jueves, 17 de octubre de 2019

SEND+VIVAC/ SIERRA AITANA-GAIA

Travesía-vivac Sierra de Aitana
UN MUNDO MEJOR ES POSIBLE
Un día muy particular señalado a fuego en el calendario: el paseo+vivac con los chicos del Gaia por las montañas alicantinas. 
Este año visitamos la Sierra por excelencia de nuestra muy montañosa provincia: la Sierra de Aitana. Un recorrido lineal con salida en el Puerto de Tudons y llegada al pueblo de Benifato. Una travesía exigente donde recorreremos cerca de 20kms y ganaremos un desnivel positivo de unos 800mts, todo ello con las mochilas a cuestas y habiendo hecho noche al raso ¡a 1400m de altitud!
Hasta aquí todo normal, un poco ‘heavy’, pero normal jeje. Lo fabuloso, el grupo tan especial de chicos que nos acompaña. Un muy nutrido grupo de alumnos de 1bach, una generación como pocas. Tan entusiastas que contagian al momento. Entregados a la causa, infatigables en su derroche de energía y saber estar, ahí vamos caminando venga arriba con la incertidumbre de lo desconocido, y a la vez con la alegría del que se siente cobijado dentro de un grupo que funciona como la mejor de las familias. 
La pista aérea con los bellos paisajes hasta llegar a la Font de l’Arbre, donde hacemos una reunión. Algo de comida al buche, algo de ropa ante la noche en ciernes y reanudamos la marcha. Alguna cuesta importante y siempre por pista abierta, ahora sí la oscuridad se apodera de todo. Los frontales encendidos, las canciones, los sustos de algunos semejando animales salvajes..., así hasta llegar a la deseada Font de la Forata, donde hay una buena plana para montar el vivac y pasar la noche. 
Inspeccionada la zona, pronto las esteras al suelo y la carpa montada para evitar el relente de la noche. Dándole al diente, asistimos al inusual espectáculo de ver crecer la luna llena en el horizonte. Entre risas, fotos, juegos, en grupos sentados y tapados con los sacos, la luna cada vez más alta se apodera del grandioso escenario de las montañas, con nosotros por testigos. Poco a poco algunos chicos van cerrando sus sacos y con un ojo abierto siguen alucinados el devenir de la luna y las estrellas. Esto era dormir al raso. A la intemperie. Ahora por fin en el vientre de la madre. La madre naturaleza. ¡GAIA!!
Las risas y los juegos de los grupos se van apagando, o quizá no fue así y fui yo quien cayó en un profundo sueño como nunca. Creo despertar de madrugada y compruebo que todo está calmo, el más absoluto silencio solo roto por la leve brisa que hace bailar ligeramente la loneta de la carpa. La silueta de las montañas donde las había dejado. Las estrellas igual en su sitio y la luna a lo suyo, recorriendo su camino. La maquinaria del Mundo en perfecta armonía. Y al girar mi cuerpo sobre la estera, de nuevo en los brazos de Morfeo. 
Despierto con los ruidos de los primeros chicos desplegando sus alas. Sus figuras recortadas con el fondo dorado del amanecer a Levante. Como reloj suizo de implacable precisión cada uno de nosotros va incorporándose al nuevo día. Toca desayunar y recoger el campamento. 
En la Font de la Forata llenamos de agua las cantimploras y tomamos la estrecha vereda que nos lleva dirección al Passet de la Rabosa. Antes de llegar a su falda nos desviamos para entrar en la Cueva de los Maquis, un pequeño museo al aire libre de la Historia reciente de España, un abrigo en la montaña que durante años sirvió de refugio a tantos y tantos republicanos represaliados por el régimen fascista que huían de una muerte segura. 
Dejamos las mochilas ante la estrecha grieta entre rocas y entramos en el abrigo. Lo recorremos y del otro lado nos toca trepar por un sinuoso paso entre rocas para salir. Le damos la vuelta por fuera a todo el roquedal y ya de nuevo con las mochilas a la espalda nos disponemos a atacar, ahora sí, el Passet de la Rabosa. 
Por la importante cuesta en fila de a uno siguiendo las marcas del PR. Las primeras rocas escalonadas y venga arriba. Un primer paso algo difícil por su verticalidad, y al segundo apuntalamos el precipicio los profes, ayudando todos a una en el paso de compañeros y mochilas. Así por fin ganamos el famoso Paso, un pequeño hueco triangular entre enormes rocas que da directo a la cara Sur de la Sierra de Aitana. 
Ya todo el grupo del otro lado comemos algo y disfrutamos de las vistas. De nuevo en marcha llegamos a un cruce, rodeados por las Simas de Aitana, donde dejamos las mochilas para afrontar la subida a la cumbre de Aitana, que con sus 1556mts pasa por ser el punto más alto de la provincia. Una vez arriba, junto a la valla del recinto militar, desplegamos nuestra pancarta en contra de cambio climático. Es nuestra contribución para tomar conciencia de las desgracias que asolan nuestro planeta por culpa de la desaforada industrialización. Un mundo mejor es posible, y los pequeños gestos de cada uno de nosotros semejan indispensables para frenar el desastre. Las fotos de grupo y las impresionantes vistas, con la Font de la Forata, donde montamos el vivac la pasada noche, a nuestros pies. 
Deshacemos camino hasta el cruce y toca subir un poco, y por la laaarga cuerda en lo más alto de la Sierra de Aitana, el bello sendero que nos lleva hasta el Collado de Tagarina. Nueva reunión, algo de comer, cremas para algún tobillo dañado, y ponemos rumbo por pista abierta en franca bajada hasta la Font de Partegat, donde comemos y bebemos. Ya solo nos queda dejarnos caer al bello pueblo de Benifato donde nos espera el autocar que nos ha de devolver a San Vicente. Una bajada exigente por lo empinado del camino, que encima se encuentra en mal estado, con el sol pegando fuerte y el cansancio acumulado..., y con la sensación de que algo grande, muy grande, acabamos de hacer. ¡GRACIAS GAIA!!!

domingo, 13 de octubre de 2019

BICIOAVENTURA/ Sierra de Cazorla, Segura y las Villas. Pontones- Coto Ríos- Los Centenares

Los hechos extraordinarios/
En busca de lo desconocido ahí voy junto al Capitán Pedales una vez más por los caminos de Cazorla, Segura y las Villas. Unos caminos sembrados de hechos extraordinarios ahí puestos para goce y disfrute de nuestro rodar. Avanzamos alucinados desde el minuto uno, y por el tiempo que dura la aventura varios siglos embotellados al vacío. 
Por asfalto al nacimiento del Río Segura. Las fotos y tomamos una pista abierta que recorre el Barranco de la Cañada de la Cruz. Siempre en subida y con el aire en la cara llegamos a un cruce y a derechas entramos en los majestuosos Campos de Hernán Perea. Así le tiramos hasta llegar al Refugio de Campo del Espino, con su puerta abierta, su techo inmaculado, su agua cristalina, sus tramas de madera para dormir tan doradas, pero sobre rodo, su puerta abierta.
Al poco de pasarlo nuevo cruce y a derechas tomamos el Camino de las Aguas Negras, pegaditos a la Cuerda de las Banderillas, un paisaje espléndido, rodeados en todo momento de fabulosas torcas. Una vez en Aguas Negras, una cerrada sin igual, la pista se empina y venga a subir hasta llegar a Los Charcones. Llevamos un buen tiro y ya se divisa el cruce para tomar la pista central que cruza los Altos de Hernán Perea. Antes, almorzamos fuerte y ya de nuevo en camino le tiramos hasta el Pino de Félix Rguez. de la Fuente y más allá al Collado de Fte. Bermejo. Nos cruzamos con un forestal que nos informa de posibles pernoctas y demás zarandanjas. Luego la larga bajada hasta la Laguna de Valdeazores. Más y más fotos, y así hasta el Embalse de los Órganos. Seguimos bajando y pronto los túneles del Río Borosa. Todo un clásico que hacemos con la ilusión de la primera vez. Mucho caminante y algunas bicis. Las fotos y el Salto de los Órganos. Ratos de pateo y ya más abajo rápido por pista abierta hasta salir a asfalto en la Piscifactoría. Poco más allá se toma una senda espectacular que ya no dejamos hasta entrar en Coto Ríos. En su bar comemos unos buenos bocatas y unas cervezas y paro el track.
La tarde bien entrada y decidimos seguir camino en busca de aventura. Por detrás del pueblo, la pista que bordea el Embalse del Tranco. Pasado el Cortijo del Huerto, un cruce y a derechas comienza la potente cuesta. Pegados al Arroyo del Aguaderico veremos llegar la negra noche, los calambres en las piernas, iluminados con los frontales, el aullido de lobos o jabalíes, y sus ojos brillando al ser cazados por La Luz d ellos frontales. Decidimos no movernos, como si no estuvieran, a lo nuestro, cargamos agua y seguimos... Una cuesta interminable que en su tramo final aún se empina y se empina. Un castigo de los buenos. Es el Camino de los Alguaciles que lleva a la aldea abandonada de Los Ceniceros. Ya en el Collado, la pista tiene aún un trecho muy potente con la cuesta empinadisima que lleva a una caseta de luz y a un Refugio de montaña. Ilusionados subimos la pared como podemos y al llegar, ambas viviendas permanecen cerradas a cal y canto. La puerta que tenía que estar abierta, no lo está. Ya van varios hechos extraordinarios que nos negamos a enumerar, aunque no dejemos de contar. 
El Alto de Mirabueno nos ha fallado. Reventados de cansancio no tenemos otra que caer del otro lado del Collado en busca de Los Ceniceros. Bajamos un rato y luego de nuevo mas subidas que nos acaban de rematar por el Camino de la Cuerda. Llegamos a una iglesia derruida, y poco después al Cementerio. Junto a él una espléndida fuente que no aparece en los mapas y que nos da la vida. Poco más tarde, tras una última subida, llegamos a un cruce y a izquierdas nos dejamos caer para ganar por fin el pueblo abandonado de Los Centenares. La única casa que queda en pie permanece cerrada y su morador no está. Inspeccionamos lo poco que queda en pie y en una casa encontramos un pequeño habitáculo techado con unos murciélagos dentro (nuevo hecho extraordinario). Los espantamos y salen por la pequeña ventana. Éste  será nuestro refugio para pasar la noche. Paramos la carrera en los GPS, las esteras al suelo y los hornillos calentando la sopa. No tardaremos mucho en cerrar los sacos. Afuera pronto la lluvia y los goterones en el techo que por suerte no nos mojan.
Q
Hemos dormido como troncos, y a la mañana despertamos asombrados con un enorme muflón comiendo nueces en la puerta de la casa que nos ha dado cobijo en la lluviosa noche. Paseamos el abandonado pueblo y al rato, recogido el campamento, echamos a rodar cuesta abajo por el Camino de la Tinada, que nos mete de lleno en el Barranco del Lobo. Los espectaculares paisajes en el pueblo y ahora en el río de Los Ceniceros, que lleva sus aguas hasta un angosto donde comienza el Barranco de Parrales. Justo en este lugar, junto a una antigua presa y una casa abandonada, nace una senda que tira en fuerte subida hacia el Pinar del Risco. Nosotros no lo vimos y ganamos altura monte a través un buen primer tramo por una pared bastante peligrosa. Ya bien arriba vemos del otro lado del barranco la senda, de forma que algo más adelante cambiamos de ladera y ya sí sobre la senda, a ratos a pie y a ratos caminando, llegamos a un alto donde por fin podemos montar en las bicis. Más adelante llegamos al Cortijo Espumaderas de Abajo, donde nace una pista que al tiempo nos saca a los altos de La Era. En breve ya sobre la brea entramos en Pontøn Alto y rápido a Pontones. 

sábado, 12 de octubre de 2019

BTT/ Volta al Bec de l'Àguila

Una de clásicos/
verTRACK/volta-al-bec-de-laguila-
A la tarde se ralentiza la vida y al volver la vista atrás ahí van los amigos de siempre dando pedales en sus espeluznantes bicis y problemas de otra era. Nos caerá la noche y por llegar de vuelta a casa. Una memorable jornada!