La cabra tira al monte/
El frío a veces llega sin llamar. Y te pilla con lo puesto, que suele ser unas deportivas de verano, unos guantes de verano, unos cochinos manguitos, un culotte de chichinabo..., y un careto de cartón acristalado cuando ya no puedes ni mear del congelo que gastas. Así voy por la montaña alicantina, sufriendo de lo lindo con el frío instalado en lo más hondo. Por el largo puerto de La Carrasqueta en la primera mañana congelado. Y ya arriba venga a bajar y por el Barranc de la Batalla aterido de lo mismo. Y al girar hacia las tierras del Comtat otro tanto. Y ya en Penàguila al buscar el bocata no siento los dedos las piernas los dientes. No puedo hablar y no es emoción, es congelación. No siento ná de ná. En una curva me tiro al sol como lagarto garto. Golpeo el suelo, es de verdad. Me golpeo a mí mismo, no sé, no contesto. No doy crédito, y sin embargo ahí estoy, renunciando a la ruta prefijada porque no puedo más con el frío instalado dentro, bien adentro. Subo el puerto de Tudons en la esperanza de entrar en calor, pero todo es un espejismo. En el Safari de Aitana busco con la mirada girafas, elefantes, tigres..., y sólo veo orcas, pingüinos, osos polares. Al bajar hacia Relleu- la cara Sur y el viento a la espalda la cosa mejora. Las horas del día más placenteras, y algún poco de mar se ve en lontananza y atempera el espíritu. Ya poco importa, solo llegar a casa y aparcar los guantes de verano, y las deportivas de verano, y el careto acristalado.
2 comentarios:
La montaña te sorprende y lo que la experiencia me ha demostrado es que mejor que sobre que no falte.
En invierno tiene que sobrar.
A por la proxima
Viva el frío!!!
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