'Ahora pasa que las tortugas son grandes admiradoras de la velocidad, como es natural. Las esperanzas lo saben, y no se preocupan. Los famas lo saben, y se burlan. Los cronopios lo saben, y cada vez que encuentran una tortuga sacan la caja de tizas de colores y sobre la redonda pizarra de la tortuga dibujan una golondrina' -'Historias de cronopios y de famas', Julio Cortazar.
Pues eso, se acabaron las preocupaciones. Y las burlas. Y como los cronopios de Cortázar, saco los lápices, y dibujo. Paseo los parajes mas increíbles. Y otros que cualquiera diría son del montón. Y de todos ellos saco la fuerza para seguir creciendo, en este mundo infinito.
Y es que desde que un día no hace mucho decidí ser yo misma, disfruto ralentizando el tiempo, aprendiendo de la naturaleza que se yergue orgullosa a mi paso. En cada rincón, inconmensurable.
Bien despacio. Cada rincón del camino un mundo, cada canto de los pájaros concierto inolvidable, cada árbol, planta, liquen, brebaje mágico que sana las heridas más profundas. también las del alma. Cada correría de los animales de los bosques la danza ancestral que despieza el Universo, de par en par.
Acuñamos nuevo concepto a golpe de pedal: SLOW RIDE. Rodamos atentos a todo lo que nos rodea. Todo adquiere vida a nuestro paso, viendo más allá de las certezas materiales, aprendizajes inacabados, miserias humanas e inhumanas..., descubriendo las cosas mas extraordinarias.