"Cuando nos alejamos de la juventud limitamos el campo de nuestras aspiraciones",
Antonio Machado
Antonio Machado
Invernal segureña
Un regalo recorrer los amplios paisajes segureños
Un orgullo hacerlo en compañía de los hermanos del C.E.A.
En la primera mañana como tantas otras veces
Escribiendo los viejos nuevos tiempos
Donde nace el fabuloso río y hasta el Embalse de Anchuricas
Por los Altos de Despiernacaballos y los Campos de Hernán Perea
Los pueblos abandonados y el Barranco del Lobo
Una aproximación a la belleza en estado puro
Los sonidos de la tierra y del agua, de la luz y del color
La caricia de la vida en todo su esplendor
Río abajo el Cerro Veleta, La Paridera, Las Huertas y Cabeza del Masegoso
El Arroyo de la Tobilla y la Cueva del Agua
El Puente de los Palotes, el Pilón de las Águilas, el Cortijo de la Hiervebuena y Huelga Utrera
Los Cenajos de la Puente, El Labrador y Casicas del Río Segura
Los Cortijos de las Higuericas, de los Barranquillos, de Fontarrón, de la Carrasquilla
y también, cómo no, el Cortijo de Eulogio Martínez
De vuelta en La Toba con su impresionante cascada
Y al dejar el río por la Cañada Hermosa a los Altos de Despierna Caballos
Buscamos el Arroyo del Zumeta y con el viento en la espalda ganamos fácil Santiago de la Espada
Cae la tarde cuando entramos en el increíble valle de Santiago
Venta Zumeta, Los Ruices, Huerta del MAnco, Las Nogueras, La Matea y Los Teatinos
La Cortijada de Loma Gérica, las Eras de Benito, El Patronato y el Chabando
Y al final del camino, Don Domingo, con su fuente y sus cerros y sus ramblas
La noche a cuestas por el Camino de la Cañada de la Cruz
Entre torcas y tinadas entramos en los fascinantes Campos de Hernán Perea
Por el Camino de Hoya Maranza directos al Refugio de Campo del Espino
Esteras y sacos, hornillos y sopas, algún mendrugo, el fruto seco
Las historias de otros tiempos, unos pasados y otros por llegar
Cobijados del viento y la lluvia, del frío atroz, cobijados de todo
La noche en familia, hermanos beteteros
Sin tregua en la fría mañana ponemos rumbo a Los Centenares por el Camino del Ortigal
La densa niebla apoderada de todo, el aire heróico
El viento un cuchillo, los pies y las manos heladas, el alma flotando
La Hoya de Albardía, el Cortijo de la Cabaña, Las Canalejas y por fin Los Centenares
Todas ellas abandonadas, o casi
Así salimos de Los Centenares, abandonados de nosotros mismos
Dispuestos a afrontar el misterioso Barranco del Lobo
abandonados por fin de nosotros mismos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario