quiere comer. Solventado el momento 'adios mundo cruel' acabamos entrando en el pintoresco y diminuto pueblo colgado de las montañas de Vis. En él una mujer desde su ventana nos habla. Al pararnos nos vemos rodeados de otras mujeres que nos hablan igual como su fuésemos lunáticos, caídos del cielo, últimos supervivientes de un mundo en descomposición... Una de ellas nos trae de comer arroz con leche que nos sabe a gloria. Estamos emocionados de tanta simpatía. Al tiempo, una vez despedidos y con la noche cada vez más encima, salimos del pueblo. Y lo hacemos en franca caída por una senda de mil diablos. Hemos de estar muyyy atentos y cada metro semeja el último. Por fin abajo salimos a asfalto. Apenas medio km y cruzamos, donde se junta el Dobra con el Sella, este último por un puente colgante. Del otro lado a ratos pista, a ratos senda, a ratos asfalto, y así un buen trecho en la aproximación a Cangas de Onís, donde de últimas acabamos entrando para cerrar el espléndido, único, maravilloso track.
San Román |
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