Recorrer las intrincadas montañas y los profundos valles de la Marina Alta, un placer infinito.
De buena mañana en Parcent para atacar el mítico Coll de Rates. El limpísimo asfalto como pista de despegue, con las vistas tan aéreas. Y al otro lado entramos en Tárbena, donde almorzamos tirando de delicias de la tierra en la genuina Casa Pinet, un bar / templo republicano y de las luchas de la clase obrera del siglo pasado, tan entrañable.
Luego con la barriga a pleno rendimiento un rompepiernas siempre en subida dirección Castell de Castells con unas panorámicas impresionantes de las montañas alicantinas. Collado tras collado hasta por fin caer a la Vall de Pop, donde comienza la última pared del día: la subida al Coll de Garga. Bien dura y con el sol en lo alto pegando de lo lindo, con temperaturas rondando los 38°. Ya en lo alto merecido descanso, algo de fruta, y toca bajar por la Vall de Laguart. Paseamos la dormida Benimaurell y por la falda del Penyó Roig y el Cavall Vert a Murla salvando algunas trilaleras de infarto. Cuando entramos en Parcent ni un alma, todos dándole a la siesta. Y nosotros ya en el trueno deshaciendo el camino a casa.