miércoles, 6 de junio de 2018

BTT/ VALENCIA - ALICANTE NON STOP

VALENCIA - ALICANTE 
NON .STOP
Maratón Non Stop para unir la capital del reino con la capital alacantona. Un track levantado hace tiempo por el muy iluminado Bikercampello, por fin tiene día y hora de ejecución. También en compañía del incombustible y más que admirado Capitán Pedales, ponemos rumbo a Valencia a la tarde. El Regional Express, más rápido que el viento, nos deposita en la bella Estació del Nord en un pestañeo. La noche deliciosa entre pizzas y cervezas en casa de Ana y Esther y el pequeño César.
Las calles de Patraix sin poner a las cinco de la mañana y ya dando pedales hacia la Ciutat de les Arts i les Ciencies, a tope de marcha lokaaa. Dejamos también atrás el Port y la desembocadura del Turia, La Punta, para entrar en la Platja de El Saler, tan larga y aún sumida en la noche. A nuestra espalda lucha la luz por hacer acto de presencia justo cuando entramos en el alucinante mundo de la Albufera de Valencia. Paraíso de pájaros y de los afortunados que lo cruzan, todo un regalo ver el milagro del amanecer rodeados de carracas, búhos, aviones, cotorras, ¿cormoranes?..., escribanos, estorninos, flamencos, gaviotas, gorriones, grullas...., ocas, patos, pinzones... Los tres amigos en sus bicis mecidos en un tiempo varado, flotando entre las nubes del cielo y el espejo de l’Albufera que lo abarca todo, convertidos en unos pájaros más, bicipájaros.
Así y así visitamos El Palmar, con más arrocerías que casas, y al tiempo ponemos dirección Sueca, donde los hombres ya despiertos transitan con tractores ultragalácticos y bastante sónicos para trabajar en los arrozales. En el pueblecito de Riola, volcados al río Xúquer, hacemos el muy merecido primer avituallamiento. Como y de paso echo la vista atrás. Todo se mueve ahí detrás, alrededor, o ¿soy yo quien se mueve? Y a cada instante siento la gloriosa sensación de estar en un sitio nuevo. Avanzo sin saber o a sabiendas. Y cada vez estoy en un sitio nuevo
Por caminos asfaltados entre huertas de cerezos, ciruelos, paraguayos, limoneros, naranjos, persimones. Nos acercamos a las lejanas montañas a poniente, o eso parece, porque por mucho que rodamos parecen estar siempre igual de lejos. Ganamos al fin Corbera con su afilado castillo en lo alto de una montañita, y por entre otras, igualmente de juguete, seguimos a Alzira. Pueblo grande, ciudad, con todas las cosas que tienen las ciudades, con sus polígonos industriales, sus humos y ruidos, sus coches por todas partes. Y yendo y yendo enlazamos sin saberlo con el Camino de Santiago de Levante, que a su vez es el Camino del Cid, que a su vez es el GR160, que a su vez parece ser también alguna lógica variante de la Vía Augusta. Avanzamos embobados y comiendo fruta de los frutales estratégicamente situados hasta llegar a la amurallada Xátiva.
En el fabuloso Congost del Riu Albaida el paisaje cambia por completo, cambiando también las pistas por sendas. Es la primera tachuela de la ruta cuando sumamos ¡100kms! Visitamos la Cova Negra y seguimos hasta Bellús, donde hacemos el segundo avituallamiento en la puerta del Ayuntamiento. En el Embalse de Bellús tomamos dirección Benigánim, muy animada con sus plazas y sus torres, y más allá La Pobla del Duc. Estamos cruzando la Vall d´Albaida y el terreno, ya hace tiempo despuntando siempre hacia arriba, ahora con muchos toboganes. El sol en lo alto y nosotros hundidos en el valle, parece que la pájara me sobrevuela. Al distanciarse mis compañeros intento cogerlos, pero no puedo. No ruedan rápido, charlan animadamente, sin embargo, no puedo cogerlos. Cada vez los oigo más lejos. Ya ni se ven... Siento que me fallan las fuerzas. Las paradas para tirar fotos o coger fruta no me hacen sentir mejor. En Ráfol de Salem creo verlos por última vez. Comienza el subidón de la ruta por las paredes del Benicadell. Creo que llevo un ritmo mortecino, y bastante hago. Y cuando parece que encuentro acomodo en una cadencia soportable, incluso animosa, un cruce me hace dudar si estoy en el buen camino. Igual sigo venga arriba, perdido. No tengo fuerzas para dar media vuelta. Y como por arte de magia, en una curva cerrada y bien empinada, me los encuentro esperándome. EUREKA! Tiro la bici, como algo y me tumbo a ver pasar las nubes, cada vez más negras y abundantes. En una de ellas creo reconocer la silueta de la dulce Grescht Jim Dandy recostada en el sofá. Entorno los ojos y ya te tengo abrazada. Juntos hacemos sonar una vez más en Drop D a Willie Johnson, dándole fuerte al slide en su inmortal Bottleneck. 
Al bajar la mirada ya vuelo alto con mis hermanos la Ombría del Benicadell, montaña sagrada. Por muchos kms de puerto en puerto y el cielo, que amenazaba lluvia, se desploma sobre nosotros. Cuando queremos sacar los chubasqueros ya estamos totalmente chopados. ¿Acaso es esto la felicidad? Encontramos cobijo en la casa del Coll de El Tossal en el preciso instante en que amaina. Algunas fotos y bajamos ahora por el bello y peligroso Barranc de Fontanars al Por d´Albaida, donde tomamos asfalto para entrar rápidos en Muro. Justo el tiempo para guarecernos en la Antigua Estación del Tren Chicharra del enorme chaparrón que nos persigue. Quizá una hora parados bajo la estrecha techumbre, tiempo para comer, para pensar, para comunicarnos con el mundo exterior, para ver pasar el tiempo sobre las calles, convertidas en ríos de agua. Sobrevuela la posibilidad de no poder acabar la aventura, el tiempo corre en contra nuestra. Enrabietados, decidimos salir. Cuando llegamos a Cocentaina estatuas de barro y calados hasta el tuétano. En Alcoi se abre el cielo y enganchamos con los túneles de la Vía Verde para salvar el Barranc de La Batalla hasta La SargaLa maratón en la butxaca, aún queda cerrarla. Dos votos contra uno nulo echan por tierra el lado salvaje que marca el track original, tomando así asfalto para ganar el Port de La Carrasqueta y entrar en el Alacantí. Y lo hacemos a lo grande, ganando el puerto con mucha fuerza y bajando como mandan los cánones, ¡a tumba abierta!

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