piesmojados
verTRACK/ LA MOLETA
La aproximación por asfalto sin más hasta el puente de la vía de servicio del Maigmó, donde entro en el Barranco de las Ovejas. El reventón de lluvias caídas este invierno han dejado los caminos y sendas del Alacantí en piedra viva, desnuda y afilada, un paisaje ultralunático. Algunos tramos pie a tierra y de golpe el agua, hilos de agua en el fondo del barranco que borbotean de salto en salto, ¡lo nunca visto! Impactado por la visión del agua corriendo le doy caña al rock y aprieto los dientes y venga a subir. Toca a su fin el primer arreón y sin tregua la bajada de vértigo al río Verde, con algún despiste incluido... Ya en el lecho sorprende la enorme cantidad de agua que baja, abriéndose el río en varios brazos. Zigzagueo como puedo buscando un paso para cruzarlo y de últimas si o si toca mojarse, ¡qué placer! Del otro lado la rampa bien dura y más adelante la pista rota y pedregosa. Sin descanso al collado de La Moleta, donde nace una senda casi invisible que tomo a derechas, y a veces montado y a veces empujando llego a lo alto. El alucinante mirador sobre las tierras alacantonas, ¡la millor terreta del mon!, bien ha merecido el esfuerzo. Luego la rápida bajada me pone sobre el asfalto de la carretera de Monnegre, de vuelta a casa.
verTRACK/ LA MOLETA
Sin ir muy lejos, a la vuelta de casa, encontramos tierra media. La inmensa mole de La Moleta, la típica montaña que no visita ni diosss. Desapercibida, desaparecida. No llama la atención, no es fácil alcanzar su cima. Por lo empinado y por lo complicado que es dar con el camino, emboscado bajo la vegetación. Y sin embargo guarda un tesoro 5 estrellas: unas vistas privilegiadas sobre el soberbio Pantano de Tibi y el caos de montañas del Monnegre y el Maigmó.
La Moleta. Al fondo, el Maigmó |
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