LA SIERRA DE ALFARO/
Gigante de Piedra
'Cuando falla el Plan A, activa el B, y si no tienes B..., reinventa el A /O cómo soñar despierto'
La salida de Planes siempre en subida. En apenas 7km ganamos más de 500m de desnivel!! Pasado el Coll del Paet comienza la bajada a la Vall de Alcalá, para luego encarar el Coll del Miserat, con su emblemático alto lleno de antenas.
La vertiginosa bajada dirección Pego y antes de entrar en el pueblo giramos a derechas para comenzar una dura subida por la Ombría del Garrofer hasta el Coll de Marsenaes desde el que se divisa el bello pueblo de Vall de Ebo. Toda la zona calcinada por las llamas hace ya algunos años, no pierde un ápice de belleza.
En Vall de Ebo tomamos el Camí de Petracos, recién asfaltado. Nuevo puerto y en la bajada visitamos Petracos. Caemos a la carretera que sube por la Vall de Pop hacia Castell de Castells, y antes de entrar en el pueblo giramos brusco a derechas para tomar una pista alquitranada que gana altura a lo bestia en muy poco tiempo. Son las primeras rampas del Gigante de Piedra, la Sierra de Alfaro.
Sin duda el plato fuerte de la maratón, una sierra que a menudo pasa desapercibida para caminantes y ciclistas por su extremada dureza y por lo árido de sus paisajes, una sierra ‘maldita’. Todo un reto coronar tamaña mole, salvamos varias paredes y cada vez más arriba. Nunca se acaba de subir, o eso parece... Ya en la parte más alta el firme es un caos enorme se piedras que te hace descabalgar. Imposible ir montado muchos tramos. Es así como por fin ganamos el alto.
Descansamos un rato y comienza la bajada por la Ombría d’Alfaro, en la que hay que extremar las precauciones en todo momento, tanto por el descomunal desnivel como por el caos de piedras.
De últimas entramos en un canchal; es el momento 'runarBike!. Y ya más abajo la pista nos lleva por medio de un magnífico bosque de pinos y le tiramos al ya cercano pueblo de Tollos. Las campanas dan las 4 de la tarde justo cuando entramos en el pueblo...fantasma..., o casi. En una calle dos o tres familias con niños pequeños y la paella sobre la mesa. Les preguntamos si hay algún bar abierto y nos ofrecen comer de su paella. Ahí estamos, después del titánico esfuerzo y la soledad de la montaña, dando cuenta del arroz con conejo y habas, manjar de dioses. La conversación lanzada: organizan la carrera BTT del pueblo el último domingo de agosto. Nos invitan. El rato de lo más agradable, pero hay que partir; nos restan casi 25 km para cerrar la maratón y aún tenemos buenas paredes por delante.
Es así como nos despedimos y nos ponemos de nuevo a la faena, que no es otra que dar pedales. Siempre hacia arriba para ganar la cara norte de la Sierra de la Almudaina.
Chino-chano, embriagados con la luz del atardecer y sabedores de que el trabajo ya está hecho, le vamos tirando y venga arriba con las fuerzas justas. Los paisajes todo el día de ensueño, ahora también. Ya en la umbría ganamos kms más rápidamente, con algunas bajadas de infarto y también subidones rompepiernas. Se hace de rogar pero finalmente entramos en el bello pueblo de la Almudaina con su torreón árabe. Lo cruzamos y tomamos una pista asfaltada que rápido nos baja al río, y del otro lado encaramos el último arreón del día para entrar por fin de regreso a Planes de la Baronía.
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