alma.ens VII
Volver a casa y hacer una de mis rutas preferidas. Los caminos poco, nada frecuentados que nos acercan a la Sierra de Almaens. Los barrancos de Romero y Vergeret, los secarrales del Espartal, las Juntas de los ríos alacantones, el coll del Llop.... Territorios salvajes donde se forjó mi fuerza. Subimos hasta lo más alto, con la niebla dueña del paisaje. Nada que ver. Solo a nosotros mismos. Espalda contra espalda sobre el vértice. El abismo a los pies.
De regreso, la noche nos sorprende en lo más profundo del barranco de Vergeret. Tan técnico el devenir por las sendas, con las únicas luces de Luz, avanzamos lentamente. Cada piedra, cada grieta, cada raíz, todo adquiere vida propia. Y sus sombras... Los sonidos de la noche, los últimos animales... Tanta la distancia entre la luna y la tierra, tan mágica su danza..., como sin querer llegar, el placer de girar y girar. Saboreando los imposibles vericuetos de la escondida senda..., la contenida calma de nuestro rodar..., elevados al infinito con el canto del último pájaro regresando a su nido. Certero destino.
ángelángel