HOCES DEL CABRIEL + LA MANCHUELA desde Venta del Moro
En el Flow Life Camping de Venta del Moro hemos dormido a pierna suelta. A la primera mañana las campanas marcan las 7:00a.m. y ya prepara do desayunos y montando las cabras. Cuando las campanas de la Iglesia dan las 8 ya vamos saliendo del pueblo.
Asfaltos rápidos y 0 tráfico para ganar Casas del Rey, y más allá en una volada en Casas de Moya. Seguimos luego por asfalto hacia Casicas de Moya y tras ganar un alto del otro lado nos sorprende las grandes extensiones que aparecen calcinadas. Impresiona😔
Más abajo un cruce y tomamos pista a derechas, la primera del día, que nos lleva por unos más que interesantes kms hasta la encantadora pedanía de Los Cárceles sobre el río Cabriel, con dos puentes de madera y sus gentes. Hemos pasado al otro lado del río y estamos, pues, en La Manchuela un territorio con personalidad propia dentro de la inmensa Mancha.
Siempre con tendencia a subir, los paisajes de inmensos pinares y así hasta subir a un alto donde predominan al principio los campos de almendros y enseguida las vides. Inmensos campos de vides. Estamos en La Manchuela, y la hermosa pista que irá por unos buenos kms asomada siempre a la depresión del Cabriel por un lado y por otro abierta a los interminables campos de vides con manchas tb de pinares.
Más adelante acabaremos ganando un vértice geodésico y al poco estamos bajando muy vertical para entrar de nuevo en los bosques de pinos y así y así hasta caer de nuevo en el río Cabriel a la altura del pueblo de Villatoya, que cruzamos para acabar sentados en la sombra de su animado bar. Hidratados y comidos, echamos el rato preguntándonos qué pasará cuando volvamos a salir a pleno sol, ahora que es mediodía. Cuando por fin levantamos, comprobamos que una ligera brisa atempera el pesado, achicharrante ambiente. O eso queremos pensar para aliviar el dolor jeje...
Nos restan para cerrar la maratoniana etapa unos 40 kms, le los cuáles hacemos los primeros 15 pegados al río, siempre en ligera subida, para después afrontar la subida a los pueblos, alegando os progresivamente del cauce. Se harán largos, muy largos, los kms ya sobre asfalto para llegar a Casas de Pradas, en cuya plaza bebemos por fin agua fresca, comemos lo que llevamos, y disfrutamos del vecindario y la coqueta y muy fotogénica iglesia. Luego, de nuevo en marcha, siempre picando hacia arriba para acabar entrando en Venta del Moro, donde cerramos el track.






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