Ahí voy tan plácido siempre por asfalto sin arriesgar con el objetivo de sentarme en el bar del Mercat de La Vila a ver pasar a la gente jeje El tiempo se esfuma como quien ve llover y ya estoy del otro lado del Coll de Busot, la potente bajada a la carretera que sube a Aigües y, una vez pasada Aigües y pasado el río, toca subir, y por un buen rato hasta ganar el Coll del Cantal. De aquí a La Vila es un paseo. Se pasan varios cruces y ya en el Pantano de Amadorio para enlazar por el campo de Rugby a la ciudad. Entro en La Vila y directo al Mercat y su espléndido bar. Echo un cafetito y de nuevo en marcha decido tirarle en plan deportivo por la Nacional.
La carretera es un placer. Desde que abrieron gratuita la autopista, entre semana son muy pocos los usuarios que se avecinan a tomarla, lo que hace de ella un paraíso de las bicis de carreras. Algunos toboganes que se hacen con una pierna, y así y así hasta llegar a El Campello, y por la vía de servicio de la autopista de pago, el perfecto empalme para regresar a Mutca y al punto de partida.
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