EL SULTANATO NAZARÍ DE GRANADA
NASRÍES
Descendientes de la dinastía fundada por Yusuf ben Nasrí en el Reino de Granada y que perduró durante los siglos XIII al XV. Siglos de esplendor de las artes en todas sus formas, el sultanato nazarí de Granada fue cobijo de escritores, poetas, arquitectos, comerciantes, matemáticos, astrónomos..., muchos de ellos huidos de las tierras peninsulares que fueron cayendo en manos de las hordas cristianas, convirtiéndose en un referente cultural en todo el mundo, no solo el musulmán.
En nuestros días es la Consejería de Turismo de la Junta de Andalucia la que promueve su memoria, uniendo en un camino Navas de Tolosa, pueblo al sur de Sierra Morena, famoso por una escaramuza militar allá por el año 1212, y la capital del reino.
Los descendientes de sus descendientes siempre honraremos su memoria.
Descendientes de la dinastía fundada por Yusuf ben Nasrí en el Reino de Granada y que perduró durante los siglos XIII al XV. Siglos de esplendor de las artes en todas sus formas, el sultanato nazarí de Granada fue cobijo de escritores, poetas, arquitectos, comerciantes, matemáticos, astrónomos..., muchos de ellos huidos de las tierras peninsulares que fueron cayendo en manos de las hordas cristianas, convirtiéndose en un referente cultural en todo el mundo, no solo el musulmán.
En nuestros días es la Consejería de Turismo de la Junta de Andalucia la que promueve su memoria, uniendo en un camino Navas de Tolosa, pueblo al sur de Sierra Morena, famoso por una escaramuza militar allá por el año 1212, y la capital del reino.
Los descendientes de sus descendientes siempre honraremos su memoria.
Día 0. Alicante - Ciudad Real
Salgo de casa con la siesta a cuestas y la bici entre las piernas. En un visto y no visto, en la terminal de trenes de Alicante ya junto a Javi y Jordi. La expedición ciclista camino del centro peninsular, o lo que es lo mismo, de Castilla. Llegamos a Ciudad Real, donde encontramos estupendo acomodo en una bulliciosa tasca para cenar.
Salgo de casa con la siesta a cuestas y la bici entre las piernas. En un visto y no visto, en la terminal de trenes de Alicante ya junto a Javi y Jordi. La expedición ciclista camino del centro peninsular, o lo que es lo mismo, de Castilla. Llegamos a Ciudad Real, donde encontramos estupendo acomodo en una bulliciosa tasca para cenar.
Día 1. Ciudad Real - La Carolina
La noche cerrada, en la plaza del ayuntamiento hacemos la foto de salida junto a la estatua del gran Alfonso X El Sabio, fundador de la ciudad. Al rato en el vecino Miguelturra. Las densas nubes apenas dejan nacer el día. Igual, nosotros avanzamos imparables por la enorme paramera manchega. Infinitos horizontes de la nada. Y mas allá lo mismo: nada. Tierras y mas tierras tan verdes y rojas, y grises y manchas de otros colores, y más verdes.
Entramos en la monumental Almagro. Impresiona su enorme plaza, donde desayunamos como reyes.
El paisaje cambia radical, ahora ondulado y mas verde si cabe. Buscando el pueblo de Calzada de Calatrava, entramos primero en unas tierras que pasan por ser las mas antiguas geológicamente de la Península: los volcanes de Catatrava ¡Qué sensación!; y luego pegados al curso del río Jabalón y sus humedales plagados de aves migratorias. Paseamos el pueblo de Calzada y seguimos camino. Después de un buen tramo algo roto, con continuos toboganes, tomamos un desvío y entramos en una finca privada. Ganada la reprimenda de ..los dueños??, caemos al poblado de Villalba de Calatrava, vacío, nadie, fantasmagórico. El intenso frío apenas nos permite buscar algo de comer en el macuto. Rodamos ateridos hasta los pueblos de Las Norias y Bazán. De últimas entramos en Viso del Marqués, donde comemos una exquisita sopa castellana que nos dará alas para el resto de la jornada . Al salir, nuevamente el frío. Encejados de ropa, pedaleamos ahora buscando las estribaciones de Sierra Morena. Al rato, ya subiendo sin descanso, entramos en Andalucia. Estamos en el mítico Despeñaperros. Los bosques cerrados esconden animales de todas las calañas que se dejan ver. Todos, menos el lobo, que vuela dentro de nosotros y está a su vez en todas partes y en ninguna. Venga a subir, caemos luego al lecho de un río y ya el costarrón que nos encarama a lo alto del puerto con casi 1200 metros de altura.
Cuando coronamos sabemos que ya solo nos queda bajar. Lo que no sabemos es la belleza que esconden estos parajes. Alcornocales, enebros, tejos milenarios, pinares, inmensos robledales.... Como hipnotizados avanzamos imaginando las huestes medievales a caballo por estos pagos salvajes. Cruzamos la famosa autopista que une Castilla y Andalucia cayendo el día y entramos en el pueblo de Navas de Tolosa. Foto de rigor y a La Carolina, donde tenemos el hospedaje. Sumamos 130kms y unos 1500 m+.
La noche cerrada, en la plaza del ayuntamiento hacemos la foto de salida junto a la estatua del gran Alfonso X El Sabio, fundador de la ciudad. Al rato en el vecino Miguelturra. Las densas nubes apenas dejan nacer el día. Igual, nosotros avanzamos imparables por la enorme paramera manchega. Infinitos horizontes de la nada. Y mas allá lo mismo: nada. Tierras y mas tierras tan verdes y rojas, y grises y manchas de otros colores, y más verdes.
Entramos en la monumental Almagro. Impresiona su enorme plaza, donde desayunamos como reyes.
El paisaje cambia radical, ahora ondulado y mas verde si cabe. Buscando el pueblo de Calzada de Calatrava, entramos primero en unas tierras que pasan por ser las mas antiguas geológicamente de la Península: los volcanes de Catatrava ¡Qué sensación!; y luego pegados al curso del río Jabalón y sus humedales plagados de aves migratorias. Paseamos el pueblo de Calzada y seguimos camino. Después de un buen tramo algo roto, con continuos toboganes, tomamos un desvío y entramos en una finca privada. Ganada la reprimenda de ..los dueños??, caemos al poblado de Villalba de Calatrava, vacío, nadie, fantasmagórico. El intenso frío apenas nos permite buscar algo de comer en el macuto. Rodamos ateridos hasta los pueblos de Las Norias y Bazán. De últimas entramos en Viso del Marqués, donde comemos una exquisita sopa castellana que nos dará alas para el resto de la jornada . Al salir, nuevamente el frío. Encejados de ropa, pedaleamos ahora buscando las estribaciones de Sierra Morena. Al rato, ya subiendo sin descanso, entramos en Andalucia. Estamos en el mítico Despeñaperros. Los bosques cerrados esconden animales de todas las calañas que se dejan ver. Todos, menos el lobo, que vuela dentro de nosotros y está a su vez en todas partes y en ninguna. Venga a subir, caemos luego al lecho de un río y ya el costarrón que nos encarama a lo alto del puerto con casi 1200 metros de altura.
Cuando coronamos sabemos que ya solo nos queda bajar. Lo que no sabemos es la belleza que esconden estos parajes. Alcornocales, enebros, tejos milenarios, pinares, inmensos robledales.... Como hipnotizados avanzamos imaginando las huestes medievales a caballo por estos pagos salvajes. Cruzamos la famosa autopista que une Castilla y Andalucia cayendo el día y entramos en el pueblo de Navas de Tolosa. Foto de rigor y a La Carolina, donde tenemos el hospedaje. Sumamos 130kms y unos 1500 m+.
Día 2. La Carolina - Baeza
Por pista asfaltada, los campos ondulados, avanzamos hacia La Fernandina. Hileras infinitas de olivares de diseño y un verde british que duele a los ojos.
Ya en Linares su bello Paseo del Ferrocarril, con alucinantes fotos de época en sus bancos, y su coso taurino, donde Manolete encontró la muerte. Una impresionante rosca de churros para desayunar y seguimos camino.
Buen trecho de vía verde bajo el eclipse solar, y luego las autopistas nuevas nos hacen dar palos de ciego hasta encontrar salida hacia Canena y luego Rus. El hambre bien instalada cuando por fin entramos en Úbeda. En el Restaurante Al Andalus disfrutamos de una mesa de lujo, y hacemos muy buenas migas con uno de los camareros, también ciclista. Al salir llueve a cántaros. El cielo negro, esperamos un rato y de últimas salimos. Innegociable calada por estupenda vía para bicis paralela a la carretera. Ya en Baeza derechos al hotel a secar ropa y huesos. 75kms y 1000m+, la típica etapa de transición convertida en etapa trampa. Toca paseo por tan monumental pueblo, de tapa en tapa...
Por pista asfaltada, los campos ondulados, avanzamos hacia La Fernandina. Hileras infinitas de olivares de diseño y un verde british que duele a los ojos.
Ya en Linares su bello Paseo del Ferrocarril, con alucinantes fotos de época en sus bancos, y su coso taurino, donde Manolete encontró la muerte. Una impresionante rosca de churros para desayunar y seguimos camino.
Buen trecho de vía verde bajo el eclipse solar, y luego las autopistas nuevas nos hacen dar palos de ciego hasta encontrar salida hacia Canena y luego Rus. El hambre bien instalada cuando por fin entramos en Úbeda. En el Restaurante Al Andalus disfrutamos de una mesa de lujo, y hacemos muy buenas migas con uno de los camareros, también ciclista. Al salir llueve a cántaros. El cielo negro, esperamos un rato y de últimas salimos. Innegociable calada por estupenda vía para bicis paralela a la carretera. Ya en Baeza derechos al hotel a secar ropa y huesos. 75kms y 1000m+, la típica etapa de transición convertida en etapa trampa. Toca paseo por tan monumental pueblo, de tapa en tapa...
Día 3. Baeza - Huelma
Día señalado como la etapa reina, varias posibilidades barajamos. Entre ellas, cruzar toda Sierra Mágina. Sin embargo, la fuerte tromba de agua del día anterior y la amenaza de lluvia para hoy nos hacen tomar la ruta nazarí clásica, bordeando Sierra Mágina por el oeste y visitando los pueblos y también Jaén.
Nada mas salir nos hundimos en el barrizal. Y como el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, pasados unos kms volveremos a tomar una pista de tierra, y al rato, en una vaguada, quedamos nuevamente atrapados. Será mas de una hora de extenuante esfuerzo, la bici a cuestas y los pies hundidos en el barro, para recorrer apenas 800mts.
Ya en Torrequebradilla limpiamos como podemos las bicis y seguimos camino a Jaén. Nos sorprende el bullicio de la ciudad. Marraneamos lo que llevamos en plan mendiguero frente a la imponente catedral y paseamos luego las estrechas callejas árabes, donde degustamos los dulces mas exquisitos.
Día señalado como la etapa reina, varias posibilidades barajamos. Entre ellas, cruzar toda Sierra Mágina. Sin embargo, la fuerte tromba de agua del día anterior y la amenaza de lluvia para hoy nos hacen tomar la ruta nazarí clásica, bordeando Sierra Mágina por el oeste y visitando los pueblos y también Jaén.
Nada mas salir nos hundimos en el barrizal. Y como el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, pasados unos kms volveremos a tomar una pista de tierra, y al rato, en una vaguada, quedamos nuevamente atrapados. Será mas de una hora de extenuante esfuerzo, la bici a cuestas y los pies hundidos en el barro, para recorrer apenas 800mts.
Ya en Torrequebradilla limpiamos como podemos las bicis y seguimos camino a Jaén. Nos sorprende el bullicio de la ciudad. Marraneamos lo que llevamos en plan mendiguero frente a la imponente catedral y paseamos luego las estrechas callejas árabes, donde degustamos los dulces mas exquisitos.
Al rato de nuevo en la inmensidad de los olivares. Cuando llego a La Guardia no veo a mis compañeros, que iban adelantados. Unas fotos y decido seguir. Al rato me llaman al mvl. Les espero en un bar a la entrada de La Cerradura. No llegan, o quizá han pasado, y decido seguir. La tarde amenazando lluvia. Cuesta va y cuesta viene para ganar el encajado pueblo de Cambil, en las estribaciones de Sierra Mágina. Me adentro sólo por la sierra en busca de Arbuniel, pueblo que debe su fama a sus numerosos nacimientos de agua. Todo un espectáculo las fuentes y manaderos por el pueblo. Como en un sueño avanzo flotando entre valles milenarios alejados del mundo, mágicos. La fina lluvia me acompaña a ratos, sin molestar. Las impresionantes vistas de la sierra cayendo la tarde paran el mundo. Entro en Huelma eufórico por la gran ruta. Por encima de los 100kms y mas de 2000 m+. Reponemos energías para la cuarta y última jornada nazarí en este extraño pueblo, donde las tapas no son tapas, ni los cafés, cafés...
Día 4. Huelma - Granada
Con las primeras luces el primer puerto. El día frío y gris, ¡cómo no! En Guadahortuna desayunamos a lo grande. Pasamos Piñar y entramos en Iznalloz, bello pueblo colgado de las montañas. Las gentes, de misa al colegio electoral, o quizá al revés. Un valle alargado cruzado por la via del tren, enflechados a Granada. En Deifontes almorzamos mientras cae un fuerte chaparrón. En un claro decidimos salir, y pronto de nuevo la abundante lluvia. Por pista de tierra, sin escapatoria, avanzamos cegados bajo el fuerte aguacero, calados hace ya hasta los huesos. En un restaurante de carretera junto al Embalse de Cubillas, muy cerca de Albolote, nos cobijamos. Estamos a unos 10kms de Granada y damos la ruta por concluida. Vienen a recogernos y aún esperamos que amaine para poder montar la baca y las bicis. 70kms y 1000m+. Duermo profundo por el Puerto de la Mora y despierto por Guadix. Al paso por su antigua estación, donde nací, voy cerrando este diario.
Con las primeras luces el primer puerto. El día frío y gris, ¡cómo no! En Guadahortuna desayunamos a lo grande. Pasamos Piñar y entramos en Iznalloz, bello pueblo colgado de las montañas. Las gentes, de misa al colegio electoral, o quizá al revés. Un valle alargado cruzado por la via del tren, enflechados a Granada. En Deifontes almorzamos mientras cae un fuerte chaparrón. En un claro decidimos salir, y pronto de nuevo la abundante lluvia. Por pista de tierra, sin escapatoria, avanzamos cegados bajo el fuerte aguacero, calados hace ya hasta los huesos. En un restaurante de carretera junto al Embalse de Cubillas, muy cerca de Albolote, nos cobijamos. Estamos a unos 10kms de Granada y damos la ruta por concluida. Vienen a recogernos y aún esperamos que amaine para poder montar la baca y las bicis. 70kms y 1000m+. Duermo profundo por el Puerto de la Mora y despierto por Guadix. Al paso por su antigua estación, donde nací, voy cerrando este diario.
Epílogo
A caballo entre el invierno y la primavera, cuatro días grises, fríos y húmedos recorriendo de norte a sur, desde tierras cristianas, un buen trecho del antiguo reino nazarí de Granada. Una cultura única que hoy día sigue dando sentido a estas mágicas tierras y a sus fabulosas gentes, tallado a cincel en sus rostros y en su alma el legado andalusí.
Cerca de 400kms y unos 5500m+ acumulados para rendir homenaje a aquellos valientes que en tiempos difíciles supieron hacer de la cultura su bandera.
Cerca de 400kms y unos 5500m+ acumulados para rendir homenaje a aquellos valientes que en tiempos difíciles supieron hacer de la cultura su bandera.
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