martes, 1 de diciembre de 2020

biciOTOÑAL/ EL ALTO TURIA

 EL ALTO TURIA/

perros de caza andaluces y ciervos
Macerada con tesón la Otoñal de este añoCovid, casi se va al traste por la potente tromba de agua que cae el día anterior a salir y las pésimas predicciones de frío, lluvia y barro para el fin de semana. 
Aún así una muy combativa representación de los siempre alocados chicos de 'Aquí hay BTTema' nos la jugamos y allá que nos vamos. 
Ha caído agua a mares todo el viaje nocturno de Alicante a los confines del Reino y en Chelva paramos a echar el bocado. Pasamos la noche detrás de las piscinas de Aras de los Olmos y por la mañana preparamos los bártulos y directos al Bar Los Tornajos a tomar café. 

Día uno/

La foto de salida y ponemos rumbo al Alto de Mampedroso junto a la frontera con Aragón y Castilla. Por la Ceja de la Cuba comenzamos a caer en busca del cauce del Turia. Nos sorprende el buen estado de las pistas y ni frío ni lluvia; el sol que va ganando terreno sólo augura cosa buena😋¿Se puede ser más afortunado? Ahí vamos los hermanos beteteros dándolo todo una vez más por las tierras altas de Los Serranos pegados esta vez al río más valenciano: el Turia. La naturaleza en estado puro.  

Ceja de la Cuba

Por kilómetros le tiramos pegados al río que baja embravecido y achocolatado por las torrenciales lluvias. Visitamos unas cuantas áreas recreativas, todas cuidadas con un esmero que enamora. Llegamos por una fantástica senda en bajada a La Tosquilla, antiguo molino y piscifactoría, un paraje 10. 

La Tosquilla

Seguimos luego río abajo y la importante cerrada del río nos indica que estamos en la cola del inmenso pantano de Benagéber-. Al tiempo cruzamos un puente y la pista empieza a empinarse ganando altura rápidamente. Rodamos por territorios salvajes olvidados de la mano de dios (y la de Maradona...) Se suceden los caseríos hundidos, abandonados, pequeñas poblaciones que tuvieron su impronta no hace tanto, barrancos vertiginosos de difícil acceso y arroyos de una belleza sin igual. 

Nos salen al paso familias enteras de ciervos, y perros de caza andaluces con su olfato hiperbólico. No se sabe quién persigue a quien, o acaso se mueven por la inmensidad de los montes ajenos los unos de los otros... 

En la aldea abandonada de Villanueva tiramos algunas fotos y nos precipitamos al Barranco de San Sebastián, que va cargadito de agua. Será el único punto en toda la travesía que tengamos que salvar algo del temido barro. 

Villanueva

Cruzamos asfalto y visitamos los poblados abandonados de Cortes (de Abajo y de Arriba) y su estupenda fuente. Ganamos luego altura por las Lomas de la Cruz del Rollo para dejarnos caer más adelante al pueblo nuevo de Benagéber y a Nieva. Ya con las luces en las cabras y por asfalto vamos a buscar el Albergue de Benagéber, donde nos dan cobijo con el microondas, las sábanas de franela y una docena de huevos que nos saben a gloria.

Cortes

Día dos/

El primer tiento del día para deshacer el asfalto que nos llevó al albergue junto al pantano. Ya en el pueblo nuevo de Benagéber tomamos café en su bar y nos disponemos a afrontar en la fría mañana la maratón de vuelta a Aras de los Olmos. 

Rodamos aún embutidos en los sueños cuando nos sorprenden un grupo de ciervos barranco abajo poseídos por el mismo diablo. Y tras ellos ladridos cada vez más cercanos y sus dueños, media docena de perros de caza andaluces que vuelan tras su presa, implacables con su fuerza ancestral. Atónitos nos miramos y pensamos que es la misma carrera del día anterior, y a saber los días que les llevará la faena...

Pasada la ermita tiramos a izquierdas  por una pista bastante rota que en fuerte bajada nos mete en la aldea de Barchel. Sitio curioso, pues hace unos 7 años un acuerdo verbal entre el dueño de las tierras y un grupo de entusiastas dio pie a que éstos últimos entraran a rehabilitar casas y cuidar campos y ganados. Como quiera que las palabras se las lleva el viento, ahora quieren echarlos y ahí andan, de líos con la justicia... 

Despedidos de barbudos, bellas amazonas, perros, gallinas y cabras, retomamos nuestro destino disfrazado ahora de fabulosa senda casi vertical que nos baja directos a la pista que recorre el tremendo Barranco del Turia, un lugar excepcional. 

Más adelante tomamos un ramal a derechas y la pista se empina y ¡de qué manera! Las vistas bien merecen la paliza, y con mucho esfuerzo ganamos el Collado Estrecho. Del otro lado nos espera un vertiginoso descenso hasta llegar al Puente Barraquena

Bercuta

Puente Barraquena

Chelva al fondo

En Fuente Berra tomamos agua y ya más tendida la cosa ganamos kilómetros en busca del poblado semiabandonado de Bercuta, con sus campos bien cuidados y su pequeña ermita. Nueva bajada importante y del otro lado del río la subida al importante pueblo de Tuéjar, con sus campos a plena producción y sus granjas de cerdos, y su plaza y su fabuloso bar en la plaza, donde nos sentamos a degustar una Turia tostada y unos bocadillos que resucitan a un muerto. 

Tuéjar

Levantamos mesa y cruzamos el pueblo para tomar una pista junto al río Tuéjar. Pasamos un molino con su salto de agua y las familias comiendo como en la era preCovid, una antigua presa romana, el Camping y la zona recreativa, y las pinturas rupestres!! Casi nada!!! Río arriba embobados de tanta belleza hace tiempo que luce el sol. Nos sentimos afortunados, ¡muy afortunados! Algún despiste, algún pinchazo, y ahí vamos embobados río arriba el maravilloso espectáculo de la naturaleza. Bien arriba avistamos a lo lejos la figura inconfundible del pueblo medieval de Alpuente encaramado en su roca. IMPAGABLE! 

Alpuente

El camino gira a izquierdas y con la tarde cayendo entramos en Campo de Abajo. Tomamos agua de su fuente y salimos a campo abierto con el sol poniéndose justo delante nuestra. Hacia ahí vamos, cegados y maravillados, hechizados. 

Campo de Abajo

En el bello pueblo de Titaguas las mandarinas, los dátiles y algún que otro mendrugo, ponemos las luces y atacamos el último subidón de la travesía. Por el Vía Crucis a la Ermita del Remedio y más allá ganamos el Collado del Legón, donde nos sorprende la luna más redonda y bella de toda la contorná. La fría noche se ha adueñado de todo y más adelante el camino se pone realmente feo. Agua, barro y una cuesta insalvable nos hacen replantear los últimos kilómetros. Así, damos media vuelta y salimos a asfalto para cerrar en Aras nuestra aventura.

Otras aventuras vendrán, pero ésta ya no la soñamos. Con la butxaca llena ponemos tierra de por medio de vuelta a nuestra guarida junto al mar en el profundo Sur.


4 comentarios:

  1. Como siempre hacéis unas rutas alucinantes. Bien por los Btteros!!!

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  2. Buenísima ruta, buen tiempo, buen firme, buena compañía (topicazo)

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  3. No hay más límites que los de nuestra imaginación. Ya soñando la Invernal☝️

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  4. Fantastica ruta por paisajes bellisimos e inmejorable la compañia.
    Ya sabemos que aunque llueva mucho la zona del Alto Turia es ciclable
    A pensar en la prox.La invernal

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