En estos días preveraniegos qué gusto da unirse a los amigos de la electricidad y dejarse llevar por esos caminos de Diosss. Ahí vamos por El Cantal, para arriba y para abajo, dándole a la lengua más que al pedal, disfrutando de la mañana airosa en busca de la diversión que más nos pone. Todo lo hacemos fácil, las subidas u los vericuetos. Puestos a disfrutar, una lección de disfrute. Gracias, eléctricos!
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