sábado, 1 de mayo de 2021

BTT/ Barranc de la Mascuna /IX


LA MASCUNA /IX
Una mañana muy loca para entrar en el inframundo montenegrino del Barranc de la Mascuna, un lugar fuera del mundo y por lo tanto olvidado de la mano de Dios. 
En Casas de la Culata al cruzar el río casi caigo de cabeza. El agua baja brava y yo aún dormido. Suena a toda leche en mis oídos lo último de Lágrimas de Sangre. No siento el dolor. 
Por el Camí Vell de Xixona cruzo las enormes plantaciones de Bonny. Sólo. El terrorrrrr. Frente a mí la mole de Serra SIvila-, que esconde varios tesoros, como la casa de verano de Ben Laden y un nido de águila con la familia al completo. 
Del otro lado por L'Estret el viento a lo suyo. Pistas y sendas y algún asfalto y algún puente de vértigo y directo a El Salt, un precioso rincón cerrado por desprendimientos ...y lleno de chavales descerebrados. 
Cruzo el descomunal puente de la autopista ya en Xixona por bajo pegado al Río de La Torre y ...vuelvo a meter la pata hasta la rodilla. Empapado remonto para buscar el camino que lleva a la fábrica de Horchateros Artesanos, la mejor horchata del mundo. 
Acopio de agua en la Font de Moratell y en un suspiro me encaramo al Coll de Bernat, donde nace una magnífica senda que lleva a la Font de la Mascuna, una fuente que nunca he visto y que sigo buscando. 
Algún rato a pie, otros andando, y también de vez en cuando pedaleando. Se gana altura rápidamente siempre enfrente la fabulosa Penya Alta, tan alta como lejana de cualquier sitio. Con mucho esfuerzo por fin gano un collado y del otro lado el espectral y sumamente solitario Barranc de la Mascuna. Respiro hondo, casi no respiro, ALUCINO! La senda casi desaparecida por la falta de uso y por el destroce que las lluvias han ido haciendo en la vertical pared. ¡Al loro!! Muy peligroso!! 
Abajo caigo directo a la Casa de la Mascuna, un remanso de paz donde aprovecho para cepillarme el bocata de chorizo y escuchar los sonidos del silencio, básicamente pájaros y abejorros y el viento, que nunca muere. 
Al levantar el culo remonto con mucho sufrimiento el barranco por una pista deshecha a pedazos. Ya en la parte alta llego a una enorme torre de luz y caigo del otro lado de vuelta al mundo. En mi intento de salvar el caos de barrancos que se precipitan ante mí entro en una propiedad privada. No hay nadie. Ni perro. La vieja casa se la ve cuidada y con buena sombra. Sigo mi camino y ahora sí enlazo buenas pistas que me llevan camino de La Alcornia y más allá a la zona de Silim y al pueblo de Monnegre de Dalt. 
Aquí tomo en subida la senda de la Cañada Real. Dura a tramos, otros a pata, toda ella espectacular. Ya arriba me dejo caer al Sabinar por la HP y ahora sí suelto frenos y siempre buscando las sendas más espeluznantes al punto de partida.

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