martes, 28 de junio de 2022

BICIOAVENTURA/ Pedals du Tourmalet


¡IMPARABLES!!!

Los días de Hogueras de Sant Joan son para ir al Pirineo. Junto a los hermanos de 'Aquí hay BTTema' Protma, Cancerbero01 y Capitán Pedales, nos adentramos unos fantásticos días por los caminos y senderos de los Pirineos Centrales franceses. Y lo hacemos a nuestra manera, es decir, en autosuficiencia, cargando con todo lo necesario para hacer vivac allá donde nos venga en gana, con los hornillos y esta vez también una carpa porque las predicciones en la cara Norte del Pirineo son de lluvias. 
Seguimos mirando adelante
Con toda la pasión
Nada nos puede frenar
Cuando hacemos las cosas desde el corazón
Esa es nuestra fuerza
¡Imparables!!!

Día uno/

Primera jornada por el Alto Pirineo francés que nos deja un muyyyy buen sabor de boca. La salida del pueblo de Arrens-Marsous a medio día. Un rato por el llano y más adelante a izquierdas comenzamos a subir. Visitamos algunas aldeas con buenas cuestas y más adelante ya por pistas ganamos altura a lo bestia, siempre con las fabulosas vistas del valle del que venimos. Entre nubes las enormes paredes pirenaicas engalanadas con buenos neveros. 
Col de Couret 
Cuando ganamos el Col de Couret con sus 1351 m, del otro lado comienza una bajada absolutamente espectacular. Un primer tramo lo hacemos por pista abierta hasta un segundo collado y aquí tomamos un sendero escondido, hundido en el prodigioso bosque. Serán kms y kms en bajada, la mayoría limpios, otros no tanto, todos absolutamente impactantes. Y siempre con mucha atención; no en vano vamos cargados como burros y no podemos permitirnos ninguna caída. La adrenalina a flor de piel en cada recoveco, y los espléndidos paisajes. ¡Estamos eufóricos!! Siempre en bajada, una bajada que parece no tener fin. Y cuando llegamos abajo entramos en el pueblo de Argèles-Gazost, muy bien montado y con un Carrefour donde entramos de cabeza. Baggettes, quesos y salamis para unos bocatas que nos saben a gloria. 
De nuevo en marcha una buena tachuela y de nuevo dentro de un vertiginoso sendero esta vez pegados al caudaloso Le Gave de Pau que nos acabará metiendo en la muy afamada Lourdes
En una tienda de bicis ponemos a punto alguna bici y nos hacemos con unos maillots de la zona moniiiiisimos😍 y, tras cruzar la población, más sendas y en busca del último tachuelón del día. 
Va cayendo la tarde y nosotros venga a subir. Primero visitamos una antigua torre medieval y más adelante sí o sí venga arriba ganando unas vistas tremendas con el atardecer de fondo. En lo alto llegamos a Arrodets-ez-Angles, un precioso pueblo con vistas increíbles,  y montamos el campamento en una zona de juegos para niños con un buen techado y una pila con agua. ¿Se puede pedir más?? La copiosa cena con los hornillos a todo trapo, la fruta y los dulces.
Es noche cerrada y mientras escribo estas líneas de fondo el relinchar de los caballos, las vacas y sus cencerros y los pájaros nocturnos. Y los grillos, siempre los grillos de junio. 

Día dos/ 

Con las primeras luces nos cae un interesante chaparrón. Hemos dormido como lirones y ahora, con el solecito calentando, desmontado el campamento y algo al buche, allá q nos vamos con la felicidad dibujada en nuestras sonrisas!😍 
Salimos del pueblo en franca subida. Vamos tras un buen puñado de vacas con sus vaqueros. La prisa mata... Por lo alto de las montañas las excelentes vistas. Pasado un pueblecito, ahora con muchos sube y bajas, entramos en un embudo y la pista se acaba en una propiedad privada. Cuando comprendemos que la senda cae vertical por dentro de un frondoso bosque y con la hierba por la cintura comienza a llover. Entramos en la propiedad privada y nos resguardarnos en el flequillito del techado, apenas cabemos junto a la leña apilada para evitar el aguacero... Ahí pasaremos casi una hora, el tiempo para que escampe la potente tronada.
Cuando salimos vemos que, con la que ha caído, el sendero va a ser muy peligroso y nos vamos a empapar. Así, deshacemos un trecho y buscamos un atajo para caer al pueblo en el fondo del valle. Le tiramos un buen rato y llegamos a una propiedad privada. La puerta está con candado. No hay nadie, ni perros ni dueños... Nos toca saltar.
Pasamos penosamente las bicis y del otro lado acabaremos pasando otras tres puertas más, éstas sin candado pero igualmente con el susto en el cuerpo... Luego potente bajada por pista asfaltada y remontamos por lo más profundo del valle al pueblo de Labassere. El sol en lo alto y por delante un subidón enorme para ganar el Col de Esquiou a 1036 m+, todo por pista asfaltada.
Comemos algo en el coqueto refugio y seguimos en subida por pista un buen rato hasta un cruce y a izquierdas entramos en un fascinante bosque. Muchas raíces y todo mojado nos llevamos algún susto. Luego más abajo de nuevo cielo abierto y la potente bajada con el sendero muy roto. Por momentos bastante peligroso y muchos tramos de pateo. Luego más abajo más de lo mismo hasta por fin entrar en Banyeres de Bigorre
Directos a buscar donde nos den de comer y encontramos un encantador restaurante con terraza en una plaza con muuuucho encanto. Comemos, muy pero que muy bien, unos pinchos de buey con guarnición exquisita, postre y café. Buscamos luego una tienda de deportes para algún apaño y ya en busca de la subida al Tourmalet. 
En la parte alta de Banyeres entramos en un magnífico parque. Mucha agua y excelentes sombras. Muy concurrido, nosotros a lo nuestro venga a subir. Más adelante caemos a la carretera y la cruzamos para encarar unos paredones imposibles. Será un tramo muyyyy odioso, pues nos toca caminar y en unas condiciones pésimas por los desniveles tan brutales, imposible salvarlos montados para nadie, y menos nosotros, cargados hasta las orejas. Así el penoso avance y luego la bajada también para llorar... De nuevo en la misma carretera que habíamos dejado, visitamos un bonito pueblo con un impactante castillo y al tiempo volvemos a dejar la carretera. Esta vez parece más sencillo y tomamos la pista. No es tan mala como la anterior pero igualmente penamos de lo lindo.
Acabamos cayendo al muy emblemático pueblo de Saint Marie de Campan, desde donde se ataca bien el Aspen, bien el Tourmalet. Con todo el cansancio seguimos luchando y venga arriba hasta un cruce y a derechas le tiramos por pista asfaltada pegados a un río que baja hermosísimo. Los primeros kms al +-5% y los últimos con rampones que por momentos rondan el 20%. Muyyy duro.
Ya cerca de Artigues comienza a llover. En el camping no hay nadie pero podemos pasar. Buscamos un bunga con un buen porche y nos instalamos. Estamos empapados en sudor y directos nos vamos a las duchas. El agua caliente nos devuelve la vida. En otro porche con mesa y vistas al lago montamos la cena. Cuando nos enfundados los sacos la niebla que se ha apoderado de todo. Mañana será otro día!✊🏼✊🏼 

Día tres/ 

Ha llovido toda la noche y por la mañana estamos dentro de la nube. Desmontamos el campamento y salimos del camping fantasma sin foto de salida. Al poco por pista muy empinada dentro de un espléndido bosque. Le tiramos arriba y cuando abre el bosque se acaba la pista. 
El sendero cruza un potente riachuelo y del otro lado se empina de mala manera. Pateo de libro, a ratos con pendientes por encima del 30%!! Muy duro. 
Más arriba ganamos un lago que intuimos pero no vemos por la niebla tan cerrada. Podemos montar en las burras pero la cuesta es importante y la hierba hace que se claven las ruedas, las engullen!. Bajan muchos torrentes que cortan el camino y hemos de pasar unos cuantos a la brava. Chopada al canto jeje. Más arriba de nuevo cuestas imposibles hasta por fin ganar La Mongie, una estación de esquí donde nos dan de desayunar y compramos algo de pan y chocolate. 
Va levantando la nube y el resto de la subida al mítico Tourmalet la hacemos por asfalto. Mucho ciclista y motero. Arriba, en la cota más alta de la travesía, echamos el rato con las fotos y la cháchara con otros ciclistas. Momento mágico!! 
En la bajada, al poco, tomamos el sendero GR con tramos maravillosos, otros de susto por los precipicios, con mucho cuidado la mayoría de las veces... Las vistas siempre impactantes. El Pirineo a lo bestia. 
Más abajo salimos de nuevo a asfalto en una estación de esquí y enseguida de nuevo un desvío y ahora por pista rápida la mayoría en bajada pero también buenos sube y bajas. 
A eso de las 3 de la tarde entramos al muy cuidado pueblo de Sers, colgado en la montaña. Picamos la puerta de un restaurante que parece cerrado. Nos abren y nos dan de comer el estupendo menú del senderista mientras ponemos a secar deportivas y demás... Ahítos, salimos siempre en franca bajada, las sendas de ensueño, hasta caer a asfalto y entramos en la bellísima Luz St.Sauveur, un pueblo grande absolutamente recomendable.
Callejeamos un rato, alguna compra y la salida en subida por una pista asfaltada ganando altura rápidamente. Así le tiramos unos buenos kms y cuando se acaba el asfalto tomamos un sendero absolutamente fabulosos. ¡De ensueño!!😍
Más adelante algunas casas y acabamos ganando el pueblo de Grust. Damos una vuelta por el bello pueblo y hay una carpa donde están dando dorsales para una carrera a pie que se celebra mañana. Montamos el campamento para pasar la noche en una plana al lado de la iglesia con su hermosa fuente y su mesa gigante de piedra, y las fabulosas vistas del valle con Luz St.Sauveur al fondo. ¡Un regalo incalculable!!! 

Día cuatro/ 

La noche estrellada y a la mañana estamos invitados a desayunar en el punto de partida de la carrera de montaña que se organiza en el pueblo. 
Recogido el campamento allá que nos vamos. Nos presentan a un francés hijo de españoles, tan simpático como el resto. El desayuno algo escaso jeje: un vasito de caldo de café americano hirviendo y dos rebanadas de bizcocho del súper😭 Nos despedimos y salimos "despedidos"😉 por la senda GR que se enlaza por la parte alta del pueblo. Es una senda a ratos temible, ya que está peraltada, es muy estrecha y el precipicio acecha a cada pedal. También tramos de empujin. Así el avance finalmente salimos a una pista abandonada que nos mete en una cascada bien bonita.
Las fotos y del otro lado salimos a una pista asfaltada sin nada de tráfico. La pendiente mantenida al 10% y salimos a la carretera que sube a la Estación de Invierno de Luz Ardiden. Muy frecuentada por ciclistas, pasa por ser de las más bonitas ascensiones de los puertos pirenaicos franceses. Hemos almorzado lo que nos va quedando y la subida se hace la mar de amena de charreta con españolas que nos vamos encontrando... Ya arriba a derechas seguimos subiendo y al tiempo por pista nos lleva por los límites de la estación y acabamos coronando el Col de Riou. ¡Absolutamente espectacular!!!
Un buen puñado de fotos y toca bajar del otro lado por un circo majestuoso. Asusta, y sin embargo el sendero resulta ser bastante limpio y podremos bajarlo prácticamente entero subidos en las bicis. Muchas partes diferentes, al principio con paisajes de alta montaña y más abajo por dentro de bosques de todo tipo y condición. Luego en la parte más baja curiosamente la senda cae vertical a lo bestia, debiendo bajar con sumo cuidado, con muchos tramos de pateo. 
Cauterers

Soulom
Hemos bajado más de 1000metros y el pueblo de Cauterers, al que caemos, no entramos. Tomamos caminos y sendas y vías verdes por el fondo del valle, siempre en bajada, muy rápidos. Hemos bajado +-1500 m y al entrar en Soulom, a las 14:15, nos encontramos con que todo está cerrado, y lo poco abierto, NADIE nos da de comer.

Hambrientos y con alucinaciones, decidimos continuar nuestro camino justo cuando un tipo abre su tienda de ultramarinos. Baggettes y embutido y algún plátano y chocolate y cervezas (¡Que no falte de ná!!). Nos vamos a un parque donde se celebra una fiesta para niños y, mimetizados en el ambiente, nos enfundamos los bocatas y, tras comer unos deliciosos crepes, salimos escopeteados.
El cielo amenazante y la sensación de frío que se nos acaba enseguida, pues comenzamos a ganar altura. Serán unos muy buenos kms por asfalto y nada de tráfico bordeando en altura el magnífico valle y visitando la bella Abadía de Saint Savin, y donde se suceden las zonas residenciales... embobados... Más allá acabamos saliendo a pista de tierra y ganando altura con tramos bastante duros. Enzarzados de nuevo en ratoneras por bosques de sendas alucinantes será el colofón de oro a la entrada en el pueblo de Arrens, donde cerramos el prodigioso track.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué gran reportaje y qué gran viaje!! Espero poder compartir con vosotros las próximas aventuras

Anónimo dijo...

Gracias Anónimo por tus palabras. Uno hace lo que puede jeje. Seguro q a la próxima rodamos juntos. ¡Querer es poder!!✊🏼✊🏼