Bien temprano en Tarancueña río abajo por el cañón vadeando el cauce ni se sabe la de veces. Cada vez más adentro hasta Los Telmos, con sus pinturas rupestres. Entre enormes paredones y las águilas sobrevolando nuestras cabezas, -"¿a dónde váis?", parecen decir... Cruzamos por el puente de las carretas para entrar al pueblo de Caracena y ya en la plaza el robagallinas ajusticiado en el royo. Como tantos venidos de toda la comarca disfrutamos de tan aleccionador espectáculo.
Hacia el sur subimos al Castillo, y por la Puerta de Cañicera regresamos a casa. Al rato desviamos el camino para caer de nuevo al cañón del Caracena. Bajamos la vertical ladera de cardos y espinos y en un saliente de la roca el nido de águila. He estado en tu casa, pero no he visto tus ojos. Comemos algo y seguimos bajando hasta el lecho del río. El sol en lo alto y el agua tan fria... Lo cruzamos y ya estamos en la senda. Camina por la senda sin salirte y ganarás el cielo y sus estrellas. Camina fuera de ella, salte, y ganarás igual cielo y estrellas. Camina camina.
Hacia el sur subimos al Castillo, y por la Puerta de Cañicera regresamos a casa. Al rato desviamos el camino para caer de nuevo al cañón del Caracena. Bajamos la vertical ladera de cardos y espinos y en un saliente de la roca el nido de águila. He estado en tu casa, pero no he visto tus ojos. Comemos algo y seguimos bajando hasta el lecho del río. El sol en lo alto y el agua tan fria... Lo cruzamos y ya estamos en la senda. Camina por la senda sin salirte y ganarás el cielo y sus estrellas. Camina fuera de ella, salte, y ganarás igual cielo y estrellas. Camina camina.
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