De San Vicente al Pantano de Tibi por el Sabinar, a salto de mata y algún palo de ciego. Ya arriba conectamos con la HijaPuta, ¡qué nombre más bonito!, y en lo alto, a la sombra del pico Escobella, por la Cañada Real al pueblo de Monnegre, una senda muy técnica en la que hay que poner pie a tierra en más de una ocasión. De Monnegre de d´Alt al Pantano de Tibi, y algo más arriba tomamos la difícil Senda de los Cazadores, enfilados en una volada de regreso.
Una tarde de ciclismo muy especial, en compañía de amigos que no se dejan ver mucho por los caminos de la terreta. Nos ponemos al día de andanzas veraniegas e inquietudes para el futuro cercano. Ahí vamos un buen rato disfrutando como en los viejos tiempos.
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