SIERRA DE ALMAENS
Echamos a rodar M.P. y un servidor sin rumbo. Ni fijo ni aleatorio. Y al poco deshojando la margarita aparece ALMAENS, una palabra mágica. Hace mucho que no atacamos esos lares, sabedores de su dificultad. Sin embargo nos venimos arriba y ahí que vamos.Caemos al río Monnegre, que cruzamos, y ya sobre la Nacional de Alcoi con demasiado tráfico. Nos impacientamos por dejar la brea y por detrás del derruido edificio del restaurante Alcon tomamos una pista tras la cadena correspondiente y encaramos la cara Sur de la Sierra del Espartal. Casi siempre en subida con algunos toboganes y el piso tan seco y rocoso como lo recordábamos.... Así hasta la carretera que sube a Xixona desde Busot, donde, en vez de buscar el camino tradicional por el Barranc de Lo Romero, nos vamos en busca de la cara Norte de la Sierra.
Vamos bien hasta que dejamos de de ir bien jeje, y ahora, sobre pistas muy cercanas a la Sierra, nos toca retroceder en un par de sitios sin dar con el camino bueno. Al tercer intento llegamos a una casa y sus dueños nos dicen que por detrás de unos olivos alguna vez vieron a algún ciclista... Le tiramos y nos tocará salvar un tramos con la bici a cuestas antes de entrar en "el camino bueno". Una vez en él dejamos atrás la Sierra del Espartal y encaramos ahora sí la Sierra de Almaens.
La subida a la cima de la Sierra de Almaens tiene su 'tocado'. Un primer tramo más tendido y con el firme decoroso, para luego, ya encarado el temible Coll del Llop, unas rampas inhumanas y con el firme destrozado; y un tercer momento, tras ganar el Coll del Llop, una buena trama cresteando toda la montaña por su cara Norte, casi siempre en subida y con buenas cuestas, hasta por fin coronar en el vértice geodésico la impactante montaña.
Reseñar las increíbles vistas de toda la contornà, con toda la inmensa bahía de Alicante y del otro lado las montañas del interior. y
Y más en un día donde las montañas a nuestro alrededor se difuminan como en una pintura china debido a la neblina matinera que no acaba de levantar. ¡Guapísimo!!
Conseguido el objetivo, las fotos, el papeo y toca deshacer el camino y hasta un cruce en el que nos vamos a izquierdas en fuerte bajada hasta unas cadenas y algo más allá una casa con perros muy ladradores para acabar saliendo a la pedanía de Abiò. En ella tomamos la pista que acaba enlazando, con muchos y potentes toboganes, con la Pista del Espino. Una vez el ella sólo nos queda dejarnos caer. Serán un buen puñado de kms.casi todos en bajada, que se hacen pesados por las horas y el cansancio acumulado, con los brazos cargaditos del esfuerzo, y hasta el rio Monnegre que volvemos a cruzar para cerrar el sorprendente track en el punto de partida junto al Aeroclub.