UN MUNDO MEJOR ES POSIBLE
Un día muy particular señalado a fuego en el calendario: el paseo+vivac con los chicos del Gaia por las montañas alicantinas.
Este año visitamos la Sierra por excelencia de nuestra muy montañosa provincia: la Sierra de Aitana. Un recorrido lineal con salida en el Puerto de Tudons y llegada al pueblo de Benifato. Una travesía exigente donde recorreremos cerca de 20kms y ganaremos un desnivel positivo de unos 800mts, todo ello con las mochilas a cuestas y habiendo hecho noche al raso ¡a 1400m de altitud!
Hasta aquí todo normal, un poco ‘heavy’, pero normal jeje. Lo fabuloso, el grupo tan especial de chicos que nos acompaña. Un muy nutrido grupo de alumnos de 1bach, una generación como pocas. Tan entusiastas que contagian al momento. Entregados a la causa, infatigables en su derroche de energía y saber estar, ahí vamos caminando venga arriba con la incertidumbre de lo desconocido, y a la vez con la alegría del que se siente cobijado dentro de un grupo que funciona como la mejor de las familias.
La pista aérea con los bellos paisajes hasta llegar a la Font de l’Arbre, donde hacemos una reunión. Algo de comida al buche, algo de ropa ante la noche en ciernes y reanudamos la marcha. Alguna cuesta importante y siempre por pista abierta, ahora sí la oscuridad se apodera de todo. Los frontales encendidos, las canciones, los sustos de algunos semejando animales salvajes..., así hasta llegar a la deseada Font de la Forata, donde hay una buena plana para montar el vivac y pasar la noche.
Inspeccionada la zona, pronto las esteras al suelo y la carpa montada para evitar el relente de la noche. Dándole al diente, asistimos al inusual espectáculo de ver crecer la luna llena en el horizonte. Entre risas, fotos, juegos, en grupos sentados y tapados con los sacos, la luna cada vez más alta se apodera del grandioso escenario de las montañas, con nosotros por testigos. Poco a poco algunos chicos van cerrando sus sacos y con un ojo abierto siguen alucinados el devenir de la luna y las estrellas. Esto era dormir al raso. A la intemperie. Ahora por fin en el vientre de la madre. La madre naturaleza. ¡GAIA!!
Las risas y los juegos de los grupos se van apagando, o quizá no fue así y fui yo quien cayó en un profundo sueño como nunca. Creo despertar de madrugada y compruebo que todo está calmo, el más absoluto silencio solo roto por la leve brisa que hace bailar ligeramente la loneta de la carpa. La silueta de las montañas donde las había dejado. Las estrellas igual en su sitio y la luna a lo suyo, recorriendo su camino. La maquinaria del Mundo en perfecta armonía. Y al girar mi cuerpo sobre la estera, de nuevo en los brazos de Morfeo.
Despierto con los ruidos de los primeros chicos desplegando sus alas. Sus figuras recortadas con el fondo dorado del amanecer a Levante. Como reloj suizo de implacable precisión cada uno de nosotros va incorporándose al nuevo día. Toca desayunar y recoger el campamento.
En la Font de la Forata llenamos de agua las cantimploras y tomamos la estrecha vereda que nos lleva dirección al Passet de la Rabosa. Antes de llegar a su falda nos desviamos para entrar en la Cueva de los Maquis, un pequeño museo al aire libre de la Historia reciente de España, un abrigo en la montaña que durante años sirvió de refugio a tantos y tantos republicanos represaliados por el régimen fascista que huían de una muerte segura.
Dejamos las mochilas ante la estrecha grieta entre rocas y entramos en el abrigo. Lo recorremos y del otro lado nos toca trepar por un sinuoso paso entre rocas para salir. Le damos la vuelta por fuera a todo el roquedal y ya de nuevo con las mochilas a la espalda nos disponemos a atacar, ahora sí, el Passet de la Rabosa.
Por la importante cuesta en fila de a uno siguiendo las marcas del PR. Las primeras rocas escalonadas y venga arriba. Un primer paso algo difícil por su verticalidad, y al segundo apuntalamos el precipicio los profes, ayudando todos a una en el paso de compañeros y mochilas. Así por fin ganamos el famoso Paso, un pequeño hueco triangular entre enormes rocas que da directo a la cara Sur de la Sierra de Aitana.
Ya todo el grupo del otro lado comemos algo y disfrutamos de las vistas. De nuevo en marcha llegamos a un cruce, rodeados por las Simas de Aitana, donde dejamos las mochilas para afrontar la subida a la cumbre de Aitana, que con sus 1556mts pasa por ser el punto más alto de la provincia. Una vez arriba, junto a la valla del recinto militar, desplegamos nuestra pancarta en contra de cambio climático. Es nuestra contribución para tomar conciencia de las desgracias que asolan nuestro planeta por culpa de la desaforada industrialización. Un mundo mejor es posible, y los pequeños gestos de cada uno de nosotros semejan indispensables para frenar el desastre. Las fotos de grupo y las impresionantes vistas, con la Font de la Forata, donde montamos el vivac la pasada noche, a nuestros pies.
Deshacemos camino hasta el cruce y toca subir un poco, y por la laaarga cuerda en lo más alto de la Sierra de Aitana, el bello sendero que nos lleva hasta el Collado de Tagarina. Nueva reunión, algo de comer, cremas para algún tobillo dañado, y ponemos rumbo por pista abierta en franca bajada hasta la Font de Partegat, donde comemos y bebemos. Ya solo nos queda dejarnos caer al bello pueblo de Benifato donde nos espera el autocar que nos ha de devolver a San Vicente. Una bajada exigente por lo empinado del camino, que encima se encuentra en mal estado, con el sol pegando fuerte y el cansancio acumulado..., y con la sensación de que algo grande, muy grande, acabamos de hacer. ¡GRACIAS GAIA!!!