El descenso de mi vida
Por todos los que algún día compartisteis caminos conmigo, por todos los que algún día soportasteis mi palabrería delirante estoicamente, por todos con los que alguna vez me abracé, sin despedirnos, brindo. Brindo por todos vosotros. Desde este maravilloso rincón alacantón, sólo conocido por los más horchateros, dispuesto a hacer el descenso de mi vida. Por los más profundos barrancos del Monnegre, las arterias que insuflan voluntad a mi locura. Esperaré a que caiga la noche. Sólo, la luna por testigo.
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