Corría el año 89 cuando visité por primera vez Sierra Espuña. Y lo hice acompañado de un grupo de ardorosos ciclistas deseosos de aventura. Una travesía que nos llevó de Torrevieja a Alhama, y luego de dormir en su Polideportivo, gentileza del Ayuntamiento, subimos al Collado Bermejo, de donde caímos a Aledo, y por la vía de servicio del Trasvase Tajo-Segura regresamos a Alhama. Y al día siguiente de vuelta a casa el pelotón ciclista por la fabulosa huerta murciana, jardín del Edén, y sus pueblos llenos de vida..., diossss q recuerdos!! El ciclismo se inventó ayer!
Ya entonces me sorprendió el intenso verde de su masa forestal y la disposición del enorme macizo en medio de amplias llanuras. La hermosa, espléndida Murcia, y en su centro un pulmón único, mágico, una isla en medio del Océano, listo para recorrer en bici o caminando.
Y ahí vamos después de aquella primera vez y luego de otras cuantas, siempre en BTT, dispuestos a rememorar sus cuestas y sus paisajes ataviados ahora con bicis de carretera que no ruedan, ¡vuelan! Un paseo sin complicaciones por lugares emblemáticos de la Sierra. En subida la mitad del recorrido, con pocos descansos pero sin grandes paredes, y luego de coronar la cima un descenso sin fin que nos pone en el punto de partida después de visitar dos poblaciones de toma pan y moja: Aledo y Totana. Una clásica muy recomendable y vendrán más, si duda. Porque estas sierras se estiran más de lo que parece, y esconden rincones que merecen y mucho ser descubiertos.
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