LA PUERTA SUR AL PARAÍSO
El primer caluroso fin de semana de Junio dando pedales por las SIERRAS DE CAZORLA, SEGURA Y LAS VILLAS, el paraíso inabarcable. En esta ocasión elegimos como puerta de entrada los sureños pueblos de CASTRIL y POZO ALCÓN, desde donde oteamos el fabuloso Altiplano granadino.
PASEO 1
La noche del viernes plantado junto al incombustible Jordi en Castril, donde dormimos mecidos por el estruendo de las aguas que se precipitan por la Cerrada del río. Bien temprano desayuno y puesta a punto de bicis y mochilas. En el bar café y conversación, y en la parte baja del pueblo paseamos cascadas y bosques de ribera, puentes colgantes y pasos de madera volados en las paredes rocosas del bravo río.
Ya en faena comenzamos la mañana con una fuerte pendiente para enlazar con las pistas que en un loco sube y sube y a veces también baja nos meten en el Camping El Cortijo, en la cabecera de la presa El Portillo. Hacemos un receso para comer, hidratarnos y tomar información. Al tiempo seguimos la marcha pegados al rio por una estupenda senda, colgándonos en el nacimiento del Río Castril, donde las aguas son escupidas de las entrañas de la tierra de entre enormes rocas a cielo abierto con una fuerza inusitada.
Festejamos un rato alucinados por la fuerza de la naturaleza viva, clamorosa. Y al regresar a la senda toca echarse la bici a cuestas para ganar los Campos de Hernán Perea collado tras collado. Especial atención al primer tramo, cerca de una hora caminando en un continuo zigzag vertical.
El sol apretando y los parajes inmensos de la altiplanicie sin fin hasta el Refugio Cañada Humosa. Sombra y alimentos. Hemos ganado el techo de la ruta: los desolados Campos de Hernán Perea. Las enormes praderas y siempre bajando entramos en bosques inmensos y llenos de vida, pletóricos.
En plan Verano Azul por cerca de 25 kms de diversión. Un magnífico dejà vu! Con la boca abierta los paisajes más bonitos pasan ante nosotros como en una película del gran Félix Rguez. de la Fuente. Tanta belleza y los moradores de las montañas que salen a nuestro encuentro: gamos, ciervos, muflones, jabalíes, zorros, cabras montesas, jinetas, nutrias, águilas, buitres y claro, también los lobos. Todos juntos en la alfombra voladora que nos pasea por los Campos de soledad y silencio.
Caemos de últimas al rio Guadalentín siguiendo su cantarín zigzageo entre robles, encinas, nogales, enormes choperas..., así hasta el deseado Vado de las Carretas, donde nos damos un más que merecido baño.
Recompuestos, seguimos nuestro camino y al poco dejamos la pista y atacamos las laderas del Tranco del Lobo por una senda imposible. Serán cerca de dos horas para ganar tres kilómetros verticales de nuevo con la bici literalmente a cuestas. En una divisoria salimos a un camino que va a la cumbre del Tranco del Lobo. Decidimos bajar sin mas. Cayendo la tarde el merecido descenso a ratos apretando los dientes, a ratos disfrutando de los paisajes y los bosques. A nuestro paso empiezan a abrirse campos de olivos y almendros. Esto es la bella Andalucía, y en el Cortijo de Margarita agua de la manguera y conversación de la buena.
Por asfalto ganamos la aldea de Campocebas y por una carretera ruinosa y fuera de servicio a Castril. Cenamos en una terraza con vistas impagables a lo mejorcito del pueblo, impactados por la fenomenal ruta ya en la saca. Cayendo la noche ponemos rumbo al Pantano de La Bolera, desde donde mañana atacaremos el temido Pico Cabañas.
PASEO 2
Hemos dormido sin mover una pestaña después de la enorme paliza de ayer. Aún así la moral intacta y el cuerpo que se despereza lentamente, dispuestos a seguir la aventura.
Comenzamos en subida por el Camino de los Llanos de la Puerca, y al rato ya con la bici colgada. De llano no tiene nada. Ni llano ni puerca! Parece una maldición. Refunfuñamos sin dar crédito, y poco a poco avanzamos hasta alcanzar el Collado del Puntal del Gato, lugar privilegiado con unas vistas excepcionales: el Cerro Jabalcón y las montañas de Baza, Sierra Nevada y la Sierra Mágina, todas ellas encerrando al Sur lo que en tiempos lejanísimos fue un mar interior y hoy un Altiplano rajado por mil barrancas y cortados, un desierto marciano acuchillado por los vientos y el sol atroz.
Cuesta irse de tan alucinante mirador, y ya grabado en la mente caemos por la umbría de la montaña hasta ganar un cruce y la Fuente de la Ponderosa. Nueva subida esta vez ciclable que nos lleva por la Cuerda de la Caldera al Collado del Cerro de Don Pedro. Estamos en el centro del mundo, el centro de las Sierras de Cazorla, los manantiales del Guadalquivir, el río andaluz. En un fabuloso descenso por sendas olvidadas, perdidas, casi inexistentes, hasta ganar los majestuosos Tejos Milenarios llenos de magia.
En la Cañada de las Fuentes comemos y después de la merecida microsiesta ponemos rumbo al Pico Cabañas, cota más alta de todas las sierras. Por pista ancha venga a subir hasta un cruce. Luego de un par de buenas paredes ganamos un mirador. A nuestra espalda el Pico Cabañas, tan cerca y tan lejos, decidimos bajar sin coronar la preciada presa, entrando en unos cortados que se precipitan uno tras otro.
Barrancos que bajamos sin tregua, a lo bestia por sendas verticales reviradas que parecen no tener fin. Algún susto, alguna fuente, el agua que no falte, y ya caemos a El Hornico y poco después en el Camping. Ya sólo nos queda recoger y poner rumbo de vuelta a casa.
Hemos paseado los Campos de Hernán Perea y estado a tiro de piedra del Tranco del Lobo y del Pico Cabañas; nos hemos refrescado en las cristalinas aguas del Castril, el Guadalquivir, el Guadalentín...; hemos vivido a la intemperie protegidos por las adas de los bosques, volado en las alas de las águilas, descansado en los abrigos con los animales.
Por hoy es suficiente.
verTRACK/ Pozo Alcón
Por hoy es suficiente.
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