A CABRERIZA DESDE RETORTILLO DE SORIA
Hace alguna semana saltó la noticia en nada menos que el diario El País de que una iglesia en un pueblo abandonado cercano a Berlanga de Duero estaba a punto de caer, y con esa caída se perdía de paso un patrimonio cultural. Uno más. Consistente en este caso en una bóveda ricamente policromada hace ahora dos siglos. Todo gracias a la Marquesa de Berlanga, que a mediados del s.XVIII tuvo a bien vestir y pintar las iglesias de la contorná. Así las cosas, el ansia por ver la bóveda policromada nos lleva a montar una expedición para rescatar algunas fotos que den fe del tesoro antes de su anunciada desaparición.
Ahí vamos Jesús Manuel, José Antonio y un servidor, miembros todos de la sacrosanta cofradía de El Cardo, con residencia fiscal en Retortillo de Soria, montados en nuestros jamelgos, dispuestos a la aventura. Elegimos el camino del monte y dirección Arenillas, un buen puñado de kms arriba y abajo con buenas charqueras tras las copiosas lluvias de los últimos días. La mañana fría pero sin matar. Al tiempo un rebaño de ovejas con mastines que no atacan nos cortan el paso. Más adelante algún cruce y las tomas de decisiones: mejor no adornarnos porque los campos están a reventar de agua y no es cuestión de perecer ahogados... Le vamos tirando con buenas vistas y buenos corzos que nos salen al paso. Y así hasta el pueblo de Arenillas, donde tomamos una estupenda pista de concentración que nos lleva directos a Cabreriza. Reseñar el tremendo cuestón en bajada para ganar el pueblo, ya casi tocando el río Talegones.
En el pueblo, con una sola casa en pie, no hay nadie. Tampoco los perros mastines de otras andanzas. Nadie. Rodeamos la iglesia motivo de nuestro viaje y tras traspasar el umbral ya estamos dentro. Impacta que aguante con el estado ruinoso en que se encuentra; no hay marcha atrás. Más pronto que tarde, en una nevada, a lo sumo dos, todo estará en el suelo. Como el resto del pueblo. Caminamos impactados por el interior de la iglesia los diferentes cuerpos. Los suelos levantados, las paredes caídas, grietas por todas partes. La desolación, peligro! Las fotos y los comentarios. Tres ven más que dos, y que uno...
Luego en la salida echamos el bocado y nos disponemos a seguir la ruta. Sobre la pista al poco un desvío a izquierdas y, tras cruzar el río, nos adentrarnos, siempre en subida, en los bosques de Paones. Quejigos y robles, alcornoques, carrascas, encinas y servales..., ahí vamos emboscados hasta un cruce, y luego otro, y así y así hasta el pueblo de Paones, donde pisamos brea y rápidos dirección al señorial Brías, con su palacio, su iglesia y sus fuentes. Estamos ahora en la pista que lleva a Abanco y más allá la penúltima tachuela del día para ganar el pueblo de Sauquillo, donde tomamos de nuevo asfalto y ya en el muy alto Mojón de la Lastra nos hacemos la foto de grupo. Sólo nos queda la bajada para entrar en un suspiro en Retortillo y cerrar la estupenda etapa bajo la Puerta de Sollera.