SOCOVOS - L E T U R
Letur tras la tragedia de la brutal riada de Octubre'24 que se llevó por delante varias vidas de vecinos, descansen en paz, y parte del pueblo y con él su enorme legado andalusí. Una visita obligada.La salida de Socovos, un pueblo muy animado con muchos alicientes y sobre todos su impactante castillo, que conserva las murallas almenadas de época almohade. Magnífico. ¡Único!!!
Cruzo el pueblo y tomo una pista casi siempre en bajada por entre campos de olivos y almendros, y rápido estoy en Férez, donde parece que hay una kdd de cazadores, por la indumentaria y las armas que portan, y los pickups y los perros... No madrugan mucho ahora los cazadores. En la puerta del bar están, igual han vuelto ya de la montería ...
Tomo ahora la carretera con algunos toboganes y de normal en bajada. ¡Vuelo! Y así en breve estoy en el pueblecito de Villares, sobre una loma. Las calles desiertas y en lo alto la iglesia, y el cura dando misa y las mujeres cantando que parecen ángeles. A la entrada la fuente, de la que tomo agua y casi me bautizo de la emoción.
Entro ahora en el tramo más guapo de toda la travesía, una pista en general bien sentada que lleva casi sin pérdida al puente sobre el río Segura y junto a la población de Almazarán, deshabitada. Se hace fácil y los paisajes de ensueño. La caída al río bastante empinada y tras recorrer un tramo junto a él la subida dirección Letur por pista única y marcada. Sin pérdida. Pasado el pueblo de Almazarán algunas cuestas duras y más allá, tras dejar a izquierdas la entrada a la Cascada del río Letur, comienzan a verse los destrozos de la riada. Todo un caos de árboles caídos, cintas de protección civil, casas derruidas llevadas por la crecida. He de cruzar el río en dos ocasiones descalzándone, y más adelante una rampa dura pero alquitranada que sube directa al pueblo.
La parte central que cruza el río fue devastada por la crecida, llevándose todo lo que pillaba por delante. A la parte antigua se accede por unas escaleras de hierro que ha improvisado el ejército para dar entrada y salida a vecinos y visitantes. Por ella me descuelgo con la bici y doy una vuelta por la zona vieja, con tanto encanto. Toda su magia intacta. En el bar de la plaza la caña y la charra. No sabes muy bien qué decir. El corazón en un puño.
Luego una volada por asfalto de vuelta a Socovos, donde me espera un cordero segureño impagable.
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