verTRACK/transpirenaica-del-cantabrico-al-mediterraneo-completa-
16+1 día dando pedales
Y ahora al bajar de la bici el vértigo
16+1 día enfilado de poniente a levante
Qué días aquellos de horizonte claro
16+1 día sin nada en qué pensar
El sueño profundo y el hambre sin más
16+1 día flotando de mar a mar
Colgado en las nubes que vienen y van
A las seis de la mañana montando las bicis en la estación de trenes de Irún. En Hondarribia cumplimos con el ritual de coger agua del Cantábrico para llevarla al Mediterráneo. Buscamos el paso a Francia por Behovia. Por kms pegados al río Bidasoa por la margen francesa, y pasado Biriatou nos encontramos la primera cuesta, olalá!!! Al poco desaparece el asfalto y en un cruce un cuestón imposible. A pata hasta arriba y más allá hasta lo más alto acompañados por un pintor francés con sus cambalaches en busca de inspiración. Qué curiosos a veces los cruces de caminos entre la gente que camina, que no se está quieta...
Toca sube y baja por un buen tiempo. Junto a un lago los turistas franceses, por las faldas del emblemático Larrun los turistas franceses. Mucho tobogán y en un alto en plena frontera un complejo turístico y comercial lleno claro de turistas franceses.... Una buena bajada y la última subida del día a un bello collado con bar, de nuevo en frontera, Lapurdi al Norte, Nafarroa al Sur. En él comemos el bocata que llevamos aún de casa, unas excelentes chistorras y todo mojado por unos cuantos zuritos. La bajada por asfalto cruzando un espléndido bosque. Así ganamos la bella población de Etxalar y algo más abajo nuestro fin de etapa en la Venta Etxalar.
Toca sube y baja por un buen tiempo. Junto a un lago los turistas franceses, por las faldas del emblemático Larrun los turistas franceses. Mucho tobogán y en un alto en plena frontera un complejo turístico y comercial lleno claro de turistas franceses.... Una buena bajada y la última subida del día a un bello collado con bar, de nuevo en frontera, Lapurdi al Norte, Nafarroa al Sur. En él comemos el bocata que llevamos aún de casa, unas excelentes chistorras y todo mojado por unos cuantos zuritos. La bajada por asfalto cruzando un espléndido bosque. Así ganamos la bella población de Etxalar y algo más abajo nuestro fin de etapa en la Venta Etxalar.
En la panadería desayuno y charreta euskalduna. El día frío y el xirimiri que nos acompañará todo el día, lo que se traduce en que en un rato estaremos calados hasta los huesos. De esta guisa afrontamos los altos de Etxalar. Camino de Zugarramurdi los bosques de enormes hayas, robles, castaños, abetos..., una belleza sin igual. Rampas duras y otras aún más. Tramos de pateo y árboles caídos en mitad de las sendas. Cortadas. Todo un espectáculo. Un regalo. El mejor de los regalos!! En lo más alto nos ponemos toda la ropa que llevamos (más bien poca) y toca bajar al renombrado Valle de Baztán. En el casino de su capital, Elizondo, comemos unos pinchos exquisitos y nos preparan unos bocatas que recordaremos toda la travesía.
La salida por asfalto un buen tramo siempre picando hacia arriba. Un cruce a derechas y por carreterilla afrontamos el segundo puerto de la jornada. Se soporta el castigo y en lo más alto cruzamos la muga para entrar en Francia. La bajada brutal por una carreterilla panorámica que quita el hipo. Ya abajo, junto al caudaloso río, comemos los fabulosos bocatas del Casino de Elizondo y cambiamos la microsiesta por unas risas a mandíbula batiente.
De nuevo sobre las bicis afrontamos la traca final del día: una ascensión de 1000m+ en 20kms. Se hace sobre brea en buen estado y no hay paredes. Todo un detalle. La lluvia persistente le da un aire de misterio a los alucinantes bosques. Así ganamos el Col de Lindes para entrar de nuevo en España. De nuevo toda la ropa y bajada rápida a Roncesvalles. Nos sumergimos por un rato en el tranquilo mundo del peregrino. Visitamos el lugar, y por el Camino de Santiago ponemos rumbo a nuestro fin de etapa en Espinal, en cuya fonda cenaremos como marqueses de alta cuna (aunque no Emérita) para cerrar, el día en que he cumplido años, una jornada inolvidable con casi 100kms y 3000m+. Esto promete!
En una volada bien temprano de vuelta en Roncesvalles. Frío y lluvia. Xirimiri no, lluvia! Alguna foto y tomamos el GR11 dirección Selva de Irati. El terreno propicio, pero asusta el tiempo tan frío cruzando el Bosque de Vasajaun... Cuando llegamos a Orbaitzeta estamos ateridos de frío. Damos pedales para entrar en calor y a duras penas lo conseguimos. Por la Selva de Irati la cosa no cambia. Algunos turistas y el avance rápido hasta el otro extremo en las Casas de Irati, donde escampa la lluvia por un rato y aprovechamos para comer lo que llevamos. La charla con un cicloturista solitario con muchos meses por delante para perderse por la infinita Península.
La salida por asfalto para ganar un alto y luego camino del Collado de Pekatua. Sumamos kms fácil y ya solo nos queda un pequeño puerto y en bajada los últimos kms a Isaba. El exiguo Albergue sin apenas servicios en el centro del coqueto y animado pueblo, que callejeamos en todas direcciones.
El viento del Norte nos hace recordar el frío de ayer. El cielo despejado y el GR11 que nos lleva directos a la muy enamoradiza Cascada de Belazarte. Luego toca trepar con la bici a cuestas por un precioso bosque para salir de últimas a asfalto. Subimos fácil el Puerto de los Navarros dejando atrás el Valle del Roncal para entrar en Aragón y caer por una divertida senda a Zuriza-: EL PARAÍSO ♥️.
Por el Barranco de Ansó espectaculares paisajes pirenaicos y ya en el muy galardonado pueblo compramos viandas y nos hacemos en la plaza unos estratosféricos bocatas, la fruta y los cafés en el bar. Salimos rodando por asfalto a Echo, donde reponemos agua, y pasado un estupendo puente romano tomamos una pista a izquierdas que en breve se convierte en un paredón del 18. Aún así decidimos atacarlo, lo que supone tirarle con la cabra a cuestas un trecho que se hace interminable. Bien arriba de mala manera volvemos a montar. Muy trialero el asunto con mucha pizarra suelta. Tan divertido como difícil. Por fin ganamos el alto, donde aparece una senda marcada como 'del Santo Grial', uhhhh qué miedo! Luego la vertiginosa bajada al bello pueblo montañés de Urdués, indispensable por su historia de guerrilleros en las guerras napoleónicas (aquí pasaron los franceses por las armas a medio pueblo con el gran patriota Juan Sarasa a la cabeza), por lo bonito del lugar y por el agua más fría y buena de lo que llevamos de Transpirenaica.
Caemos por asfalto a la Nacional que lleva a Puente de la Reina, y al rato un desvío a izquierdas nos lleva por una carreterilla a Jasa. En su plaza tomamos algo y reponemos agua. Nos queda un duro puerto por ganar, y aún con un sol de justicia, lo hacemos a la manera deportiva. Luego, la larga bajada para entrar acompañados por el viento del Norte en el bello Aisa, habitado por bellas mujeres, unas simpáticas y otras aún más.
Salimos por asfalto para ganar un potente tachuelón. En la bajada entramos en el pintoresco pueblo de Borau- y de nuevo a subir. En el alto tomamos una senda muy divertida que nos mete en Castiello de Jaca. Bar, café y bocatas! Nos adentramos ahora por el valle del río Garcipollera. Al principio sobre asfalto y algunos turistas, más adelante ni asfalto ni turistas ni nadie! Bueno sí: un eBiker que nos acompaña hasta el pueblo abandonado de Larrosa. Las fotos y la emoción. Luego seguimos la ascensión a Puello de Escués. Las impresionantes vistas del Pirineo. En el pueblo de Larrús nos hacemos los bocatas y con el sol bien alto afrontamos el gran reto del día: la ascensión al Puerto de Peña Oturia con casi 1800 m. El desfile por el valle de Sabiñánigo bajo el sol de justicia se hace PLOMIZO con mayúsculas, descorazonador! Pasado Senegué cruzamos un río con bañistas y comienzan las hostilidades. El puerto es muy largo y encontraremos alguna pared. Por lo demás, en buena medida avanzamos bajo la sombra de bosques de pinos, hayas, abetos....
Bien arriba las vistas de los Pirineos sobrecogen. Zona ganadera, vamos pasando por la accidentada pista abriendo y cerrando puertas para las vacas. Por fin coronamos y en la bajada pasamos muy cerca de la Ermita de Santa Orosia, famosa en toda la contorná por su tradicional romería. Ganado el collado del Refugio Lavalle comienza un descenso de casi 30 kms para llegar a Fiscal. Una paliza importante con muchas alternativas: pasos rápidos, otros tortuosos, alguna tachuela, grupos de ciervos, pueblos abandonados, cruce de ríos...los Pirineos en estado puro!
Con 12 horas de viaje damos con la Posada de Fiscal para cerrar la Etapa reina de nuestra TRANSPYR.
Por asfalto con bastante tráfico, turistas al volante, educados unos y otros no tanto. Pasado Torla en el río hacemos el almuerzo y afrontamos el subidón del día. Un desnivel por encima de los 1200m en apenas 13kms. Los primeros 5 durísimos. Se llega luego a una campa con una ermita de juguete y por unos 2/3kms recuperamos fuerzas en un falso llano. Luego vuelve a ponerse el tema interesante pero ya más llevadero que el primer tercio.
Arriba de mirador en mirador disfrutamos de las alucinantes vistas. Toda Ordesa a nuestros pies y los neveros de las grandes montañas pirenaicas frente a nosotros, que casi se pueden tocar.... Nos lo tomamos con calma disfrutando de cada rincón. La Transpirenaica tiene aquí una parada impactante.
Luego la bajada rápida directos a Nerín, un pueblecito abalconado con el Cañón de Añisclo a los pies y enfrente la Peña Montañesa. El Albergue regentado por dos hermanos de lo más pintorescos. Dejémoslo ahí...
DIA 7
Salimos en fuerte descenso por asfalto. A la entrada del Cañón de Añisclo nos dan el alto y nos conminan a darnos la vuelta. Curioso el Parque Nacional, que dejan pasar a los coches y no a las bicis. !Pais de chirigota!!
Damos media vuelta para salir del Parque y ganamos el Puerto de Buerba. Los paisajes impresionan. Luego un largo descenso por los paisajes abiertos del Sobrarbe con el Perdido y demás grandezas al fondo. El calor a plomo e igual ponemos la directa para ganar el temible Collado de Peña Montañesa. Mayormente sombreado y la pista en buen estado, sumamos un desnivel de 1000m en 10kms. Ganaremos el puerto con más facilidad de la prevista. Junto a una estupenda fuente en lo más alto del collado comemos y vemos de arreglar los frenos de Marcos y de paso el Coronavirus y otros problemas de actualidad. Ni que decir tiene que no arreglamos nada, quizá todo sigue peor...
Luego la bajada rápida por unos 3 o 4 kms y toca de nuevo una espectacular subida a la Collada de Gullivert por dentro de un hayedo de dibujos animados. La senda muy divertida y por zonas peligrosa. Un muy agradable regalo. En lo alto del collado caballos salvajes, y luego la bajada a los pueblos de Víu y Senz, donde se toma asfalto para entrar en Campo, fin de etapa. La pernocta en el estupendo Hotel Cotiello, semivacío, y la cena en la animada plaza del pueblo, de donde cuesta levantarse.
Por el Congost de Ventamilla nos sorprenden las obras en la carretera. Al tiempo vemos un vetusto puente sobre el Esera y del otro lado nace una senda que lleva a un dolmen y al pueblo de Seira. Lo cogemos. A ratos montados y la mayoría un pateo de libro. Y luego la salida sí o sí hay que cruzar el ancho río y nos devuelve a la carretera...en obras...
Una vez en Seira tomamos un café y nos preparan unos bocatas. Ahora sí afrontamos la gran pared del día: la subida por pista al pueblo de Gabás.
El sol aprieta y bien, y el pateo en tramos imposibles y otros que mejor ahorrarse el calentón. Aparecen el Aneto y los Besiberris para endulzar el castigo. En Gabás reponemos agua y comemos. Luego siempre en subida pero algo más tendido y con mejor piso. Así avanzamos eclipsados por la belleza del lugar. Cuando ganamos el Collado buscamos sombra y tras la comida echamos la merecida microsiesta.
La bajada es muy vertical y el firme peligroso. Llegamos cerca del muy fotogénico pueblo de Espés y por asfalto subimos el Puerto de Bonansa. En lo alto vamos a visitar el espectacular mirador del río Isábena y luego la rápida bajada al pueblo de Bonansa. El cielo encapotado y comienza a llover. Casi siempre emboscados y en bajada nos acompaña la lluvia y los truenos en nuestra entrada en Cataluña. El animado Pont de Suert nos recibe con los brazos abiertos. El trato en la fonda sin igual, en la tienda de bicis nos arreglan frenos y demás desperfectos sin cobrarnos y la charreta con el dueño para enmarcar, y la cena, mmmmm la cena!!
Salimos de Pont de Suert en fuerte pendiente a Gotarta y luego a Malpás. Hace mucho calor, pero peor es el pinchazo de Marcos en Erta que nos obliga a parar. Parcheamos el tema de aquella manera y seguimos marcha a Sas y luego una subida tendida hasta un collado en el que comienza una larga bajada hasta Mola d'Amunt, una especie de camping, el agua corriendo por todas partes... El giro a izquierdas y comienza el último subidón de la etapa: el mítico Coll d'Oli. El sol pega fuerte pero igual ahí vamos. En breve desaparece el asfalto y la pista abierta y expuesta al impenitente sol y venga a subir. Bien en lo alto, algo antes de llegar a un antiguo pueblo semiderruido y con una granja en plena producción giramos a derechas para coger una senda bien chula. En una cerrada con buena sombra la comida campestre que aprovechamos para intentar arreglar algunos desperfectos de este mundo nuestro. Como los temas de actualidad los desconocemos, buscamos otros de eterna controversia como por ejemplo el sexo de los ángeles o la compra de armas descontrolada en Internet.
Comienza a nublarse y los relámpagos no auguran nada bueno. Levantamos a la carrera la ‘mesa’ y con la tormenta ya descargando afrontamos la parte más delicada del Coll d'Oli: un roquedal en el que hay que poner pie a tierra constantemente, a la subida y a la bajada. Ganamos un pueblecito y por asfalto siempre en bajada entramos de lleno en La Vall Fosca. Abajo el cruce a izquierdas y rápido en la Torre de Capdella. El pueblo pequeño y sin apenas servicios, pero el Albergue donde nos alojamos sorprendente por el personaje que lo regenta: un catalán la mar de simpático de labia fácil y gran mano en la cocina. Inolvidable momento de la Transpyr regada con una botella de Ratafia que dejamos temblando.
Ha llovido por la noche y de igual manera en el fondo de la Vall Fosca siempre hace frío. La aproximación por asfalto en subida y en Espui al cruzar el río comienza la temible y muy mítica subida al Coll del Triador. Nos lo tomamos con calma. La larga y dura subida no tiene paredes, aunque sí largos tramos que se tensan y de qué manera... Es cuestión de dosificar el esfuerzo. Una vez arriba las fotos de rigor y comienza la estancia sobre las nubes: unos 20 kms siempre sobre los 2000m de altitud. Una gozada. En la cascada de Mainera echamos el bocado y levantamos mesa con los truenos y las primeras gotas.
Es así como ganamos el techo de la Transpirenaica en el Coll de la Portella, con sus 2358 metros. Luego una prodigiosa bajada de más de 20kms dentro del Parque Natural del Alt Pirineu perseguidos en todo momento por una tormenta que no tiene en absoluto buena pinta. Llegaremos al pueblo de Llavorsí totalmente calados y con un susto del que todavía no nos hemos recuperado. El pueblo muy animado, la fonda excelente, y un tipo arreglabicis que viene del vecino pueblo de Esterri d’Aneu a arreglarle el pinchazo a Marcos..., y de paso sacarle los cuartos de mala manera brrrrr
Es así como ganamos el techo de la Transpirenaica en el Coll de la Portella, con sus 2358 metros. Luego una prodigiosa bajada de más de 20kms dentro del Parque Natural del Alt Pirineu perseguidos en todo momento por una tormenta que no tiene en absoluto buena pinta. Llegaremos al pueblo de Llavorsí totalmente calados y con un susto del que todavía no nos hemos recuperado. El pueblo muy animado, la fonda excelente, y un tipo arreglabicis que viene del vecino pueblo de Esterri d’Aneu a arreglarle el pinchazo a Marcos..., y de paso sacarle los cuartos de mala manera brrrrr
Día de transición por excelentes pistas sin grandes sobresaltos. El Alt Pirineu, un paraíso de bosques la mayoría encantados. Salimos de Llavorsí en bajada por asfalto con bastante tráfico. Enseguida pista y siempre en subida hasta el pueblecito de Montenartró. Echamos el bocado y repostamos agua. Luego seguimos subiendo hasta ganar Sant Joan de l'Lerm Vell, pueblo alrededor de una ancestral iglesia que fue bombardeado por los fascistas, y más adelante llegamos a la Estación de Invierno, donde hacemos la comida campestre bajo una fina lluvia.
Navegamos aún un buen rato por las alturas, siempre emboscados y con lluvia que viene y va, para de últimas tener un descenso muy fuerte. Aún nos quedará una tachuela antes de caer a la Nacional que sube a La Seu d’Urgell y Andorra. Al poco vemos una posible escapatoria y la cogemos. Sin embargo equivocamos el camino y acabamos en una cerrada vertical. Damos media vuelta para salir de nuevo a asfalto y ganar el fin de etapa en Adrall, un pequeño pueblo con los pocos servicios y bares cerrados a cal y canto y con la dueña de la fonda donde nos alojamos que nos atendió de pena: malcomimos y caro. Para llorar...
Salimos del patético pueblo empotrados en el arcén entre los coches de la Nacional y el río Segre. Asusta... Luego un desvío a izquierdas y comienza la primera subida del día. Hasta el pueblo de Castellar de Tost-, con una vaquería importante, asfalto. Luego pista con al menos tres paredones de infarto. Una vez ganado el Coll d'Arnat el descenso se hace por pista asfaltada a una de las comarcas más olvidadas y de difícil acceso de toda Cataluña. Las vistas impresionan. Abajo se transita pegado al estupendo río La Vansa visitando algunos pueblos deshabitados y otros funcionando con las casas rehabilitadas de segunda residencia. En el pueblo de Sorribes cargamos agua y hablamos con algún paisano. Luego por pista le tiramos a Tuixent, cabeza de comarca. Bonito pueblo en lo alto de un promontorio con su iglesia-castillo, su bar y algunas cosas más, como por ejemplo una estupenda fuente junto a la que damos cuenta de los bocatas que llevamos pegados a la pared en la estrecha sombra.
Con el sol en todo lo alto atacamos la segunda parte del track: salimos por asfalto siempre arriba hasta llegar al pintoresco y muy enlazado Josa de Cadí. La montaña se va cerrando y en una curva dejamos el asfalto para atacar por su lado más duro el Coll de Les Bassotes, al sur de la impresionante Sierra de Cadí. Un primer tramo más tendido para luego contar con al menos dos paredones. Las nubes y el viento ayudan a sobrellevar el castigo. Una vez arriba las impagables vistas, entre las que destaca la imponente figura del Macizo del Pedraforca. Se ganan varios collados en las alturas rodeados de rebaños de cabras y vacas con sus cabreros y sus vaqueros. Luego ya solo nos queda dejarnos caer por una pista en muy buen estado para perder más de 1000m de altura en algo más de 20 kms. Ya en Bagà visitamos su casco histórico y cerramos track.
Lluvia intermitente toda la jornada. Siempre en subida por asfalto los primeros 6/8kms sin apenas tráfico dirección Coll de Pal. En una curva cerrada pista y pendientes bien duras. Así ganamos el Coll de la Gavarra con una excelente fuente donde comemos y un mirador con el Pedraforca y la espectacular cadena del Moixeró. Seguimos luego subiendo hasta ganar el Coll de Pal. Frío y viento y al poco de bajar se acaba el asfalto, se entra en la provincia de Girona y también entramos en las pistas del dominio Masella-Molina. Dirección La Masella por medio de las pistas caemos a veces fácil y rápido, otras no tanto. Llegamos al Pla de Masella y continuamos por asfalto a La Molina.
La lluvia nos obliga a entrar en el complejo turístico, muy animado con muchos bikers de descenso. Resguardados de la lluvia como podemos comemos lo que llevamos y al amainar atacamos un muy feo paredón de una pista roja en ascenso. Un buen tramo si o si a patita empujando la bici. Una vez arriba ganamos primero la Collada del Pedró y luego por pistas con excelentes vistas el de Toses, desde el que bajamos por asfalto enfilados hasta el pueblecito de Fornells de la Muntanya, fin de etapa. Apenas cuatro casas, y dos de ellas fondas con excelente restauración y habitaciones con vistas...al paraíso. De fábula! A la noche tras la formidable cena nos sorprenden las Perseidas...
Salida por asfalto en bajada hasta Planoles-. En el bar de su plaza nos pegan una clavada (ellos lo llaman ‘ayuda al refugiado’ ) por unas tostas con jamón salado que bien nos podíamos haber ahorrado. Así comienza el primer puerto del día: el Collet de les Barraques En una curva dejamos el asfalto y por pista bien sentada comienza la bajada hacia Ribes de Freser-. Ya en el valle junto al tren cremallera que sube al Santuario de Nuria hacemos unos kms por asfalto en bajada hasta ganar el animado pueblo. Reponemos agua y nos hacemos unos cafés en la plaza antes de afrontar el puertonaco del día por la portentosa Sierra de Montroig. Hace calor pero es soportable. Enseguida pista alquitranada y tierra. Aún así pasan coches y motos. Salvados los dos primeros kms bastante empinados la cosa se relaja, haciéndose cómodo el avance, y distraído, pues se pone a nuestra rueda un argentino con una labia....dios que labia tiene el argentino...
En la parte alta se tiende la cuesta. Estamos a 2000m de altura y los paisajes alpinos lo son todo. Salvamos varios collados y en un recodo junto a una cascada echamos la comida campestre sin más, sin arreglar ninguno de los problemas actuales ni pasados ni por venir. Luego nos queda bien poco para coronar y enseguida la potente bajada a Camprodon, pasando primero por Tregurà, Vilanova de Ter y Llanars, que haremos envueltos en una espesa niebla. El muy turístico pueblo da para mucho: su fotogénico puente, sus calles peatonales abarrotadas de coronavirus, la compra en el súper y la visita a una exposición sobre la huida de los republicanos del valle a Francia tras la guerra civil, y la fabulosa pizza que comemos por fin después de más de dos semanas soñando con ella.
En la parte alta se tiende la cuesta. Estamos a 2000m de altura y los paisajes alpinos lo son todo. Salvamos varios collados y en un recodo junto a una cascada echamos la comida campestre sin más, sin arreglar ninguno de los problemas actuales ni pasados ni por venir. Luego nos queda bien poco para coronar y enseguida la potente bajada a Camprodon, pasando primero por Tregurà, Vilanova de Ter y Llanars, que haremos envueltos en una espesa niebla. El muy turístico pueblo da para mucho: su fotogénico puente, sus calles peatonales abarrotadas de coronavirus, la compra en el súper y la visita a una exposición sobre la huida de los republicanos del valle a Francia tras la guerra civil, y la fabulosa pizza que comemos por fin después de más de dos semanas soñando con ella.
En bajada emboscados por estupenda pista junto al río Ter. En Sant Pau de Seguries dejamos la idílica bajada para encarar la primera tachuela que nos lleva a un alto y entramos en La Garrotxa por el bello y solitario Vall del Bac. Serán kms en bajada estupefactos de tanta belleza entre frondosos bosques, sendas increíbles y ermitas perdidas.
De últimas salimos a una carretera y al cruzarla entramos junto al cauce de un río. Un buen tramo sendeando entre guijarros enormes. Más adelante seguimos por asfalto con un calor sofocante casi siempre en bajada. Llegamos al espectacular puente romano del río Llierca y vemos gente bañándose. Ahí que vamos de cabeza nosotros también. Aprovechamos para hacer la comida campestre. Luego en un camping cercano el café y repostamos agua para afrontar el paredón de la jornada: la subida por el Río Llierca hasta el Alto de Bassanada.
Pasada la estupenda ermita de Sadernes entramos en un congost muy visitado por escaladores y bañistas. El tiempo se complica y, tan rápido crecen las nubes negras como el tizón, los turistas ponen pies en polvorosa. Nosotros en cambio vamos de cabeza a la tormenta. Las primeras cuestas importantes y ya ganando altura por la espectacular cerrada de montañas con el nudo en la garganta de ver la que se avecina.
Más arriba comienza a llover y nos guarecemos en el cerrado bosque. Al tiempo la lluvia incesante y un trueno que no se apaga y que no augura nada bueno. En estas estalla un impresionante rayo y ahora la lluvia es intensa, casi granizo. Estamos calados y con mucho frío. Decidimos salir a dar pedales para al menos entrar en calor. El agua baja a borbotones por la empinada cuesta y Marcos pincha. Bajo la incesante lluvia, castañeando los dientes por el frío, echaremos un buen rato hasta por fin (y gracias a la providencia divina) conseguimos arreglar la rueda. Exhaustos, de nuevo sobre las bicis para ganar el temible paredón. La lluvia va menguando y una vez arriba comemos unas galletas para afrontar la laaaarga y muy pronunciada bajada. Al principio con una tremenda pendiente y grandes piedras.Todo mojado se hace muy peligroso. Luego ya más abajo menos inclinación y al tiempo sobre pista alquitranada en muy buen estado bajamos volados kms hasta el río que nos acaba metiendo en Albanyà para cerrar el track en Can Carreras, donde nos esperan dos ángeles en el zaguán.
Con las primeras luces nos plantamos en el impactante pueblo medieval de Sant Llorenç de la Muga. Desierto, como preparado para grabar alguna escena de alguna peli. Saboreamos en silencio lo poco que llevamos de comer, atentos por si en algún momento comienza la acción...
Al salir del pueblo atacamos el primer tachuelón del día bordeando el enorme Embalse de Boadella. El bosque cerrado de alcornoques, algarrobos, carrascas, pinos..., más adelante olivos y viñedos...., estamos ya en el Mediterráneo. Huele a casa! También el calor sofocante y pegajoso.
En el pueblo de Darnius nos damos un homenaje con un desayuno de los buenos y seguimos camino a Agullana con su estupenda fuente y luego pasamos autopistas y líneas de ferrocarril en La Jonquera para de nuevo perdernos en parajes de viñedos y olivares, y pequeñas montañas que vamos sorteando ya en una cuenta atrás que nos acaba llevando al estupendo puerto de Llançà, donde cerramos la ruta del día y la fabulosa travesía de la Transpirenaica con baño incluido y depósito de las aguas cántabras en la balsa mediterránea.
Etapa 16+1
Desayuno de noche en los aposentos del Albergue y ya por la Nacional saliendo de Llançà. Más adelante enlazamos con el Camino de Santiago y lo seguimos durante un buen puñado de kms. Pistas, carreterillas, alguna senda y muchos pueblecitos con sus banderitas. A unos 15kms de Girona el Camino nos separa mucho, dando un rodeo que evitamos. Algún despiste para entrar de nuevo en la Nacional, y cuando lo conseguimos ya directos a la Estación de Trenes donde nos espera una estupenda furgoneta para cargar las bicis y de vuelta a casa.16+1 día dando pedales
¡De qué otra manera si no!
Enfilados de poniente a levante 16+1 día
Con sus noches y sus días
16+1 día atrapados en un sueño
Del que no queremos despertar
16+1 día flotando de mar a mar
Mecidos por el viento que viene y va
16+1 día